Esa y otras cosas tenían al gran Loki meditabundo, siguió a la mortal a un parque, las parejas se paseaban de aquí para allá tomados de la mano y comiendo helado, algunos niños corrían juntos hacia los juegos, chocando con las personas en su carrera por llegar primero, Loki los miró con recelo al casi haber sido golpeado por uno de ellos, más que tentado a darles una lección, pero lo dejó pasar en pro de cosas más importantes. Annie por su parte, miraba distraídamente, caminando cual robot hacia su destino, pareciera que conocía perfectamente el lugar al que se dirigía, se sentaron en silencio en una banca algo apartada del camino principal donde podrían hablar sin ser molestados, la gente no les prestaría mucha atención debido a la zona escondida entre arboleadas y algunos arbustos altos, Annie se miró las manos y cuando Loki estaba a punto de romper el largo momento de silencio con palabras malintencionadas, habló.
―Los motivos de mi venganza distan mucho de los tuyos, tuve una pareja hace un año a la cuál aún amo con todo mi corazón―sonrió nostálgica, Loki estuvo tremendamente tentado a decir que eso ya lo sabía, pero se mordió la lengua―estuvimos juntos durante cuatro años hasta ese día, planeábamos casarnos cuando terminara la carrera, pero las cosas nunca salen como las planeas.
Su risa fue amarga, cerró los ojos y soltó un suspiro, lista para continuar, pero al abrir los ojos, estos eran de un rojo intenso y una pequeña esfera de magia se desprendió de su pecho hasta estar a menos de medio metro delante de ellos, Loki estaba impactado, así que realmente existía esa magia, y había despertado completamente justo ahora, miró la esfera que se iluminó intensamente, entonces, cuando no pudo seguir viendo tuvo que cerra los ojos, luego de segundos de silencio, los abrió de nuevo, dándose cuenta de que estaban envueltos en recuerdos, observó cada uno de ellos, todos eran de su vida mortal, desde la niñez hasta la pubertad, se veía su padre, se veía el mortal que amaba, pero hubo uno en específico, uno dónde se mostraba a un hombre apuntando un arma de fuego contra ella, éste recuerdo brilló suavemente y se vieron transportados al momento mismo en que se llevaba a cabo en sus memorias.
<Recuerdo>
Annie estaba discutiendo con un hombre de cabello largo y barba, claramente molesta, era de noche y por el lugar dónde estaban, se daba cuenta era justo dónde vivía recientemente.
―Vamos, deja de molestarme, Black.
―No lo haré, princesa, sólo te pido que tomes el encargo.
―No voy a hacerlo, yo no trabajo matando gente inocente.
Loki se vio realmente sorprendido, a su lado, impasible, observando fríamente los sucesos delante de ella.
―Sí, pero dejas personas desamparadas, ellos también eran padre, madre, hermano o hermana de alguien que ahora sufre, ¿qué importa?
―Ya te dije, no soy una matona, ahora por favor, deja de molestarme―lo miró con el ceño fruncido para luego pasar por su lado chocando su hombro contra él
―Nos hemos cruzado muchas veces en el camino, preciosa―con una pequeña risa, evitó que siguiera caminando al darse media vuelta y jalarla del brazo, haciendo que quedaran demasiado cerca―es justo que trabajes para mí, he salvado tu bonito trasero un par de veces al desviar la atención de la policía cuando haces tu trabajo.
―No te lo pedí… ―quiso renegar, más el otro puso un dedo silenciador en sus labios
―Sin embargo, lo hice, y si no fuera por eso, ese juego tuyo de venganza se habría terminado antes de siquiera empezar, me merezco al menos un trabajo para mí ¿no crees?
―Black…―gruñó alejándose un poco, su brazo dolía un poco por la presión
―Déjala en paz, amigo―una voz vino detrás de ellos, el muchacho de la fotografía
―Jim―exclamó la joven con una pequeña sonrisa, alegre de verlo
―Bien, bien―la soltó alzando las manos en señal de paz
― ¿Estás bien, Ann? ―se acercó para verla mejor de arriba debajo de manera preocupada
―Lo estoy, no iba a hacerme daño, sólo…―pero el de cabello largo le interrumpió
―Sólo iba a ofrecerle trabajo―se encogió de hombros con una sonrisa maliciosa
―No creo que le importen tus trabajos, Black―escupió con recelo, llevando a la joven detrás de sí en un gesto protector, la otra palideció
― ¿A no? Princesa, ¿no le has dicho en que trabajas a tu amor? ―abrió los ojos con sorpresa para luego reír
― ¿De qué está hablando, Annie? ―el se giró un poco para mirarle, confuso
―No es nada amor, yo…
― ¿No es nada? Princesa, asesinas personas.
― ¡Cállate Black! ―gruñó, saliendo detrás de su novio para acortar la distancia que los separaba y darle un buen puñetazo en la mandíbula que lo hizo caer al suelo