Parte I Capitulo 18

"Y... sí, fui acosado por otras personas de mi edad. Y... no fue algo muy agradable. Pero... bueno... he aprendido a sobrevivir con ello.'" La revelación de Ominis, una confesión marcada por la cicatriz del pasado, resonaba con una mezcla de resignación y valentía.

De pronto, Ominis sonríe, pero su voz suena amigable. “Algunos de ellos se convirtieron en mis mejores amigos en los años en los que... crecimos." La sonrisa de Ominis, una luz que rompía las sombras, sugería una narrativa de redención y amistad que trascendía las adversidades.

"Ohh eso es bueno, digo tus amigos..." La respuesta de Maxine, entre la alegría por la amistad de Ominis y la curiosidad por su historia, daba forma a un vínculo más profundo entre ellos.

"Y, sí... sí... a todos los valoro mucho..." La voz de Ominis, un eco de gratitud, resonaba como un tributo a aquellos que habían sido sus aliados en tiempos difíciles.

"Pero, ya sabes, Maxine... nacer ciego no es muy fácil, especialmente en nuestro mundo de pura sangre." La admisión de Ominis, una ventana a su vulnerabilidad, confería una perspectiva única sobre los desafíos que enfrentaba en su vida diaria.

"Bueno, pero sí, no espera va a leer mi mente.” Piensa Maxine. “Bueno pero... supongo que…”, “no lo digas Maxine, eso es irrespetuoso”. Piensa Maxine, “si, si debe ser más difícil. Pero lo bueno es que naciste en una familia con dinero, ¿no?" La reflexión interna de Maxine, un torbellino de pensamientos, capturaba la dualidad de compasión y precaución en su mente.

"Pausa. 'Oh... sí... es verdad, al menos. Mi familia me ama, a su manera, pero no es como si yo me sintiera muy bien con el hecho de haber nacido con esta condición. Mi familia sí lo ha aceptado como si yo lo aceptara, pero yo no.'" La confesión de Ominis, un eco de contradicciones internas, arrojaba luz sobre la complejidad de su relación con su propia identidad.

"Si... hay que ver el lado positivo” sonríe, “me lo puedo quedar ya... shhh”, piensa Maxine. “Pero... ¿quienes te acosaron? ¿Puedo vengarme?" La sonrisa de Maxine, un destello de ingenio y complicidad, insinuaba un deseo de proteger a su amigo y de aliviar las cargas del pasado. 

En la penumbra del comedor de Hogwarts, donde las luces titilaban como estrellas distantes, la conversación entre Ominis Gaunt y Maxine Borage resonaba con la cadencia de confesiones sinceras y amistad en ciernes.

"De verdad, Maxine... No lo harías por mí.'" La voz de Ominis, suave y reflexiva, se deslizaba en el silencio, llevando consigo la carga de una historia que se desplegaba entre las sombras.

"Los que me acosaron... ahora los puedes llamar amigos míos.'" La revelación de Ominis, envuelta en una paz que solo el tiempo puede traer, tejía una narrativa inesperada de redención y crecimiento.

"Así que... gracias por la oferta, de verdad... pero en serio, no necesito venganza." La negativa de Ominis, marcada por una sabiduría tranquila, resonaba como una afirmación de que el perdón y la aceptación podían superar las heridas del pasado.

"Jajaj está bien solo quería hacer algo bueno", se excusa Maxine. Su risa, ligera como una brisa juguetona, añadía un toque de humor a la conversación, como si el comedor mismo se iluminara con su alegría.

"Maxine... si puedes hacer algo bueno, hazlo para ti misma...'" La voz de Ominis, llena de sabiduría, sugería un consejo que trascendía las circunstancias, una verdad atemporal que resonaba en las paredes del castillo.

"No sé si me entiendes... pero en serio, si puedes mejorarte a ti misma, hazlo.'" La insistencia de Ominis, una llamada a la autorreflexión, revelaba un deseo genuino de ver a Maxine florecer en su propia luz.

"Usualmente yo tengo buenos consejos, ¿será un Hufflepuff?", piensa Maxine, como si las casas de Hogwarts fueran extensiones de la personalidad de cada individuo. La mirada de Maxine, perdida en la mesa, sugería un pensamiento profundo que resonaba con la esencia de su ser.

De pronto, Ominis se ve un poco enojado, o más bien, como si estuviera pensando mucho. “Maxine, ¿me podrías decir una cosa?'" La pregunta de Ominis, envuelta en una urgencia delicada, señalaba hacia un momento crucial en su relación.

"Si, Ominis. Dime", responde Maxine, con la disposición de descubrir los misterios que yacían en el corazón de su amigo.

"Quiero saber... cómo puedo hacerte feliz, Maxine...'" La confesión de Ominis, un destello de vulnerabilidad, revelaba una ternura profunda y sincera que palpaba en el aire.

"Jajaja ya soy feliz, Ominis." La risa de Maxine, una melodía alegre, resonaba con la seguridad de alguien que había encontrado la felicidad en las pequeñas cosas.

"¿Segura?...'" La persistencia de Ominis, como una llama suave pero constante, sugería un deseo genuino de ser un faro de alegría en la vida de Maxine.

"Porque si no, querría saber... para ayudarte.'" La oferta de Ominis, cargada de amabilidad y preocupación.

"Lo mismo te diría a ti, Ominis." Las palabras de Maxine, pronunciadas con una suavidad que reflejaba su empatía, resonaban como una promesa de apoyo mutuo en los caminos inciertos de la vida.

"Oh, claro, lo entiendo, gracias. Pero... yo tengo un largo camino por delante. A ti, te quiero ayudar, y si sé que puedo. Así que, ¿te puedo decir... algo más?'" La sonrisa de Ominis, cargada de amistad y comprensión, revelaba una determinación oculta, una voluntad de avanzar juntos hacia el futuro.

"Si... Ominis.'" La respuesta de Maxine, firme pero receptiva, establecía un puente entre sus mundos, donde las palabras fluían como el río de una conexión recién forjada.

"Si en el futuro necesitas algo de mi parte... solo me dices.'" Las palabras de Ominis, ofreciendo su apoyo incondicional, resonaban con una promesa de amistad duradera, como un faro en la oscuridad de la incertidumbre.