Los hombros de Ominis caen, como si la carga de las expectativas y el peso de la herencia lo oprimieran. "Parece ser que...", comienza a decir con una pausa que delata la gravedad de lo que está a punto de revelar. "Que los Gaunts, mis padres, me ven como un 'heredero' o algo así..." deja caer, como si la etiqueta de heredero trajera consigo una carga de responsabilidades que él no había elegido.
Maxine, con ojos centelleantes de emoción al descubrir que está frente a un heredero de Slytherin, pronto percibe la sombra de la incomodidad que se posa sobre Ominis. Intenta contener su entusiasmo, consciente de que las expectativas familiares pueden ser un fardo más pesado de lo que aparentan. "Espera... un heredero? ¿Te miman demasiado o algo así?" indaga, tratando de abordar el tema con delicadeza, como una dama que descubre las complejidades detrás de una fachada reluciente.
La respuesta de Ominis llega con pausas que revelan la carga que lleva consigo. "No me miman, Maxine... me presionan... me presionan para poder tomar el lugar de mi padre", confiesa, como si las cadenas de las expectativas fueran más asfixiantes que cualquier muestra de afecto. "Para ser el gran 'líder' o como sea", añade, como si la herencia Slytherin llevara consigo un peso que él no eligió.
"Y yo no quiero ser... eso... no me importa, la verdad... pero... no es que me dejen mucho tiempo para que me lo piense...", revela, como si estuviera atrapado en un destino que le era impuesto y que lucha por aceptar.
Maxine, con los brazos cruzados y la mirada perdida en el suelo, reflexiona sobre las similitudes en sus propias luchas. "Oh... ya veo... debe ser difícil, Ominis", murmura, como una dama que comprende el peso de las expectativas familiares. Mirando por la ventana, recuerda las presiones de su propio padre para dirigir la empresa familiar y estudiar algo que a ella no le gustaba. "Sí... puedo entenderte un poco", agrega, creando un puente de comprensión entre las complejidades de sus vidas.
Ominis, en medio de pausas que revelan la sensibilidad de su pregunta, se aventura a indagar sobre la experiencia de Maxine con su propia familia. "¿Cómo... cómo lo resolviste... con tu familia?" pregunta, como si estuviera desentrañando secretos que solo se atreven a susurrarse en las sombras. "Sé que... la pregunta es un poco... un poco 'incómoda'...", añade, como si estuviera explorando terrenos delicados. "Pero me cuesta tanto. Me gusta tener a alguien con quien sea posible hablar y aprender del tema", confiesa, buscando en Maxine una aliada en el laberinto de las expectativas familiares.
Maxine, con una mezcla de humor y sabiduría, comparte su experiencia con una sonrisa traviesa que baila en sus labios. "Bueno, básicamente Hogwarts me secuestró", bromea en su mente, como si la institución mágica hubiera sido su refugio y escape. "Es incómodo, pero debes ponerte firme. Tal vez cuando seas mayor... te vayas de la casa. No creo que te molesten con eso. No pueden obligarte", aconseja.
Lo mira con ojos serios, transmitiendo una verdad que ha descubierto en sus propias luchas. "Lo más precioso y que nadie te puede quitar es el conocimiento y la libertad, Ominis. Sé que es difícil de ver en esta situación, pero es tu vida y nadie te tiene que decir qué hacer, porque lo único que tienes es tenerte a ti mismo, mi querido amigo", reflexiona, como si estuviera compartiendo las lecciones más valiosas de su propio viaje. "Lo más importante en tu vida es tu propia libertad, la libertad de elección", concluye, como una filósofa que ha encontrado la esencia de la verdadera riqueza.
Ominis, sumergido en la contemplación de las palabras de Maxine, finalmente esboza una sonrisa que ilumina sus ojos. Asiente como si hubiera encontrado una brújula en las palabras de su amiga.
"Sí... gracias, Maxine. La verdad es que... se me da difícil ser 'firme' con ellos... pero tienes razón. Es... es mi vida. Y no me tienen que definir lo que quiero ser del futuro... o quien quiero dejarme ser", comparte Ominis, como si estuviera descubriendo una verdad liberadora.
Extiende su mano, una invitación a unirse en la camaradería y complicidad. Maxine, animada por la conexión que han forjado, estrecha la mano de Ominis con entusiasmo. "Me encanta que hayas sonreído, en sí no te pueden obligar. Y siempre puedes contar conmigo, Ominis", asegura, como una dama que ofrece su lealtad y amistad incondicional.
Ominis, iluminado por una sonrisa que parece emerger con más facilidad, expresa su gratitud. "Ya, bueno, gracias... y... yo también quiero que sepas que yo sigo estando para ti", declara, como un caballero que jura lealtad y amistad sincera.
En una pausa llena de significado, Ominis agrega: "Al final, me gustaría que nos quedemos amigos". Extiende la mano en un gesto que simboliza un pacto de camaradería y complicidad. "Y... gracias... por ayudarme a pensar en... en eso", concluye, su sonrisa volviendo a jugar en sus labios.
Maxine, correspondiendo con una sonrisa amistosa, responde con naturalidad: "No es nada, Ominis".
Al día siguiente, en su rutina escolar, Maxine se dirige a la clase de pociones. En el aula de pociones, Ominis, aún llevando consigo el destello de la conversación anterior, decide acompañar a Maxine. Se sienta en una silla al lado de ella, saca su libro de pociones y se sumerge en los ejercicios que el profesor ha asignado a los estudiantes. La presencia de Ominis a su lado añade una capa de camaradería a la rutina académica, como dos almas que se apoyan mutuamente en el transcurso de sus días en Hogwarts.
El aula de pociones es dirigida por el enigmático profesor Aesop Sharp, un hombre de apellido que evoca su agudeza perceptiva. Miembro distinguido de la casa Slytherin, Aesop Sharp es una figura formidable con una historia intrigante que se despliega a través de los pasillos de Hogwarts.
El profesor Sharp, cuyo nombre se deriva de Esopo, un antiguo escritor griego, lleva consigo la herencia de la sabiduría y la astucia. La palabra "sharp", que significa rudo en inglés, resuena con su carácter inflexible y su capacidad para discernir la verdad.