Narra Alexandra.
Esa fue la primera vez que me habías salvado, un lío familiar horrendo y mis secretos como un cáncer devorando mí ser de a poco.
Recuerdas esa noche en el hospital yo estaba en una sala completamente blanca, tenía puesto una bata fría, las heridas descubiertas tres suturas en el brazo derecho y dos en el izquierdo.
Mis brazos estaban llenos hasta la altura del codo mirabas triste y preocupada las cicatrices más viejas del codo para arriba, rompiste el silencio diciendo:
- Y que harás con tú vida, cuando ya no quedé espacio en tu piel para cortar.
- No lo sé - respondí.
- Esto me duele Ale y me da impotencia - comenzaron a caer lágrimas de ella.
- No te sientas mal, ésto no es tan grave como parece hay cosas peores - respondí bajando la cabeza. Recordando todos esos momentos horrorosos que me había tocado vivir a tan corta edad.
- No te permito que digas eso - dijo enojada acercándose a mí.
- No sé si lo entiendas pero fui tan hija de puta que por cada golpe o insulto que recibía, me secaba las lágrimas y sonreía. Soy una puta diosa, siempre sonreía - dije comenzando a llorar. Ella me miraba sin decir palabra alguna entonces continúe.
- La única cosa que recuerdo super bien de mí infancia es estar abrazando mis rodillas mientras sollozaba "quiero crecer ya, por favor" y no hay otra cosa igual por la cuál había deseado algo con tanta desesperación.
- Nena, lo siento tanto...- toma mí mano y comienza a besar mis brazos acariciando con cuidado - siento tanto que hayas tenido que vivir esto y que nadie se haya dignado de exigir justicia o darte protección, lo siento, perdón pequeña por la vida que haz llevado - llora sin consuelo ambas lo hacemos.
- No quiero volver, por favor - dije más calmada.
- Te prometo que no lo harás, hablaré con amigos y me van a ayudar - dijo.
- No quiero que te metas en problemas por una niña problema - dije mirando su rostro.
- No eres un problema, eres una niña que ha pasado por muchas cosas nada más - dijo.
- No me conoces y quieres ayudarme... Por qué? - pregunté.
- Todos merecemos una segunda oportunidad, a nadie se le niega ver el mundo desde otra matiz.
No pensé algo podría pasar entre nosotras, todo fue muy rápido y aquí estoy mirando el número de teléfono que me habías dado esa vez que nos vimos en la oficina en un descuido y ya volví a sentir mariposas por vos.
Y si llamo que le digo? Qué sería apropiado decir?. No lo sabía, estaba con miedo pero aún así marqué el número sin darle llamar.
Cómo puedes comprobar que está vez no te irás de mí lado?
Recuerdo cuando te dije lo que sentía:
************************************
Flashback:
Terminaron las clases del segundo año de bachillerato, todas estaban felices y ansiosas por las vacaciones, algunas irían al exterior otras tenían muchos planes familiares.
Ya que no tenía mucho trabajo en la parte auto-suficiente del colegio me escondí en la biblioteca, en nuestro lugar seguro y allí estabas con los ojos gritando lo que ambas sentíamos. No supe bien cuando me empece a fijar en ella. Fue completamente repentino, habíamos sido amigas en esos dos años, hacia dos años atrás que ella me había salvado la vida. Fue esa sonrisa y esos ojos que hicieron que me fijara en ella desde el primer día. Al principio no quise aceptar eso, pensaba que era algo incorrecto el amor debería ser entre un hombre y una mujer pero esa es una vil mentira que nos habían enseñado, el amor es o no es.
Ella es una mujer feliz y me encanta, me gusta su rostro, con su nariz perfecta que me conduce a sus ojos. Desde pequeña me había encantado fijarme en los ojos de los demás pero cuando me fije en los de ella ya no habían otros ojos a los cuáles quisiera mirar, los de ella me parecían demasiado bellos.
Trate de alejarme de ella, de no verla como la veo pero fue imposible me sentía completamente enamorada de ella y es que con ella me sentía diferente y esa sensación no era mala, estaba en confianza, sentía seguridad, yo sabia que en sus brazos estaba mi hogar.
Me gustaría saber a que se siente besar sus labios, me gustaría saber lo que es hacerla feliz.
- Hola - dije sonriendo.
- Hola - respondió.
- las vacaciones alteran mucho a las chicas - dijiste sonriendo.
- sí y tú sonrisa también me altera mucho - dije riendo sonrojada.
- boba, me preguntaba si te gustaría para el verano con Sofía y conmigo? - preguntaste divertida.
- me encantaría pero antes necesito contarte algo muy importante Señorita Rossi - dije sabiendo que no le gustaba que me dirigiese a ella con formalidad si estábamos a solas.
- sabes lo que opino de las formalidades si estamos solas Ale - dijiste muy seria.
- así es pero me encanta verte molesta - dije coqueteando la.
- boba basta - dijo riendo.
- hablando en serio Adelaine, yo... - tenía los nervios a flor de piel.