Me and It

Ladies and gentlemen, the greatest fear

Es tan fácil como acercarme al refrigerador y recoger una botella de vodka, una botella que luego de beberla y embriagarme voy a estrellarla de manera dulce contra mi cabeza llena de ideas. Las personas no me acompañan y la oscuridad toma poco a poco partes de mi casa, el cielo es gris y esa sombra se expande cada vez más. Por más que intente convencerme de que esa sombra no va a tocarme en ningun momento, él avanza sin piedad hacia mí.

Juguemos un juego, desde ahora vas a fingir no ver nada, estar en plena oscuridad dentro de una casa. ¿Que sientes? Miedo, ¿No? Estoy seguro que todavía no lo sientes, porque no lo ves. Enfócate más e intenta imaginar que en esa habitación hay sonidos que harían temblar al más formidable y valeroso soldado ruso, sonidos que poco a poco van creando una pequeña imagen de mí en tu cabeza, que diga, creando una imagen del peor estado al que puedas llegar.

Con un cuerpo que toma la forma de una sombra, camino hacia ti pero sólo puedes escuchar como las tablas del suelo suenan mientras me acerco y poco a poco, te quedas sin aire debido a como te estoy destrozando por dentro. Todavía no me he acercado tanto y ya te mueres por imaginar qué es aquello que se acerca. De pronto, me giró de manera brusca y mientras ves mi espalda, logras ver mis amarillos y brillantes ojos que hacen adormecer tu felicidad y pasa a convertirse en esa palabra que antes dije que no recordaba, y sigo sin recordar. Quizás y la recuerdo pero no la quiero pronunciar, quizás temo por admitir algo que ya se admitió hace tiempo y de dejar de entenderme a mí mismo, al fin y al cabo, solamente quedo yo y la él, nadie más. El cansancio es estúpidamente enorme en mí y creo que poco a poco, en vos también. Volvemos ambos a la oscura habitación y ahora simulo una sonrisa, posteriormente empiezas a sentir como tus huesos tiemblan y yo poco a poco, me desvanezco. Es innecesario ayudarte, o ayudame, es innecesario ayudarlo. El miedo y la tristeza son un dogma en esta utopía que intento alcanzar de a momentos, pero que poco a poco se aleja más de ser realidad. El frío nos abraza y ambos decidimos sentarnos debajo de la ventana, por donde ahora se logra ver algo más que un paisaje gris. Es de noche y hay una tormenta, las luces del cielo iluminan totalmente esa gotas que son confundidas con mi llanto, con su llanto.



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En el texto hay: licuados mentales

Editado: 27.11.2019

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