Matthew

14

Mis párpados se sienten pesados, comienzo a abrirlos lentamente y una luz me ciega la vista obligándome a cerrarlos otra vez.


 


 

Llevo mis manos a mis ojos para despabilarlos un poco, cuando lo logro y vuelvo a abrirlos. Veo mis brazos con algunas cortadas grandes ya curadas y una intravenosa en el brazo izquierdo. Estoy en el hospital. Mierda.


 


 

Suelto un sonoro suspiro e intento reincorporarme en la cama.


 


 

¿Cómo llegué aquí?


 


 

Suelto un pequeño quejido al incorporarme. Me duele todo.


 


 

— ¿Noah? — levanto la mirada ante la llamada de mi nombre por la voz de la persona que no he podido sacarme de la cabeza en días.


 


 

— ¿Sigo viva? — pregunto con gracia haciendo que él suelte una carcajada, sin embargo vuelve a ponerse serio.


 


 

Vi como se levantó del sillón doble que se encontraba en la habitación y caminó hasta mi.


 


 

— ¿Cómo te sientes? — preguntó sentándose en la parte libre de la cama.


 


 

— Podría ser peor.


 


 

— Noah me asuste demasiado — su semblante cambio de ser serio a uno preocupado — ¿Qué pasó?


 


 

— Después de que te fuiste — empiezo — decidí que era hora de ir a darme un baño. No se si te diste cuenta pero estaba en piyama — siento mis mejillas sonrojarse levemente al recordar — Creí que Caleb no se encontraba en el penthouse. Entre y él me interceptó camino a mi habitación — niego con la cabeza — empezó a repetirme lo que siempre me ha dicho desde el incendio; nunca nos habíamos visto por estos días, cuando lo vi... creí que estaba ebrio, pero la cantidad de botellas de alcohol no eran tantas para llegar a un nivel tan alto. En un descuido mío al ver las botellas en la cocina, se abalanzó sobre mi — bajo la mira al recordar lo estúpida que fui — intenté correr pero mis zapatos terminaron atorándose en las escaleras. Ya te imaginarás lo qué pasó después — termino de contar — Ahora tu ¿Quien me encontró? ¿Cómo termine aquí? — me toca preguntar.


 


 

— Después de que dejará a Danny y pasara por algo de comida para los dos, entre al edifico y vi a un hombre, se veía raro — comenzó — intenté detenerlo pero termino empujándome y manchando mi camisa, de eso no me había dado cuenta hasta que el botones de Dean me dijo. Total, iba a subir otra vez a la azotea y él me dijo que no estabas ahí, que el hombre que salió era el tipo con quien vivías y no contestabas el teléfono del penthouse. Empezó a entrar en pánico, yo empece a entrar en pánico y subí — toma algo de aire — la puerta estaba mal cerrada y pude entrar con mucha facilidad; lo pero vino después condo vi el-el... — no sabe como decirlo.


 


 

— El cuchillo — complete por él en voz baja.


 


 

— Estaba manchado y te empece a buscar — en ese momento tomo mis manos entre las suyas — te vi inconsciente en las escaleras y Dios, no sabía que hacer. Te estabas desangrando, creí que te perdería. Espero que me perdones por lo que hice, pero tuve que romper la camisa que tenías puesta para hacerte presión en las heridas del abdomen — suelta una muy leve risa y continua — bajé contigo pero emergencias aún no había llegado y lo primero que se me vino a la mente fue en ser yo quien te trajera. No quería perder más tiempo.


 


 

— Gracias, Matthew — le doy mi sonrisa más sincera al entender que si no fuera por él, podría no estar viva en estos momentos.


 


 

Le doy un pequeño apretón a una de los manos que tengo entrelazadas y él se acerca más a mi. Al principio me sorprendo por el acto, pero después cuando me rodeó con sus brazos... todo cambio.


 


 

Como pude le devolví el gesto, cuidando que no se moviera mucha la intravenosa del brazo.


 


 

Enteré mi cabeza en su cuello y sentí como me apretó más contra él.


 


 

Unos toques en la puerta llamaron nuestra atención. Matthew a regañadientes se separa de mi y va a atender, dando paso a una doctora.


 


 

— Hola Noah, soy la doctora Coleman — se presenta un segundo... ¿el apellido...? — me gustaría hablar contigo sobre unas cosas y principalmente sobre tu estado en estos momentos, pero primero necesito que me llenes unos papeles en lo que hablamos.


 


 

— Claro — tomó la tabla que me extiende y veo una hoja de registro.


 


 

Con calma comienzo a llenar las cosas que pide y le platico lo mismo que le platiqué a Matthew.


 


 

— Me tomé la libertad de investigar tu expediente médico — dice la doctora Coleman tomando la tabla que ya termine de llenar — me sorprende que no seas alérgica a nada, pero seas intolerante a la fresa — dice divertida a lo que yo río.


 


 

Un celular suena y volteamos a ver a Matthew, toma su celular, me da una mirada y sale a contestar.


 


 

— Noah... — llama mi atención la médica — Unos agentes federales vendrán a hacerte unas preguntas respecto a tu caso — me lo esperaba — en tanto a tu estado, no fue tan grava como me imaginé. Tienes un total de 27 cortadas — un nudo se instala casi por automático en mi garganta — de las cuales las del abdomen son las peores. Se rasgó parte de tu intestino y el arma rozó con otros órganos importantes. Necesitarás reposo para sanar las heridas tanto internas como externas, no puedes hacer fuerza o movimientos bruscos para que las suturas no se vuelvan a abrir.


 


 

— ¿Qué más?


 


 

— Por ahora te estaremos dando suero por la pérdida de sangre que tuviste y así te recuperarás más rápido, también varias pastillas para el dolor.




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