Máscaras

Dia.2

Título: Desafío aceptado.

 

Presente

 

Malditas botas pueden joderse, al carajo que se jodan todos, mi cuerpo se tambaleó un poco al ver una figura o mejor dicho un cuerpo masculino en mi cama.

Llegar a mi departamento después de la fiesta en casa de Roy. Me tenía agotada. ¿Estaré alucinando?

No pude ver su cara ya que estaba tapada boca abajo con una almohada ¡¿oh por dios mataron a alguien en mi cuarto?

 

Ay dios April no seas mensa, mira aun respira.

 

El cuerpo de aquella persona se movió dándome un perfil muy bueno de su rostro, ¡oh no! nariz perfilada cabello negro cejas negras finas, labios finos ¿¡Alexander!?, sí estoy segura que es el.

 

¿Pero que carajos hace el aquí?

 

¿Qué demonios le pasa?, sus labios se curvaron en una sonrisita de lado una vez giró hacia mí, me quite mis y se la lance al intruso haciendo que se levantara de golpe.

—¿Se puede saber qué haces en mi cuarto, y en mi departamento? —pregunte, se levantó alzando una ceja divertida al verme se volvió acostar en mi cama.

¿Estaba con coraje? siii, ¿pero me gustaba que estuviera aquí él? Obvio noooo. Es un maldito desconocido.

—Tomando un descanso, ¿acaso eres ciega? —oiga a este atrevido, comenzamos bien y ya anda buscándome pelea—si me disculpas, tengo otro descanso que tomar. Además, huele delicioso.

Dijo llevándose a su nariz un pedazo de la tela de mi cama. 

Puse mis brazos en forma de jarra en mi cintura y al ver que no se movería me senté en la orilla de la cama para poder quitarme la otra bota de mi pie.

—Sabía que no eras de fiar—masculle lo más bajo soltando un suspiro.

—¿Por qué las botas? —arrugué la nariz en forma de respuesta, no le entendí para ser más clara—porque te quitas las botas, se te ven bien. Aunque te podría decir y asegurar sin pruebas que hasta desnuda te verías hermosa.

Lo miré sorprendida por su coqueteo directo.

—'Por qué se me da la gana, y para la próxima ahórrate tu opinión, ya que no me interesa en lo más mínimo—respondí sin rodeos, Alexander soltó una risa ronca y giró para verme directamente a los ojos. —¿Se puede saber cómo supiste donde me quedo? ¿Y quién mierda te dio permiso para entrar aquí?, hasta donde me dijeron la seguridad aquí es buena…Oh lo era.

 

Dijo haciendo referencia a él.

 

—¿Y usted desde cuando es tan curiosa? —preguntó mirándome a los ojos, gire rápidamente mi cabeza a otro lado que no sean sus ojos.

 

Hablaba como si nos conociéramos de años el maldito.

 

—¿Y usted desde cuando es tan entrometido? Apenas te conocí y ya eres todo un cretino—pregunté, curvó sus labios en una sonrisa que no supe descifrar.

—Si cretino es que seas mi adicción entonces sí...soy un cretino—que confianzudo y directo.

—¿Sabe usted que es de mala educación meterse al cuarto de una desconocida? —dije atándome el cabello, mechones escapaban por toda mi cara.

—Necesitaba socializar más contigo. Si te soy sincero creo que eres o mejor dicho eres la primera persona a la que quiero darle explicaciones. Lo cual es raro, porque apenas de conocí y eso es sumamente raro en mi—me detuve en seco al oírlo, entreabrí los labios levemente.

—Pues fíjese que a mí no me gusta darle a nadie explicaciones—dije girando mi rostro para encararlo, su cara estaba cerca de la mía por lo cual pude apreciar el oscuro de sus ojos tan profundo, tan detallado—ahora mismo, quiero que te largues de mi cuarto.

Bajo su mirada a mis mejillas.

—¿Y si no me voy, que?!

—Oh no sabes de lo que soy capaz, pero con gusto te lo enseñaré—dije alejándome de él, le di un empujón lo cual lo hizo despabilar—lástima que no estoy de humor para ponerte en tu lugar. Muero del sueño y tu solo me estas retrasando.

—¿Y cuál sería el lugar donde me tendrías que poner? —dijo sentándose nuevamente en la orilla de la cama esta vez.

—No pienso responder a eso.

—Ya me estas respondiendo—dijo—no exactamente la pregunta, pero ya me estas dando una respuesta, ¿no crees?

—Apenas te conozco y ya te cogí un fastidio—dije poniendo mis ojos en blanco. 

—Tranquila haré que ese fastidio se vuelva en otra cosa. —su boca se acercó a mis labios y juraría que iba a besarme, pero en un instante sus labios subieron a mi frente y me beso justo hay— no soy ni te faltaría ni haría algo sin tu consentimiento. Esperaré por ti…el tiempo que nos quede…eso si te digo y te aseguro que me ganaré cada parte de ti cada día. Así me veas como un tipo rarito confianzudo.

Mire sus labios con cierta intriga.

 

 NO Y NO.

 

Años atrás

—¿Crees que alguien como tu podría ser amada? —preguntó.

—Jay....tú no eres así.

—¡Tu puta excusita de mierda me volvió así April! —grito haciéndome retroceder —¿¡en serio crees que en una maldita relación solo puede haber besos y abrazos!, que estúpida eres.

—¿Que mierda le había pasado al chico que una vez dijo que esperaría el tiempo suficiente?

—¡Se murió por tus malditas excusas! —grito.

—¡Tu más que nadie sabe por lo que estoy pasando Jay, no son excusas! ¡Y si no eh tenido sexo contigo es porque no me he sentido a gusto ni conforme maldita sea! —dije mientras intentaba contener las malditas lágrimas en mis ojos.



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En el texto hay: misterio accidentes y muertes, misterio drama

Editado: 13.09.2024

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