Título: Ni las estrellas alcanzaran para ponerles tu nombre.
Presente
Hoy es la fiesta de Carla una más de mis amigas, dato, Carla le gusta hacer fiesta cada domingo no pregunten porque simplemente le gusta y ya, es su tema favorito. Carla es una de mis compañeras de trabajo de una de mis galerías de arte en variedades de campañas y países.
Mire aquella carpeta con toda curiosidad, la cual estaba llena de información, SIP voy a leerla, pero antes…a vestirme.
Ahora sí agarre los converse mal gastados, pero son una maldita leyenda de la buena, bueno ya ahora sí.
La yema de mis dedos tocando el sobre frío como si en cualquier momento se iría de mis manos, pero a la vez sentía una gran satisfacción y nervios de solo imaginar toda la jugosa información hay en ese pequeño pedazo de hoja.
.....
…
..
.
Mierda.
Isaac… ¿está muerto?
no...
Porque mierda... no sabía que...
trague grueso procesando toda la información en aquel papel que mis manos habían dejado caer al piso con lágrimas rebeldes cayendo de mis ojos.
Según el papel...Isaac había muerto hace años atrás. antes de irme al extranjero...
La última vez que nos vimos fue en mis 15. Fue cuando me confesó su amor por mi...ay Isaac.
Mis pies flaquearon haciendo que terminara sentida en el piso con el papel en mano llorando…Lo sabía, esa carta era falsa…aquella carta que mi papa me entrego que según Isaac me la habia dejado en plan no volverme a ver nunca más en su vida.
Y wow ¡sorpresa! cuando decidí irme, murió…
Años atrás
—Recuerdo la vez que te vi escondiendo tu rostro al ir a verme. Sonrojada por mí. Te volviste un sueño bonito en el que no quisiera ni quiero despertar nunca en mi vida. Rubia maldita esperé y esperaré lo que sea por estar juntos. Yo esperaré por ti así me tome décadas, años, minutos, segundos, días. Muchos dicen que el amor llega pasando los 18 pero en mi mente tú y yo en estos momentos ya estamos casados juntos teniendo un gato de los que te gustan. —sonrió de lado haciéndome mirarlo con un brillo inquieto en mis ojos sin cesar lo mire fijamente sonriendo.
Me acerqué a él poniendo ambas manos mías en su barbilla para hacerlo bajar su vista para que sus ojos estuvieran a la altura de la mía. Acaricie con mi dedo pulgar su rostro y en eso todo mi mundo se volvió una linda y preciosa e inigualable e incomparable obra de la perfección y la imperfección unidas. Besé sus labios.
—Estaré esperando por ti—dije al separarme de sus labios para volver con todos mis familiares y amigos.
Presente
—¿Que escondes muñeca? -su voz ronca se posó en mi oído dando un toque de riesgo y picardía, gire viéndolo a sus ojos, acaso este chico no se cansaba. Ya había pasado un mes desde que no se aparecía ni por el rabillo de la esquina.
—¿Muñeca? Tu madre—dije.
Lamí mis labios intentando agacharme con discreción para agarrar los papeles que estaban en el suelo aún. Lamentablemente mis manos en estas ocasiones eran torpes si se podría decir así. Incluyendo mis piernas. Así que deje ay el sobre
—Veo que nos hemos levantado durmiendo juntos eh. ¿No me vas a saludar? —pregunto recostándose en mi cama haciendo un puchero. Maldito.
—¿A cuántas les has dicho eso? ¿Y se puede saber dónde has estado estos meses? —dije desviando mis ojos de sus ojos.
—Aún no te has dado cuenta...
Este chico definitivamente me quiere confundir, ¿no?
—De que debería darme cuenta? —dije mirando su rostro, puede sonar absurdo e idiota o todo, pero…cuando veo a Alexander hablar o hacer cualquier tontería en el poco tiempo que lo acababa de conocer para lograr hacerme enojar simplemente me detengo y....siento un sentimiento que no le podría poner nombre, no sé cómo llamarlo o como decirle.
—Esa respuesta te la dejo a ti misma, Pril—dijo posando su cara en mis piernas alzando con ambas manos su cabeza para verme—si te lo dijera…estaríamos acabando la jugada.... ¿no crees?
mmm. Cada vez más confundida.
—Algún día acabará todo esto...solo espera...se paciente.
Murmuro para mí, mis ojos bajaron a la manzana moviéndose con cada palabra que decían esos labios curvados.
Acercó su rostro a mi rostro, acorralo mis caderas con sus manos sujetándolas con firmeza les dio un apretón a ambas haciéndome soltar un gemido, ¿mierda que hago con mi vida?, sus ojos me miraron con profundidad y deseo mientras que sus labios susurraban las siguientes palabras mágicas.
—Ruega porque te bese, Cárter, sé que lo deseas al igual que yo, solo…pídemelo…vamos April, necesito escucharlo de tu boca.
Jodida mierda, sus manos abandonaron mis caderas para seguir el camino de la perversión como le llamo yo, agarro mi cintura y de un jalón con ambas manos caliente en aquella parte me tuvo bajo suyo, bajo su cuerpo su respiración estaba caliente mientras que la mía acelerada y loca por besar cada parte de su cuerpo y su rostro incluyendo la manzana, su boca viajo a mi cuello dejando par de besos húmedos hay una de sus piernas se clavó en el medio de la cama abriendo un poco mis piernas en el paso, subió sus ojos a mi rostro y con una sola mirada una de sus manos rápidamente agarró mi pelo en un puño y subió su rostro al mío velozmente mientras que su otra mano se posó en mi mandíbula alzándole a la altura de su rostro y con ese pequeño movimiento estampo sus labios con los míos, mordió mi labio inferior mientras que con su pierna movía mi pierna poco a poco, oh mierda, está....despierto.