Maxine, demostrando su afecto, responde con generosidad. "Soy tu amiga, Ominis. Me gusta que estés feliz. Traje dulces y comida para disfrutar de una buena tarde", declara, ofreciendo no solo un regalo tangible, sino también su compañía y la promesa de un momento agradable. La respuesta de Ominis refleja su sinceridad: "Ay... gracias, Maxine. En serio lo aprecio mucho." Su elogio, al comentar sobre la bondad de Maxine, es acompañado de un consejo amistoso: "Tienes una cara muy amable, Maxine. Puedo... decirte algo? Sé que es lo último que quieres oír, pero... sé... sabes qué? No oigas lo que dicen, Maxine. Sé quién eres."
Maxine, sorprendida y sonrojada, busca entender el significado de las palabras de Ominis. "Que dices, Ominis? Qué quieres decir?", pregunta, con una curiosidad genuina. Ominis, elogiando la autenticidad de Maxine, busca las palabras adecuadas: "Quiero decir que... de verdad... sé quién eres... Sabes... de veras... eres muy amable, muy amable... Y... sabes? De verdad te aprecio mucho, Maxine."
Maxine, feliz y despreocupada, sonríe mientras observa cómo el agua cae de las bocas de los pequeños leones y serpientes de piedra de la fuente. La escena se impregna de una belleza serena y de la felicidad compartida entre dos amigos.
Ominis, en un estado de felicidad palpable, agradece a Maxine con emoción. "Ay... gracias, Maxine. Gracias... de veras. Gracias", expresa, revelando la profundidad de su gratitud. Su confesión final, "Sabes... la verdad? Me gusta mucho... pasar tiempo contigo, Maxine. Me agrada mucho", subraya la conexión especial que está floreciendo entre ellos. Maxine, con una risa juguetona, interrumpe sus palabras, creando un momento de ligereza en medio de la emotividad. "Ohh basta, Ominis", se ríe, sellando la escena con una nota de alegría compartida.
En un momento de pausa y sinceridad, Ominis Gaunt revela sus sentimientos a Maxine. "En serio… sé algo… sólo quería decirte…", inicia, creando un suspenso cargado de significado. La pausa que sigue aumenta la tensión antes de su confesión: "No sé cómo lo estás entendiendo, pero… lo dije muy en serio. Me agradas mucho, Maxine, y, no sé en qué estoy pensando pero…". La revelación queda suspendida en el aire, dejando una incógnita que solo Maxine puede desentrañar.
Mientras Maxine come un sándwich, Ominis espera su respuesta, su mirada intensa revela su ansiedad por conocer la reacción de Maxine. "No sé. No sé qué estoy pensando pero… me agradas mucho, Maxine", confiesa Ominis, mostrando una vulnerabilidad inusual. Su sinceridad agrega una capa de autenticidad a la escena, mientras la paleta de emociones se expande con cada palabra.
Maxine, con su característico sentido del humor, responde con una broma ligera. "Jajaj debes tener mucha suerte de tenerme, Ominis", comenta, tejiendo un hilo de complicidad entre ellos. Ominis, agradecido, responde con una sonrisa: "Ay, gracias, Maxine. Sabes… tengo mucha suerte. Porque… gracias, Maxine. Sin ti… no sé qué haría yo." La expresión de gratitud de Ominis revela la importancia de Maxine en su vida, desencadenando una conexión especial entre ambos.
Maxine, sintiéndose aún indecisa acerca de sus propios sentimientos hacia Ominis, se deleita en la felicidad que le brinda. Maxine no sabía qué sentía por Ominis, pero le gustaba que él estuviera feliz y sonriera, enfatizando la ambigüedad emocional de Maxine. La protagonista, sin embargo, busca comprender más sobre la vida de Ominis: "Oye Ominis, ¿qué es ese trabajo que... bueno, tienes que terminar por tu padre?" Su pregunta añade un matiz de intriga, revelando una curiosidad por descubrir más sobre la vida de Ominis.
Ominis, en una pausa que refleja su reserva, responde: "¿Qué trabajo, Maxine?" La pregunta de Maxine parece abrir una puerta a un tema delicado. Ominis, con honestidad, comparte: "Sí, de verdad, tengo un trabajo a seguir. Es una cosa de... de mi familia." Su confesión sugiere una carga emocional en torno a sus responsabilidades familiares. Ominis, aunque reconoce la necesidad de cumplir con ese deber, confiesa que no le gusta. La escena termina con una nota de melancolía, revelando una faceta más profunda y compleja de Ominis Gaunt.
Maxine, consciente de que ha tocado un tema delicado en el cumpleaños de Ominis, continúa escuchando, sintiendo un peso en sus palabras. La narrativa revela su conocimiento de la posible indiscreción, creando un aire de precaución en la atmósfera festiva.
Ominis, en una pausa que revela su pesar, insta a Maxine a seguir preguntando, a pesar de conocer la dificultad del tema. "A ver, Maxine. Síguele dando vueltas, sé que lo quieres saber", dice, mostrando una resignación ante la inevitabilidad de la conversación. Su explicación sobre la situación complicada añade una capa de complejidad y dilema moral a su personaje. "La verdad, no está bien. Pero... es lo que hay y… no quiero causar problemas a nadie ni… esconderme de lo que tengo que hacer, ¿sabes?" confiesa, revelando un sentido de responsabilidad y conflicto interno.
Maxine, comprensiva, responde con un simple "Sí", reconociendo la difícil posición de Ominis. La pausa que sigue revela la tristeza de Ominis ante la situación que no le agrada. "Maxine... no sé qué decirte. No me gusta esta situación, pero... no puedo hacer nada... No me gusta que no pueda hablar de verdad", confiesa, mostrando una vulnerabilidad que contrasta con su habitual reserva.
Ante la disculpa de Ominis, Maxine, con un gesto amigable, toca la espalda de Ominis y sonríe, aceptando la explicación y disipando la incomodidad. Maxine toca la espalda de Ominis y sonríe, “está bien Ominis jaja solo mi espíritu curioso se asomó y no lo pude esconder", resaltando la naturaleza comprensiva y amigable de Maxine.
Ominis, apreciando la curiosidad de Maxine, responde con una sonrisa: "Sabes, Maxine, lo de ser curiosa... es un buen rasgo. No es una cosa mala en lo absoluto. Incluso yo estoy curioso... a mi manera".