Maxine, astuta, observa al Profesor Sharp y descubre la fecha en su diario: "Viernes 1 de Agosto 1890". La información la ilumina por dentro, y con ingenio, ya conoce la fecha del cumpleaños de Ominis. La pausa que sigue deja entrever la frustración de Ominis al darse cuenta de que está haciendo un gran alboroto por un día, pero su agradecimiento hacia Maxine trasciende su confusión. "De verdad que lo agradezco, Maxine. Eres la primera persona... que recuerda...", confiesa, dejando en el aire la fragilidad de sus emociones.
Maxine Borage, con un escepticismo juguetón, indaga sobre la autenticidad de la revelación de Ominis. Su tono de pregunta sugiere la posibilidad de que sea una broma, sin embargo, la respuesta de Ominis irradia sinceridad. "Por verdad que lo es", afirma él, despejando cualquier duda. Ominis, al sentir la necesidad de agradecer, revela la importancia del día para él. "¿De veras crees que estaría jugando cuando es un día especial para mí?" expone con una mezcla de seriedad y gratitud. La expresión de amistad se enraíza en sus palabras: "En verdad... gracias, amiga." La pausa que sigue revela la solemnidad del momento, mientras Ominis, con un toque de complicidad, pregunta a Maxine: "¿Ves, Maxine? ¿No era difícil?", construyendo así un puente emocional entre ambos.
Maxine, en respuesta, rompe en risas, mostrando su capacidad para encontrar lo humorístico en la situación. "Jajajja como que no era difícil que cosa?" responde con alegría, desmantelando cualquier tensión. La conversación se torna en un intercambio ligero, pero Ominis, en su sinceridad, revela una vulnerabilidad inesperada. "No, ¿no era difícil para ti?" pregunta, sugiriendo la importancia de la conexión que comparten. Ominis, al expresar su falta de muchos amigos en Hogwarts, agrega una capa de melancolía a la escena. Sin embargo, su sonrisa amable muestra un atisbo de aceptación, y al declarar su preferencia por la calidad sobre la cantidad en amistades, revela una filosofía de vida que contrasta con la norma.
Maxine, con afecto y complicidad, desestima la autocrítica de Ominis. "Ay no seas Tonto vamos tengo que planear algo divertido que hacer Hoy Ominis...", exclama, indicando su deseo de hacer especial el día de su amigo.
En un momento de pausa, Ominis Gaunt revela una vulnerabilidad inusual al expresar sus pensamientos a Maxine. "Maxine... Nunca lo hice en mi vida, pero... si me lo pides...", confiesa, sumergiéndose en un terreno emocional desconocido. La promesa de intentarlo y su agradecimiento por la amabilidad de Maxine añaden una capa de sinceridad a sus palabras. "¿Dónde pensaste que podríamos ir?" pregunta, revelando una disposición a explorar nuevos horizontes junto a ella.
Maxine Borage, con su ingenio y encanto, propone un plan que despierta una sonrisa en Ominis. "Ominis, ¿qué te parece si tenemos un picnic a la tarde? No sería divertido?" sugiere con entusiasmo, dando forma a la posible primera experiencia conjunta. La respuesta de Ominis, con una sonrisa y un asentimiento, destila complicidad. "¿Un picnic... a la tarde? Sé de algún lugar bastante agradable, Maxine... Y... ¿qué digo? Sería más que divertido...", responde, dejando entrever una chispa de emoción que sugiere la anticipación de un encuentro especial.
En un giro de eventos, Maxine, mientras busca libros en su cuarto, se encuentra con una sorpresa en su baúl: tarjetas encantadas de cumpleaños para Ominis. La revelación la desconcierta, pero su mente viaja en el tiempo, reconociendo que, de alguna manera, Maxine de 1890 ya conocía la fecha especial. La ironía del descubrimiento se plantea en sus pensamientos mientras cierra el baúl.
Ominis, al ver las tarjetas, se muestra perplejo. "¿Qué... es eso, Maxine?" pregunta, confundido pero entusiasmado. La posibilidad de que Maxine se preocupara por él lo deja atónito. "¡No me digas que... te preocupas por mí... mucho?" revela, expresando una mezcla de sorpresa y gratitud.
Maxine, con una risa juguetona, confirma su afecto constante. "Jajajja sí, Ominis, siempre.” “Bueno, en verdad no estoy mintiendo", reflexiona, entregando la tarjeta de cumpleaños encantada antes de lo planeado. La reacción emocionada de Ominis, su agradecimiento y el abrazo que sigue, sellan el momento con una conexión más profunda. "Ay... gracias, Maxine. ¿Sabes, Maxine? Me has hecho muy feliz! Gracias, gracias, Maxine...", expresa Ominis, revelando la alegría genuina que brota de este gesto inesperado.
Maxine Borage, con una sonrisa radiante, contempla a Ominis Gaunt con felicidad, agradecida por su presencia. La expresión de alegría en su rostro refleja la dicha de tener a Ominis a su lado, sin necesidad de palabras para transmitir la conexión entre ambos.
Ominis, por su parte, se ve abrumado por la emoción, incapaz de articular sus sentimientos con facilidad. "De verdad no sé qué decir, Maxine. Solo... sé", comienza, revelando su sinceridad. En una pausa significativa, pronuncia un agradecimiento cargado de significado: "Sé que lo puedo decir. 'Gracias, Maxine.'" La declaración que sigue es un eco emocional, una revelación de sus sentimientos más profundos: "Te quiero muchísimo, Maxine. Mucho, mucho, mucho...", expresando su afecto con una intensidad que va más allá de las palabras.
Maxine, ingeniosa y encantadora, sorprende a Ominis que al abrir la tarjeta encantada. La escena se torna mágica cuando destellos dorados danzan en el aire, formando letras que revelan un mensaje encantado de cumpleaños. Una suave melodía mágica envuelve el espacio, creando un ambiente lleno de encanto. Este gesto eleva la escena a un nivel de fantasía, fusionando la realidad con la magia de la celebración.
La respuesta de Ominis es una sonrisa de gratitud y asombro. "Gracias, Maxine. De veritas estoy muy feliz", confiesa, apreciando la magia de ese momento único. La expresión de gratitud continúa: "Gracias, de veritas. Te aprecio, Maxine." La incredulidad de Ominis se manifiesta cuando comenta: "Sabes... no lo puedo creer. No pude soñar que alguien me dijera eso." La declaración revela la sorpresa y la alegría profunda que ha despertado en él este gesto inesperado.