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2015, 5 días antes de todo.

-¡Hija, ya tienes todo! -grito mi madre desde su habitación

-¡Sí!

Mis padres y yo nos iríamos de vacaciones por todo Europa, estaba más que emocionada, mi sueño siempre había sido ese, y ahora estaba por cumplirse. Escuche el sonido de mi puerta abrirse y vi a mi mamá asomarse.

-Mauricio esta abajo, ¿le digo que pase?

-Si, por favor.

Mauricio, el hombre de mis sueños, lo conocí en el aeropuerto, yo estaba de intercambio en Canadá y el estaba de visita. Choque con él mientras iba hacia las puertas para abordar, los 2 íbamos a México -ya que de ahí somos- Yo tenía 17 y el 20 cuando nos conocimos, en realidad no sé si fue el destino o algo parecido pero nos sentamos en la misma fila, platicamos demasiado y nos conocimos demasiado, al llegar a México intercambiamos números. Pasaron meses y seguimos frecuentando, el vivía a la cuadra siguiente de donde se encontraba mi casa. Todo iba bien en esos momentos, eran nubes y arcoíris los que veía en esa relación, hasta que algo cambio radicalmente en el.

-Hola torpecienta -dijo mientras me daba un beso

-Hola baboso

En realidad nuestra relación no se basaba en apodos melosos, si no en "pequeños insultos". El apodo de "torpecienta" proviene porque en nuestro sexto aniversario yo estaba de terca en querer ir en tacones sabiendo que estaba lastimada del tobillo, esa noche fue un odisea total, no pare de caerme y resbalarme en todas partes. Y porque mi película favorita es la cenicienta.

-¿Te ayudo a empacar?

-No, ya termine

-¿Sabes?, te voy a extrañar mucho

-Posiblemente yo también

-¿Posiblemente?

-Es que ver tantos hermosos lugares posiblemente ni me acuerde de ti, ni de nadie

-¿Lugares o personas? -dijo con el tipo de voz que no me gustaba nada

-Las 2

Aquí viene, yo lo provoque y me debo de aguantar, lo sé, demasiado masoquista. Mauricio me agarro del cabello y me arrastro hacia el baño mientras cerraba la puerta con seguro, claramente para que nadie escuchara.

-Mira pequeña escoria, el único hombre que podrás ver y amar seré yo, al único que besaras seré yo, al único que tendrás en tu mente seré yo. ¿entendido? -dijo mientras jalaba mi cabello.

No pude responderle, el nudo en mi garganta y el dolor en mi cuero cabelludo dolía, y mucho.

-¡¿Entendido?! -dijo mientras me daba una patada en el estomago

-S..si

-Así me gusta -me soltó y caí en el frio piso.

Abrió la puerta y salió de mi habitación, intente pararme pero fue nulo, 5 minutos después me pude parar. Mi cabello estaba enmarañado y desarreglado, mi maquillaje corrido y mis sentimientos destrozados. Me arregle de nuevo y baje mis maletas.

-¡Hija! qué bueno que bajas, ya te íbamos a dejar

-Gracias por la espera

Los 3 salimos de la casa y subimos todas las cosas al auto. Íbamos cantado las canciones que pasaban en la radio, éramos tan felices sin saberlo. Al llegar al aeropuerto nos bajamos corriendo porque ya era poco tarde.

-Córrele Ysa, tu eres más joven que nosotros y es mucho más probable que llegues a impedir que el avión se vaya sin nosotros -dijo mi padre mientras corríamos.

Corrí lo más rápido posible, al llegar al chequeo y todo eso la señorita me dijo que me calmara y respirara bien, que habíamos llegado a buena hora porque el avión tuvo un pequeño retraso, eso me alivio demasiado.

-¡Llegamos a buena hora! el avión tuvo un atraso, así que no tendremos que esperar demasiado.

-¡Gracias Dios! -exclamo mi madre.

Al pasar ya a la sala de espera compramos unas botellas de agua porque después de tanto correr nos habíamos deshidratado. Después de esperar como 30 minutos abordamos el avión, mis padres se sentaron juntos y yo me senté con una chica súper agradable. Habíamos llegado a Londres, nuestra primera parada, al llegar recibí un mensaje de Mauricio.

¿Amor, ya llegaste? espero te vaya bien en tu viaje y espero que llegues bien, ya te extraño :( -Mauricio

Cuando él quería podía llegar a ser romántico, pero eso solo pasaba cuando trata de pedirme perdón.

Llegue bien, no te preocupes, yo también te extraño -Ysabel