Matías y María.

Nuevo Día

Hay tantas cosas que no supero, este viaje, todavía no.

Pero sé que Mamá me hará sentir mejor.

Un nuevo día inició, llegué a la cocina para desayunar, mi mamá siempre está ocupada preparando comida. Hubiera sido buena llevarla de viaje también.

- ¿Te sientes mejor hija?

- Me siento mejor, el viaje fue más difícil de lo que pensé.

- Esta bien. ¿Ya quieres comer?

- Sí.

Especialmente hoy siento mucha hambre.

Hablamos del viaje, evitando las partes malas, hablando de lo divertido que fue el concierto, también sobre unos maravillosos paisajes que pude ver en el viaje. Traté de evitar que la conversación fuera sobre él, pero llegó el momento y tuve que responder la pregunta que me hizo mi Mamá.

- ¿Y cómo te fue con Matías?

Siempre hablaba con tanta emoción sobre Matías, apuesto a que es porque lo quiere como hijo.

- Pues, nos fue bien, en el viaje.

Lo mejor fue responder simple y sin mucha información.

- ¿Sólo eso?

- Sí solo eso.

Sabía que seguiría hablando de ese tema así que termine de comer, me ocupé de mis asuntos por un rato, después fui a trabajar, y así logré evitar la tragedia.

Apenas caminé en las calles de Estados Unidos pero podía sentir la diferencia a mi hogar, mi México.

Fue maravilloso no tener que trabajar por varios días.

Pero tenía que reponer tanto dinero que gastamos en Estados Unidos, disfruté cada centavo, tengo tantas fotos como para vender un calendario y no estoy arrepentida.

- Volviste. ¿No te perdiste en Estados Unidos?

Desde el primer segundo recibí el saludo de Cándido.

- Hola Cándido. ¿Cómo estás?

- Muy bien María de todos los Ángeles.

Es el turno que Cándido me moleste.

Ya no me dijo nada más, sabía que le ganaría en la discusión, yo se tantas cosas sobre él... Pero no necesito contar sus secretos, por ahora.

El día pasó con total normalidad, clientes de vez en cuando, comida en horario de trabajo, descansos para ir al baño. Lo típico.

Al salir del trabajo siempre hay una parte en la que me despido de Cándido, pues el va en otra dirección a su casa.

- Adiós Cándido.

- Adiós María.

Estaba cruzando la esquina, ocupada en mis pensamientos cuando sentí algo en la espalda.

- Si haces algún ruido, voy a disparar.

Tenía la pistola en mi espalda, no quería morir.

No tuve más opción de que darle mi bolso, saqué el dinero del bus y el chip de mi celular. Entregué lentamente todo lo que tenía en mi bolso, y cerré los ojos.

Tenía mucho miedo, no quería problemas, así que dejé de moverme.

Nunca supe en que momento se fue, esperé demasiado tiempo, con miedo comencé a dar la vuelta, por suerte se había ido.

Dejó el bolso llevándose todo lo de valor. Ya no pude estar tranquila, porque pensé que podría volver a pasar, será que fue algo organizado, volverán a robarme mañana, me preocupé de lo que podría pasar.

Cuando llegué a casa, le conté todo a mi mamá y ella me abrazó para consolarme. Fue un poco difícil dormir ese día.



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En el texto hay: viajes, humor, amor y desamor

Editado: 13.09.2024

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