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(Capítulo +18)

Justo ahora estoy sintiendo lo que Matthew sintió cuando me encontró en las escaleras del departamento, pero la diferencia en que no se a qué dirección fue la bala.

Forcejeo todo lo que puedo contra Caleb quien seguía con el arma en mano. Con mis grandes botas le doy un pisotón en el pie derecho, me volteo y le arremeto un golpe en la garganta logrando que suelte la pistola. La pateo y corro hacia Matt quien también viene hacia mi. Un suspiro de alivio sale involuntariamente de mis labios.

Esta bien y eso es lo único que importa.

Toma mi mano y comenzamos a correr con Andrew y Josh en dirección hacia donde están estacionados varios autos y el primer coche que identificó es la camioneta de Matt. ¿Como llegó aquí?

— Josh, las llaves — pide Coleman y el nombrado se las lanza.

Andrew y Josh se suben en la parte de atrás dejándome enfrente como copiloto. Salimos a toda prisa del lugar y ya que salimos a la carretera bajamos la velocidad.

— Bien ¿cuál es el plan ahora? — pregunta Andrew metiéndose entre los dos asientos delanteros.

— Tenemos que llegar antes que Caleb al edificio donde vive Noah, entramos, sacamos todas sus cosas como podamos y nos vamos — contesta Matthew.

— ¿Qué? ¿Si me salgo del departamento donde fregados quieres que me quede?

— Cariño, acabo de comprar una casa — me recuerda — no voy a dejar que te quedes más con ese psicópata.

— Matt, la casa ni siquiera está amueblada, y no quiero ser un estorbo. Mira nada más cuantos problemas he traído.

— ¿Compraste una casa? Hermano ¿de qué nos perdimos? — interrumpe Josh.

— Las cosas del piso de arriba llegaron después de que te deje en tu casa, nada más falta lo del piso de abajo que llega el lunes — Matt sonríe. Tal vez para él todo esté acomodado y funcione, pero yo me siento rara, me siento mal por todo esto. No quiero ser una acomodada con él o que piense que me estoy aprovechando de él.

Lo único que me queda hacer es asentir y esperar a llegar al departamento.

Dejamos la camioneta encendida y bajamos Josh, Matthew y yo corriendo al edificio, le dedicó una mirada rápida a Dean y el parece confundido. Esperamos sin paciencia a qué el elevador suba hasta mi piso. Salimos al departamento y corremos todos escaleras arriba hacia mi habitación. Los guío y cuando entramos Matt se mete en mi armario a sacar las cosas básicas de ahí y ponerlas desacomodadas en una maleta. Yo por mi lado tomé todas las cremas que uso diario para las cicatrices y Josh toma mis cosas de la universidad.

Todo está listo, salimos de la habitación corriendo esperando no encontrarnos a Caleb en el camino y me detengo.

— Mierda, esperen — me regreso a la habitación y tanteo las almohadas para sacar el diario. Corro de regreso a con ellos y ahora si nos vamos.

Echamos todo a la camioneta y amontonados nos volvemos a subir.

Andrew presiona es acelerador y después de arrancar veo por el retrovisor de adelante al auto de Caleb llegar. Justo a tiempo.

En medio del camino nos estacionamos para hacer un cambio de piloto, Andrew no sabe dónde es. Matthew conduce hasta su nueva casa y cuando llegamos al vecindario poco a poco va bajando la velocidad hasta detenerse en la casa pintada de blanco.

Un silbido se escucha de la parte de atrás de la Jeep.

— La jota ya creció — volteo a ver a Josh y lo veo quitarse una lagrima invisible del ojo. Creo que de los tres ya se quien es el dramático.

— Si, si, vamos.

Bajamos de la camioneta con mis cosas y Matt abre la puerta de la casa. Él y yo subimos al piso de arriba y me encuentro con todo acomodado... oh bueno, casi todo. El pasillo está vacío y nada más hay dos cuartos con cama y una mesa de noche. Todo blanco.

Encendemos las luces de una habitación y Matt deja mi maleta sobre la cama matrimonial.

— Me quedaré contigo — avisa.

— Matthew ve a casa, necesitas descansar. Yo estaré bien aquí.

— Lo se, se que estarás bien, pero necesitamos hablar sobre el porqué el diario no estaba donde lo habíamos escondido inicialmente — solo asiento con la cabeza. Tarde o temprano le tenía que decir lo que había pasado.

— Bien. Pero no tienes nada tuyo aquí aún — le recuerdo.

— No, pero puedo solucionar eso — me da una pequeña sonrisa ladeada —. Iré a dejar a Andrew y a Josh a su casa, pasaré a la mía por algo de ropa, dire que me quedaré con ellos dos y regreso para acá.

Me acerco a él y tomando su rostro entre mis manos le planto un beso.

— ¿Qué hice para estar con alguien como tú?

— Solo fuiste tu misma.

Me sonríe y vuelvo a besarlo. Mi mundo no es color rosa, nunca lo ha sido, pero estando con él al lado las cosas cobran sentido. Él le da sentido a mi vida. Se que es poco el tiempo que llevamos de conocernos, y de qué estamos juntos, pero las cosas por las que hemos pasado me unieron tanto a Matt, que ya no me imagino estar sin él.

El sonido de pasos posando la escalera hace que nos separemos de golpe.

— No interrumpí su sesión de besos, ¿verdad? — pregunta Andrew.