Capitulo 15
Arthur se alejó de Newt para no molestarlo. Como Hippogrifo, tenía un gran sentido de la responsabilidad y esperaría a que Newt se levantara para darles instrucciones. Miró a Maxine; no quería que ella siguiera durmiendo sola en un lugar tan vasto sin nadie.
Maxine se durmió cerca de ellos después de tanto ajetreo. No tardó en dormirse, y pronto ya estaba roncando. Su sueño era profundo, a pesar de estar al aire libre. Newt dormía plácidamente a su lado. Arthur, que ya estaba cerca, se sentó a su lado y colocó su ala para abrigarla mientras dormía. El Hipogrifo se miraba a sí mismo en el lago donde la luna proyectaba su resplandeciente reflejo. Arthur sentía la responsabilidad de cuidar de ambos.
Maxine, en sus sueños, recordaba sus responsabilidades sobre Mordor y pensaba que debería investigar, pero solo lo haría si no hacía otra cosa, ya que estaba muy cansada. Estaba tan cansada que ni siquiera se dio cuenta de que, en sus sueños, seguía pensando en su deber. El sueño era un lugar plácido.
Arthur se esforzaba por ser responsable y vigilar tanto a Newt como a Maxine. Su mente era simple, no había mucho en lo que el Hippogrifo pudiera pensar. Sus pensamientos se limitaron a cosas como: "¿Qué haré ahora?", "¿Cómo está Newt?", "¿Por qué es la noche tan fría?".
Al día siguiente, el sol salió.
Maxine se despertó con la imagen del sol de la mañana. La luz del amanecer se filtraba en sus ojos. Al ver a Arthur en toda su grandeza, la joven no podía creer que hubiera dormido con una bestia tan increíble. Estaba muy abrigada y su cabeza estaba aliviada; la noche anterior no fue desagradable en absoluto. Maxine abrazó a Arthur agradecida, susurros de gratitud salieron de sus labios.
Arthur le lamió la mano como gesto de agradecimiento. El Hippogrifo, aunque un poco cansado, había pasado una noche tranquila. La sonrisa de Arthur se extendió al mirar a Maxine; la gratitud llenaba su ser.
Newt aún yacía dormido junto a su amigo. Las sábanas apenas lo cubrían, pero el joven parecía cómodo. El sueño había sido reparador.
Maxine reflexionaba sobre la razón por la cual Newt dormía tanto, sintiendo aún el hambre que la acosaba. La idea de despertarlo con un piedrazo cruzó su mente, pero rápidamente la descartó. Observó a Newt mientras dormía y luego dirigió la mirada al cielo.
Maxine tenía razón; Newt aún no había desayunado, y ya eran las 9 de la mañana. El sol brillaba fuerte, pero el joven seguía cansado. Arthur se acercó y le dio un pequeño mordisco en la pierna para despertarlo bruscamente. Newt se incorporó, confundido.
"Ehhh..." murmuró Newt, mirando a Arthur. La luz del día iluminaba su rostro, revelando una expresión adormilada y una melena despeinada. Maxine, observando la escena, no pudo evitar soltar una risa.
Maxine pensaba en las posibles represalias que podrían enfrentar por no pasar la noche en sus habitaciones y faltar a clases. Aunque sonrió, se sonrojó al darse cuenta de que esa había sido la primera vez que dormía con un chico.
Newt, despreocupado, no había considerado las consecuencias. Miró a Arthur, el culpable de su despertar. "Oh, Arthur no me despertaste..." Arthur simplemente movió la cabeza, sin saber qué decir en su defensa. Newt salió airoso; el Hippogrifo no sería el responsable de meterlos en problemas.
Maxine sugirió que los prefectos podrían no haberse dado cuenta, a veces ni siquiera se fijan. Newt, cansado, solo quería irse. "Quizás... tal vez... no lo sé. Deberíamos irnos, ¿no crees?" decía Newt bostezando. Arthur asintió con la cabeza, indicando que debían regresar a sus habitaciones para evitar problemas.
La mañana se desarrollaba con una mezcla de sol y nubes dispersas, pero la brisa fresca del bosque acompañaba sus pensamientos mientras se encaminaban de regreso al castillo.
Maxine, un poco molesta, se levantó malinterpretando las palabras de Newt. Parecía tomarse las cosas muy a pecho, y Newt no quería que se molestara por lo que había dicho. Se levantó, también hambriento. Arthur se alejó, y Newt le hizo una señal para que lo siguiera.
"Vamos, ¿quieres comer? ¿Hay algún lugar donde podamos encontrarnos?" Su voz sonaba amable; solo quería complacer a Maxine. Maxine se sonrojaba pero seguía algo molesta. “No, no se trata de una cita ni nada por el estilo; ¿solo podemos volver a Hogwarts?”. Se calmó y puso las manos atrás, ya que ella deseaba irse ayer a la noche pero no quería molestar a Newt durmiendo y ahora él quería irse porque pensaba que Maxine quería quedarse más tiempo a propósito.
Newt se quedó callado por un momento; el joven no tenía idea de lo que estaba pasando. Quizás no entendió completamente lo que Maxine dijo. Habló en un tono amable. "Sí... podemos volver a Hogwarts, en una hora. ¿Quieres... comer algo?"
La brisa mañanera acariciaba los árboles a su alrededor, creando un ambiente fresco y tranquilo. Mientras se dirigían de regreso a Hogwarts, el bosque parecía guardar los secretos de la noche anterior, susurros que solo el viento comprendía.
El joven no podía evitar su propia hambre, y estaba claro que Maxine también quería comer. Maxine comenzó a contarle cómo le fue con el monstruo y las criaturas, pero al ver que Newt no le prestaba atención, simplemente se calló. No quería discutir. "Si vamos, en verdad quiero comida", decía mientras bajaba la colina iluminada por el sol de la mañana.
Newt le sonrió a la joven y extendió la mano para ayudarla a levantarse. No quería que el día se arruinara por un malentendido. Se sentían más como amigos que como cualquier otra cosa. "Por supuesto. Vamos a comer algo rico y luego regresamos a Hogwarts, ¿sí?"
Newt también tenía mucha hambre, y estaría feliz de comer algo. La joven no era la única con hambre. El joven extendió con más fuerza la mano para ayudarla a levantarse. "Vamos, Newt, ¿no quieres saber qué pasó con el monstruo?" Maxine dijo alegre. Maxine hizo que Newt se sintiera feliz, y él le sonrió.