“Cuando las almas gemelas se tienen que encontrar el destino acerca los mundos, borra las distancias, une los caminos y desafía lo imposible”
Hoy era el segundo día del año y a mi suerte me encontraba completamente sola en casa. Mi madre estaba con sus amigas, mi hermano y mi hermana estaban quien sabía dónde.
En lo que llevaba del día o había podido olvidar a Dennis, mi mente solo daba vueltas en entorno aquel ojiazul. Realmente no sabía si lo volvería a ver, no le había hablado por el simple hecho que jamás yo lo hacía primero.
Termine de vestirme con la ropa de ejercicio y baje al cuarto de entrenamiento. Amaba mi casa no debía salir para muchas cosas si así lo deseaba. Sinceramente el día de hoy había despertado bastante tarde eran las 09:00 y yo apenas ejercitaba, ni siquiera había desayunado ni realizado el resto de mis actividades.
Al llegar las 13:00 hs ya me encontraba lista para comer alguna de las delicias que Sonia estaba preparando. No sabía de donde la había sacado mi madre, pero esa señora tenía un enorme talento para la cocina a pesar de ser bastante torpe la mayoría de las veces.
Estaba saliendo de la ducha para poder almorzar cuando mi móvil sonó. Al ver la pantalla de este casi caigo al suelo. Era un mensaje suyo. Ok estaba sonriendo demasiado a la pantalla del teléfono ¿Por qué?
“Dennis”
Hola preciosa ¿Quieres venir a tomar un helado?
“Kimberly”
Claro, me gustaría mucho.
Al mandar el mensaje corrí rápidamente a mi vestidor buscando algo que ponerme, debía ser algo deslumbrante, asombroso digno de ver. No comprendía porque me importaba tanto lo que alguien pensara de mí. – los sentimientos son debilidad, debes controlarlos– las palabras de mi padre se repetían en mi cabeza una y otra vez, hasta que el móvil me regreso a la realidad.
“Dennis”
¿Te paso a buscar?
“Kimberly”
Si, eso sería genial. Espero no te pierdas le informare al portero de la residencia que te deje pasar
Una vez adjuntada la dirección de casa mande el mensaje. Informe de tu llegada y continúe arreglándome. Una vez lista tome una foto para mis redes sociales a mi sorpresa Dennis fue uno de los primeros en responder esta foto. Solo eran emojis babeando, pero hizo que me sintiera feliz.
“Dennis”
En 5 minutos estoy ahí.
“Dennis”
Estoy abajo
Al ver que estaba en las puertas del barrio tome mi bolso y sala, por suerte mi casa era una de las de adelante o el pobre me hubiese esperado más tiempo. Vi un joven apoyado en su auto y nuevamente una sonrisa boba apareció en mis labios. — Hola — susurre simplemente sin quitar mi vista de la suya.
—Que belleza señorita Kimberly— sus labios tocaron mi mejilla nuevamente, en dos días el había besado mi mejilla más de lo que había dejado que William lo hiciera.
—Muchas gracias, Dennis. — no lo pensé mucho y devolví el beso en su mejilla derecha— ¿Tuviste problemas con la entrada? —
Su mano se extendió hacia mí y tome está recordando lo que había sentido el día de la fiesta. Su mano y la mía en perfecta sintonía, eran como dos piezas de rompecabezas juntas.
—Es un placer. Pues no me dejaron entrar por eso te llame— me guio con total delicadeza a su auto.
—Siento mucho eso, les avise que alguien ingresaría, pero a veces vivir en un barrio privado es complicado— mis mejillas se inflaron, hablaría muy seriamente con los de la entrada la próxima vez.
—No es problema, descuida— al abrirme la puerta del auto no pude evitar sonreír ante sus palabras— Su carruaje, princesa.
Nunca nadie me había tratado de esa forma, era algo diferente a todos los halagos que había recibido en mi vida. —Me alegro de que no te molestara— antes de subir al coche hice una pequeña reverencia— Muchas gracias caballero. —Su sonrisa era realmente hermosa, algo diferente había en ella como en sus ojos, pero sabia algo que tenía claro mis sentimientos debían ser totalmente controlados “Enamorarse es para débiles” la voz de mi padre resonó en mi cabeza, de cierta forma sabía que tenía razón, dejarse llevar por una emoción como el estar enamorado nos hacía débiles ante la otra persona y no era algo que iba a permitirme, no sería débil ante nadie. Soy Kimberly Ivanok y yo no me postro ante nadie, nací para ser grande y ver el mundo a mis pies.
Dennis subió del lado del chofer colocándose el cinturón de seguridad claro que mis pensamientos me tenían alejada de todas sus acciones —¿Cómo es que vives en una zona así? — Y una simple pregunta me trajo nuevamente a la realidad como si un balde de agua fría me hubiese caído completamente encima, lo mejor era disfrutar luego tendrá tiempo de pasar tiempo conmigo misma y mis demonios internos
Mientras coloco correctamente el cinturón de seguridad rio por su pregunta, era la primera vez que me hacían una pregunta así, aunque también era la primera vez que me subía al carro de alguien que no tuviera ni la menor idea lo que el apellido Ivanok podía significar. —Mi familia tiene dinero, cuando mi padre se fue de casa para ir detrás de su nueva novia. Supongo que se sentía culpable por ser mal padre y esposo así que nos dejó bien económica, es dueño de varias empresas y varias quedaron a nombre de mis hermanos y mío — Había soltado cada una de las palabras como si vomitara ¿Por qué lo había hecho? Solo debía haber respondido un simple, tengo dinero no era necesario contarle la historia de mi vida, aunque tampoco fuera un tema que considerara delicado, muchas personas luego de que sus padres se separaran hacían alguna especie de duelo, en mi caso no. Mi padre siempre fue ausente según mi madre y hermanos claro yo no lo veía de esa forma ventajas de ser su preferida, a veces lo extrañaba, pero lo veía bastante seguido por lo que todo estaba bien.