Capitulo 2
"Oh... sí, me había dado cuenta de que el bosque está más silencioso últimamente... pero no pensaba eso." Maxine habló en voz baja, siguiendo a Newt mientras el misterio del bosque se desvelaba ante ella.
Nervioso, Newt miró por encima de su hombro antes de continuar en voz baja. "Bueno, muchas criaturas, especialmente las mágicas, han estado desapareciendo..." Sus ojos se posaron de nuevo en Arthur, revelando su preocupación por la majestuosa criatura que lo acompañaba. La atmósfera se cargaba con un velo de misterio, y la conexión entre Maxine, Newt y Arthur parecía adentrarse en terrenos más oscuros y desconocidos.
Arthur parecía desconcertado. "Arthur, cállate, amigo", susurró Newt al Hipogrifo, su voz, aunque suave, llevaba consigo una firmeza inquebrantable. El Hipogrifo, respondiendo a la autoridad implícita, cesó de inmediato cualquier sonido y bajó la cabeza en señal de sumisión.
Maxine no pudo evitar sonreír al presenciar la escena de Arthur siendo reprendido, y un deseo de tenerlo consigo creció en su interior. Sin embargo, volvió su atención hacia Newt con una creciente preocupación. "¿Pero sabes algo de lo que está pasando?"
Newt miró a Maxine con inquietud, tomando una profunda respiración antes de hablar en voz baja. "No, no sé qué está sucediendo..." Su mirada se desvió de nuevo hacia Arthur, revelando la incertidumbre que pesaba en sus ojos.
"Pero... sé que hay criaturas peligrosas escondidas en este bosque", confesó Newt con un suspiro. Una pesadez parecía asentarse en su pecho. "Puede que no sea nada..." concluyó, dejando flotar en el aire una incertidumbre que pesaba como una sombra.
Maxine siguió a Newt, ahora consciente de que algo no estaba bien en el bosque y que la seguridad no estaba garantizada. Los dos se adentraron entre los árboles. El cálido resplandor del sol fue sustituido por la sombra de árboles altos. Con cada paso, la luz disminuía y el aire se volvía más frío, mientras una extraña sensación se arrastraba sobre la piel de Maxine. Arthur, la criatura alada, parecía percibirlo también, ya que no dejaba de mirar fijamente hacia atrás, como si intuyera algún peligro acechando tras ellos.
Un rugido profundo resonaba en la lejanía. Newt se congeló, su mirada fija en la distancia. "Maxine, quédate cerca de mí."
"Sí", susurró Maxine, acercándose más a él, sus ojos escudriñando ocasionalmente el entorno. El sonido del rugido se intensificó, creando una atmósfera de tensión palpable. Arthur, el Hipogrifo, la instó a apresurarse con un empujón suave pero urgente.
Los ojos de Newt estaban abiertos de par en par, su cuerpo rígido, sin un solo aliento escapando de sus labios. Sus manos se tensaron en puños, mostrando una determinación inquebrantable. Parecía estar preparado para lo que sea que se avecinara en ese bosque cargado de misterio y peligro.
El suelo comenzó a temblar, una vibración que resonaba en la tierra. El sonido de algo corriendo rápidamente se acercaba, cada vez más imponente. "Ya voy, Arthur..." Maxine susurraba al Hipogrifo, una mezcla de determinación y preocupación en su voz. Aunque el temblor inicial la asustó, se mantenía alerta, sosteniendo su varita con firmeza.
Ahora, los pasos resonaban claramente en la distancia. Sea lo que fuera, se acercaba con una urgencia palpable. Arthur, el Hipogrifo, la empujó de nuevo, esta vez con más premura, retrocediendo ante el ruido inminente. La criatura alada parecía mostrar signos de temor a medida que el sonido se aproximaba aún más, y el suelo temblaba violentamente bajo sus patas.
Newt permanecía inmóvil, con las manos apretadas, observando la situación con una intensidad que revelaba su comprensión del peligro inminente. Miró a su compañera. "Prepárate..." Habló en voz baja y cerró los ojos, revelando en su voz temblorosa un miedo evidente a pesar de su esfuerzo por mantener la calma.
"¿Prepararme para qué? ¿Estás loco, Newt?" pensó Maxine, aunque el momento no permitía bromas, a pesar de que realmente quería expresarlo. "Sí, Newt..." respondió con seriedad, aunque no estaba preparada para enfrentar algo en específico.
Los pasos continuaban su avance, acercándose cada vez más. Newt abrió los ojos y tomó una profunda y temblorosa respiración. Miró a Maxine con una expresión preocupada, mientras el sonido estaba casi encima de ellos.
"¡Escondete... ¡Ahora!" Susurró. El suelo empezó a temblar aún más violentamente con los pasos aproximándose. Maxine, de repente, se ocultó detrás de unas rocas junto a Arthur, buscando protegerse, aunque la incertidumbre pesaba en el aire. No sabía qué podría ser lo que se aproximaba con tanta fuerza, pero la urgencia de la situación tejía una tensión palpable en la escena.
Los pasos resonaban directamente sobre ellos. La respiración de la criatura se hacía cada vez más audible, como un susurro amenazador que parecía envolverlos. A pesar de ello, la figura de la criatura permanecía oculta, justo detrás de ellos, entre las sombras que proyectaban los árboles. Los susurros del viento se mezclaban con el temblor de las hojas y la inminencia del peligro.
Arthur, el Hipogrifo, se agachó, cubriendo sus oídos con sus grandes alas y cerrando los ojos. Se acurrucó junto a Maxine, revelando su miedo palpable. "Quédate quieto", susurró Newt, su voz temblorosa delataba su propio miedo en la cara de lo desconocido.
Maxine, alerta pero también preocupada por la criatura alada, empezó a acariciarlo suavemente, reconociendo que, en estas situaciones, el miedo era una respuesta necesaria. Arthur emitió un suave sonido en respuesta a sus caricias, como si encontrara consuelo en el contacto humano. Se apoyó ligeramente en Maxine, buscando refugio en su cercanía mientras la incertidumbre y el peligro se cernían sobre ellos en la oscuridad del bosque.
Newt contuvo la respiración, esforzándose por mantener la calma mientras el sonido de pasos pesados resonaba justo detrás de ellos. Los ojos de Arthur permanecían cubiertos, su cuerpo temblaba en tensión. Sus orejas se aplanaron contra su cabeza, y su respiración se aceleraba ligeramente, revelando la ansiedad que lo embargaba.