Matrimonio a cambio de Dinero

Capitulo 18.

 

Pasaron dos meses, dos meses de los cuales se me habían hecho eternos y muy difíciles. Dos meses desde que yo trabajaba para mi padre. Todo era muy fácil, aunque al principio tarde un poco en aprender. También retomé mis estudios, ahora que había la posibilidad no podía desperdiciarla, mi padre me apoyo y trabajaba para el en las mañanas y tardes. En las noches las dedicaba a estudiar. No iba a una escuela como la gente normal pensaba, venían profesores a enseñarme, pues yo no quería ni salir a la calle por miedo a encontrármelo.

 

 

 

 

Christian, ya jamás se había aparecido por mi casa. Algunos días antes me estuvo insistiendo para que nos viéramos y me pudiera explicar, pero yo era una persona muy necia y orgullosa. Me negaba a tener contacto con él. Con mis padres fuimos a ver un abogado para ver que se podía hacer, pero dado el caso que yo solo llevaba unos meses de casada. No me podía divorciar. Tenía que esperar mínimo un año de matrimonio.

 

 

 

 

 

 

Todo esto me ponía de muy mal humor. No podía creer que tuviera que esperar mas tiempo para divorciarme de aquel hombre.

 

 

 

 

 

 

-Hija, ¿Puedes traerme un café?- me hablo mi padre desde su oficina.

 

 

 

 

 

 

 

-Si, papá. Ahora voy.- me levante de mi lugar y fui a la pequeña cocina que teníamos en el despacho. Empecé a calentar el agua y esperé a que esta hirviera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Hola, mi nombre es Daniel.- esa voz me sobresalto y por casi me quemaba con el agua.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Hola.-aquellos ojos se me hacían realmente conocidos. Me sonrió amablemente.- Yo me llamo Jessica.-respondí un tanto tímida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Creo que tu y yo ya nos habíamos conocido antes.- me inspeccionó de arriba a abajo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Seguro que alguna ves nos hemos topado. Hasta luego.- me sonrió y yo me volteé para servir el café en una taza. Me despedí de la mano de Daniel y fui a la oficina de mi padre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando abrí la puerta de su oficina, sentí un ligero mareo. Mi padre al verme de esa manera, me quito la taza de las manos y me hizo sentar en el sofá que ahí se encontraba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Hija, ¿estás bien? Estas muy pálida.- mi padre pregunto preocupado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Realmente no me sentía del todo bien, pero seguramente era porque no había comido mucho en estos últimos meses. Esto realmente me afectaba mas de lo que creía y bueno tampoco es que me encontrará en una situación favorecedora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Tranquilo, papá, estoy bien.- respiré profundo y me levante. Pero al levantarme me volvió a llegar un mareo peor que el anterior. No podía estar de pie por mi cuenta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y en ese instante todo mi alrededor se torno negro. Caí desmayada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desperté y estaba recostada en mi cama. ¿Cómo rayos había llegado aquí? Lo ultimo que yo recuerdo era estar en la empresa de mi padre. La cabeza me dolía mucho, era como si un camión hubiera pasado por todo mi cuerpo.

 

 

 

 

 

 



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Editado: 17.09.2019

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