Cuando subió al taxi, le indicó llevarle a la universidad local, quería darle una sorpresa a la mortal, ¿cómo sabría que, una vez más, el sería el sorprendido?
Bajó elegante como siempre lo hací una vez llegó a su destino, solo necesitó observar al empleado que estaba en la puerta y señalarlo con su bastón para que quedara doblegado a su merced, entró a la institución a paso solemne y mirada inclemente, todas la miradas puesta sobre él, las mujeres suspiraban a cada paso, haciendo que su ego creciera a niveles insospechados, preguntó a grupo de personas si conocían a Annie Harrison, así hasta qué, al pasar por uno de los pasillos que daba hacia una de las salidas, donde se apreciaba una congregación de hombres y mujeres, rodeando a un par, alzando una ceja con curiosidad.
Al acercarse, el barullo se hacía más notable y entendible, los midgardianos tenían unos aparatos en las manos que reconoció como teléfonos celulares, aunque no estaba muy seguro de su función en ese preciso momento, sin embargo, abrió la boca como un pez al ver Annie siendo protagonista de este arguende, es decir, parecía del tipo de persona tranquila, que no verías en medio de una acalorada discusión con alguien que, sin tener que mirar mucho, era inferior en muchas maneras.
― ¿Loki?
Le llamó una vez se dio cuenta, puesto que las personas alrededor se habían quedado calladas de un momento a otro, haciendo que volteara hacia donde todas las miradas se dirigían, justo detrás de ella, no supo cómo proceder, sintiéndose abochornada por el espectáculo que estaba dando, bueno, ni siquiera era culpa suya ¡lo peor de todo!
Dado que los ánimos se habían calmado y nadie estaba prestándole atención a la causante de todo ese relajo, en especial el objeto de su envidia, está le tomó por el brazo con brusquedad haciendo que se detuviera antes de poder encarar completamente al nuevo individuo, tanto Loki como Ann fruncieron el ceño en desaprobación, viendo a la mujer pelinegra con molestia, la castaña se soltó de la mano, observando con frialdad a la mujer, ojos afilados como dagas que matarían a cualquiera, haría bien en temer, pero la mujer de cabello recogido se sentía envalentonaba por la cantidad de público que las rodeaba, así que cuando le dio la espalda, soltó una risa burlona.
―Por supuesto, no conforme con el tipo con el que bajaste del auto, ahora tienes a otro, ¿te has vuelto una prostituta ahora que James ni tu papi te pueden mantener?
Ese había sido un golpe bajo, incluso para ella, ninguno de los presentes parecía estar de acuerdo, había sido un gran escándalo ambas muertes por la forma curiosa en la que se habían suscitado y en el momento en que ocurrieron, pero incluso para ellos había una línea que no se debía cruzar, que era exactamente esa. Todos miraron a la castaña, casi sin respirar, esperando una reacción violenta de su parte por los rumores que se decían sobre su persona.
Nadie se esperó la risa sardónica que le vino, ni siquiera Loki.
―Daphne, querida Daphne ¿en verdad? Quiero decir ¿no decías ser muy elocuente? Esperaba una respuesta menos estúpida de tu parte y metiendo a los muertos en esto ¿he? ¿Alguien sabe por qué murió tu padre? ―cuestionó mirando al resto de personas, que negó un poco―sin embargo, yo si tengo respeto por los muertos, drogadictos o no―dio media vuelta, quedando de espaldas a Loki y mirándola con una sonrisa peligrosa y la mirada dura―veo que sabes bastante de mi vida ¿no deberías preocuparte más por la tuya? Hay tantos rumores.
― ¿Lo aceptas? ¿Te has vuelto una puta, entonces? ―puso las manos sobre sus caderas con una sonrisa tambaleante, ignorando los comentarios en pro de mantener una imagen serena de sí misma sin lograrlo
―No soy como tú, querida, que me acuesto con quién sea con tal de obtener los caprichos de niña mimada que tienes, es decir, nos encontramos en la misma posición socioeconómica ¿no te avergüenzas? Sí, tienes un bonito departamento a unos minutos de aquí, pero dime ¿la gente sabe de dónde obtienes el dinero de la renta? Que es bastante alta, debo aclarar, tu misma lo has dicho ―cuestionó tan tranquila que nadie sospechaba nada, la otra palideció
―No sé de qué estás hablando, además, estamos hablando de ti y no…―se vio interrumpida por la castaña
―Querida ¿aún lo crees? Este no sería un buen intercambio de palabras si esperabas que me mantuviera callada―observó a las personas a su alrededor, ignorando los celulares que las enfocaban, alzando las manos como si con ese gesto abarcara a todas las personas
―Bien, tu gana ¡ya puedes dejar de fastidiarme! ―exclamó nerviosa tras la repentina cercanía entre ambas, ella le susurró al oído
―Despertaste al monstruo, acepta las consecuencias―se separó y continuó con una mueca de fingida pena―Tu madre estaría tan decepcionada si supiera que esas notas altas son producto de acostarte con los profesores, tu madre es una buena mujer, Daph, y hace lo posible para darte la oportunidad que nunca tuvo, deberías decirle que simplemente la escuela no es lo tuyo―se encogió de hombros sin borrar la mueca, muy tentada a sonreír