―Fue muy divertido, sí, lástima que en Asgard sea menospreciada la magia, o al menos, se crea que usar la magia es para cobardes―dijo con tranquilidad, una vez que te acostumbrabas ya no era tan, demasiado, molesto
―Es estúpido, hay personas que simplemente tienen otras habilidades y que ocupan a su favor, como tú, me imagino―ella hizo una mueca molesta por lo dicho―pero seguramente callaste muchas bocas al ganar las batallas ¿no? ―
El pelinegro mostró una sonrisa de medio lado algo extraña para la fémina, sin embargo, Loki sonrió divertido por la ingenuidad de la mortal ¿de verdad creía que algo tan arraigado iba a cambiar? Por más siglos que llevó en eso, jamás los hizo cambiar de opinión al respecto, era triste a fin de cuentas que una civilización tan grande y antigua como Asgard fuera tan estúpida y cerrada de mente como para creer que la fuerza bruta era la mejor arma en una batalla, no la inteligencia que conllevaba la magia, suspiró resignado alejando el plato casi terminado de lado, ya sin apetito.
La castaña hizo lo mismo, solo que ella sí terminó de comer, después de todo estaba segura de que nunca más volvería a comer comida de dioses, lo admiró en silencio, su mirada perdida en algún recuerdo, quizá, ni siquiera lo meditó, simplemente dejó caer la bomba al dios.
―Necesito tu ayuda―
― ¿Qué? ―el dios frunció el ceño sin comprender― ¿Ayuda para qué? ―
―Estaré ocupado con unos trabajos de la universidad y mi trabajo de medio tiempo, son muy importantes para mi y no podré hacer muchas cosas, y como sé estás recuperando tus habilidades mágicas, nos será difícil para ti ayudarme―dijo cuidadosamente, con una sonrisa algo tímida que el dios no había visto antes
― ¿Qué obtendría yo a cambio sí te ayudo? ―alzó una ceja, para nada convencido con la idea
―Estás pensándolo, eso es una gran ganancia―comentó con entusiasmo―bien, podrás salir de aquí... bueno, no es como si no pudieras hacerlo de todas formas, no te estoy reteniendo realmente―ladeó la cabeza al pensarlo mejor
―Eso es bastante cierto, puedo salir de aquí cuando quiera y no volver―sonrió confianzudo
―Puedes, pero no lo haces porque simplemente no sabes moverte por esto lares―se recargó hacia atrás en la silla y cruzó los brazos tras su nuca
―Tienes un punto ahí―accedió recargando sus codos en la mesa― ¿entonces? ―
―Mira, solo necesito tu ayuda una semana, no te pido nada más, te enseñaré a moverte por esta ciudad, podrás irte después si así lo desees, pero en este momento... te necesito―dejó de lado aquella actitud altanera y prepotente, siendo sincera con el pelinegro como no lo había sido con nadie desde hace tiempo
Loki la miró fijamente, sus ojos se mostraban turbios, los hombros caídos, su rictus había cambiado del altanero a uno suplicante, se sintió cohibido con tanto sentimentalismo, no estaba familiarizado, ni mucho menos, preparado para lidiar con los sentimientos, se puso de pie y empezó a recoger las cosas, en un extraño acto de nerviosismo, la castaña le miró sin comprender, cerró los ojos y se encogió más de hombros.
―Bien... Lo haré―dijo finalmente, los platos sucios en el fregadero, sin embargo, nunca se volvió a mirarle
― ¿De verdad? ―la ojiazul se levantó de su asiento en un rápido movimiento, incrédula y con los ojos brillantes―oh Loki―
Se acercó a él y sin ser consciente de sus acciones, le abrazó fuertemente por la espalda, era mucho más baja que él, tuvo que pararse de puntitas para lograr alcanzarlo, recargó su mejilla en el cuello ajeno mientras cerraba los ojos, fueron solo segundos, segundos que bastaron para paralizar al otro en su lugar.
―Gracias―murmuró con genuina gratitud y le soltó―de verdad, no sabes lo importante que es esto para mi―
Annie apenas si podía creer que realmente fuera a ayudarle con sus planes, dio media vuelta y se fue, una sonrisa creciendo en sus labios de anticipada satisfacción por lo que vendría y un plan maquinándose en su cabeza, toda la emoción anterior quedó de lado, siendo desplazado rápidamente ante lo que sería la venganza más elaborada de la historia, según ella.
Tomó sus cosas, demasiado feliz con lo que había pasado, y subió las escaleras para hacer sus cosas, tarareando una canción, dejando a Loki ahí, aun estático en su lugar casi sin respirar. ¿Qué había sido todo eso? Su cabeza no lograba entender como es que simplemente había accedido a ayudarla en algo que ni siquiera sabía que era, tenía los ojos abiertos como platos, aún más sorprendido por recibir aquel abrazo tan cariñoso, tan íntimo, todavía podía sentir la respiración de la mortal dando contra su cabello y percibir el dulce aroma a frambuesas que la mujer desprendía, trató de no pensar en eso y concentrarse en como vengarse de su supuesto padre y hermano.
Con un movimiento de su mano hizo desaparecer todo excepto el hidromiel, se dio media vuelta y recargó sus manos en el fregadero, miró el reloj en la pared y se acercó a la mesa para tomar algo de aquella bebida que tanto le hacía falta en ese momento, vertió un poco en una copa de cristal que también hizo aparecer, cerró los ojos un momento antes de beber. Miró el liquido ambarino menearse de un lado a otro dentro del recipiente cristalino, sin embargo, pronto una figura se vio reflejada en él, volteó a mirar encontrándose a un ser más grande y robusto cubierto con una capucha, claramente no era de este planeta.