Caminaba tranquilamente por las calles con las manos en los bolsillos de su pantalón, tenía una mueca de fastidio reflejada en su rostro, ese día las cosas no habían salido como ella quería, en la universidad le habían dicho que tenía que pagar puntual el próximo pago y no encontraba trabajo aún, bufó en molestia al recordar aquello, un rayo iluminó en el cielo oscurecido por las nubes negras, un potente trueno se dejó escuchar por las desoladas calles, una gota se estampó de lleno contra su nariz, soltó una queda risa deteniéndose en medio de la banqueta, no había ni un alma en pena deambulando, más por el hecho de que comenzaría a llover quizá en cuestión de segundos, lo cual así fue.
Las gotas de agua comenzaron a caer una por una, llevó su mirada al cielo pasando por alto el poste de alumbrado público, se veía constantemente pasar de una nube a otra las cargas eléctricas, de vez en vez uno que otro los rayos caían al suelo, las gotas eran cada vez más y más, todo parecía tétricamente hermoso o así lo pensó ella, sólo faltaba que se fuera la luz para poder admirar con mayor detalle todo a su alrededor, y como si fuera una especie de adivina o bruja, un rayo cayó justamente en el transformador de energía sobre un poste sobrecargando los circuitos eléctricos y provocando la inminente falla al servicio de electricidad, varios gritos de espanto se escucharon y ella solo pudo reír como si esos sonidos fueses los más graciosos que había escuchado, para ella así lo eran.
Sus lentes ya estaban empañados y mojados por mantener tanto tiempo la cabeza en alto con esa fuerte lluvia azotando todo a su paso, tal vez pescaría un resfriado pero esperaba que no fuera así, bajó la cabeza para quitarse los lentes mientras se refregaba los ojos con tiento con él dorso de su mano para evitar lastimarse, escuchó acercarse detrás de sí unas risas ebrias, sabía quiénes eran y estaba casi segura de que posiblemente drogados también estuvieran, soltó un resoplido de fastidio, no quería lidiar con esos tipos ahora, mucho menos en la condición en que estaban ya que solían ser mucho más estúpidos de lo normal, se dio media vuelta para encararlos antes de que se les ocurriese hacerle algo estando de espaldas, cobardes, pensó ella.
―Linda Annie, ¿Por qué tan sola? ―comentó uno de ellos, el más alto, robusto y que parecía ser el cabecilla de la banda de delincuentes que tenía por “compañeros de trabajo”
―Bob, que desagradable encontrarte en ese estado… aunque no es como si estando en tus cinco sentidos, o los que tuvieras fueras menos desagradable―rió cruzando los brazos bajo su pecho, tenía una chaqueta de cuero que al estar mojada se pegaba más a su esbelta figura
―Tan encantadora como siempre―dijo uno al lado del hombre robusto― ¿Qué haces aquí? ―
―Nada interesante Axel, solo esperar a que un estúpido me lo pregunte―sonrió de medio lado, aquello lo había dicho en tono venenoso, su forma típica de hablar estando con esos sujetos
― ¿Y ya te han preguntado? ―se acercó un par de pasos más un chico más bajo y con pinta de asesino que estaba detrás de Bob, riendo, ella no sabía descifrar si por su comentario o por estar ido con las cosas que tenía en su cuerpo
―Sí Dimitri, contigo ya son dos―los escuchó gruñir a todos, no pudo más que negar la cabeza divertida―si vienen a molestarme es porque me tienen un trabajo para realizar, ¿no es así? ―prefirió no seguir jugando aunque eso le levantara el ánimo que tenía por los suelos con todos sus problemas―si no, es mejor que se larguen de mi vista―
―Calma preciosa, sólo queremos divertirnos―Bob se acercó hasta ella dejando una distancia entre ambos de menos de medio metro, colocándose de forma erguida para tratar de intimidarla, él era mucho más alto por casi veinte centímetros
―No sé quién piensas que soy, yo no hago ese tipo de trabajos y tu mejor que nadie lo sabe cuándo te “confundiste” ―levantó la mirada mientras alzaba su mano ubicándola en la mejilla del mayor, donde tenía una cicatriz gruesa, el hombre gruñó quitando de un manotazo la mano ajena―además estoy ocupada, así que tú y tu bola de estúpidos drogadictos se pueden ir directito a la mierda―un rayo cayó iluminando su rostro, en donde se figuraba una expresión lúgubre que hizo al mayor tragar grueso, dio un par de pasos hacia atrás
―No creas que vengo como la otra vez―rió confiado―hoy vengo preparado, ya te lo pedí por las buenas y no quieres, así que no me dejas otra opción―chasqueó los dedos de su mano y el resto de su banda comenzó a rodearla
Sin darse cuenta, uno salió del callejón sin salida que estaba frente a su posición, propinándole una patada en las costillas que la hizo caerse de lado, apenas logró poner su antebrazo como colchón para amortiguar el golpe evitando así que su cabeza pegara contra el suelo, la dejó en shock por unos segundos en los que no pudo incorporarse, ocasionando que la banda de Bob lograra atraparla, la tomaron cada uno por una de sus extremidades, forcejeó inútilmente ya que así no podía hacer ningún movimiento ofensivo, la llevaron al callejón, otro rayo cayó iluminando el mismo, Bob se colocó frente a ella mientras se desfajaba la playera y se quitaba el cinturón, esos estúpidos, cuando pudiera los haría pagar como solo ella sabía.