Capitulo 10
Pov Evan
Una semana después de haber estado en el concurso, no eh vuelto a ver a Hannah. Jamás eh conocido a una chica tan carismática pero con tan poca paciencia no desde ella.
Cuando me acercaba cada vez más al equipo Dorado y escuchaba que una chica castaña me insultaba sin conocerme, en ese instante quería regresar por dónde había venido y cambiar de equipo pero preferí quedarme y divertirme un poco. Al mirar por primera vez a Hannah me recordó a Kendall, en la forma de sonreír, aunque debo admitir que Hannah tiene esa sonrisa que hace que veas a un ángel, verla controlarse para no perder la paciencia, en lo amable que es con las personas. Al verla así tan ida, temblorosa, con lágrimas mirando hacía la nada, tenía la sensación de abrazarla pero evite hacerlo y preferí preguntar.
Al estar en la rueda de la fortuna y verla mirar la ciudad a punto de caer la noche hizo que mi lado amable saliera a la luz. Me había comportado como un idiota y entiendo su reacción, después de todo si podíamos ser amigos.
Cómo de costumbre llegue a la biblioteca, Caroline estaba tan concentrada en su laptop que no se dió cuenta de la hora en que llegue o eso creo con mi suerte.
— Llegas 5 minutos tardé Evan.
— Disculpa, estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta de la hora. Te prometo que no volverá a suceder .
— Por está vez te creó, por cierto a partir de hoy también estará ayudando una alumna de la clase de Biología para obtener puntos extras. Que por cierto está por llegar.
Y por arte de magia la puerta hizo un pequeño ruido, haciendo que Caroline y yo giremos en esa dirección. No podía creer que después de una semana la volviera a mirar. Aunque estemos en la misma escuela, no soy mucho de convivir, solo Gastón me conoce desde que iniciamos preescolar pero no viene a esta escuela es por eso que siempre me la eh pasado aquí, terminando algunas tareas, proyectos o terminando algunas cosas de la biblioteca.
— ¡ Tú!
— ¡ Tú
Ambos estábamos tan sorprendidos que nos quedamos en silencio por algunos segundos. Jamás pensamos en volvernos a encontrar y mucho menos en una biblioteca. Tan solo una semana bastó para verla, aún sigo en shock.
— ¿Qué haces aq... aquí ?— enserio no podía formular ninguna palabra.
— Eso mismo me pregunto yo ¿ Que haces tú aquí?.
— Yo estoy aquí por qué ayudó para poder obtener puntos extras y así estudiar en una mejor universidad. Ahora te toca a ti responder.
— Desde hoy también ayudaré aquí, de hecho vine a ver a la persona responsable para que me dé instrucciones de lo que debo hacer. ¿ Me podrías decir dónde está por favor?.
Por un instante me había olvidado de que Caroline estaba aquí, pero de la impresión se me olvidó. Aunque no puedo creer que la princesa Hannah pida las cosas por favor.
— Vaya y yo que creí que solo sabías insultar a las personas.
— Jaja eres un idiota.
No podía creer que me insultara en presencia de Caro, ella odia que las personas insulten. Escucharla aclararse la garganta era signo de que no le gusto lo que dijo Hannah. En ese momento tuve que presentarle a Caroline o yo estaré muerto en poco tiempo.
— Hannah ella es Caroline, la encargada de la biblioteca.
— Señorita Harrison ya algo me había comentado el profesor de Biología. Podría comenzar ayudando a Evan a reacomodar los libros en sus respectivos lugares. Evan tengo algunos asuntos pendientes que tengo que resolver, te quedas a cargo hasta que terminen las clases y nos vemos mañana. Y señorita Harrison cuide su vocabulario en esta área.
No pude evitar soltar una pequeña risa, sabía que Caro no se quedaría sin decirle nada, como siempre me gusta molestarla llamándola capitana. A ella le molesta mucho ese apodó pero como no quiere que le diga así, si la primera vez que estuve aquí, su voz tan firme que daba escalofríos, dando órdenes, me acuerdo que tenía prohibido hablar con ella pero como siempre no le prestaba atención y terminaba siendo regañado y castigado.
— A la orden Capitana.
— Jaja que gracioso. Nos vemos mañana.
Al verla salir dejándonos solos, hubo un pequeño silencio incómodo. Aún no dábamos crédito a qué estuviéramos aquí ambos. Cómo siempre no pude evitar molestarla llamándola Princesa.
_ Tranquila princesa, no te voy a morder a menos que tú lo quieras.
— Eres un Idiota y deja de decirme así.
— Tiene razón, ese apodo ya está usado desde hoy eres Mi Rayo De Luna.
Y era cierto a partir de hoy ese sería su apodo, nadie más que yo sabrá por qué llamarla así. Desde la vez en la rueda de la fortuna mirando la luna ví que era un apodo perfecto para ella.
— ¿ Por qué Rayo De Luna ?
— Solo se me ocurrió, aparte de fresa y gruñona ahora también resulta que eres entrometida.
— No lo soy, estás demente más de lo que imaginé. Empecemos cuanto antes.
— Vamos.
Pasar la tarde reacomodando libros para mí ya era una tradición. Pero ahora con Hannah aquí era raro pero no incómodo. A veces la miraba de reojo, verla así tan concentrada, cansada y no alcanzar algunos lugares era algo increíble. El ambiente se volvió cómodo para los dos, apartir de hoy pasaríamos más tiempo juntos, sería bueno que dejáramos de pelear y ser amigos. Tan solo faltaba un libro por acomodar y habríamos terminado por hoy.
— Por fin terminamos.
— Y con tu ayuda mucho más.
— Jaja chistosa.
— Es hora de que me retiré, quede de llegar temprano a casa y no puedo llegar tarde.
No quería que se fuera así que me inventé la excusa del premio para poder hablar un poco más antes de que se fuera.
— Por cierto que haremos con el premio.
— Es cierto, anota tu número telefónico por favor.
Está chica cada ves más me sorprende, ver su funda de los osos escandalosos se ve adorable pero eso lo arruinó al ver que me agenda como Idiota.