XLII

-ya pasaron las épocas en las que me mentías -dice con una expresión gélida.

Miro hacia otro lado incómoda, quiero desaparecer en estos momentos.

-¿es tu novia, cierto? -apenas escucho la pregunta salir de sus labios, mi corazón se acelera.

Ojalá señora, pero no.

-no -soy yo la que responde. La señora me mira con curiosidad, me repasa de pies a cabeza y siento nervios de que pueda describir algo.

-mm, algo no me estás contando Oliver.

-es algo que no te incumbe abuela -responde él duramente, la mujer abre la boca indignada.

-no voy a permitir que me hables así jovencito -lo regaña. -¿Qué hacías en el hospital?

Parece que no quiere darse por vencida.

-diligencias -contesta sin más.

¿Por qué no le dice y ya? Solo me confirma que no quiere que nadie sepa de la existencia del bebé y, no se cómo sentirme al respecto.

-bien -su expresión cambia a una más amable cuando fija sus ojos en mi -me encantaría invitarte a almorzar a mi casa un día de estos. Deberías llevarla a la casa -dice esto último para Oliver.

-sería un placer, señora -digo amable.

-dime Corina.

Le sonrío y ella se despide, todo esto sin desaprovecha en mirar a su nieto de una forma escrutadora.

Cuando se va, retomamos la caminata hasta su carro, ya estando dentro él pone la radio y el ambiente se sumerge en una canción. Miro por la ventana, es obvio que no quiere hablar conmigo. Desde el incidente en su apartamento no ha vuelto a acercarse con esas intenciones, es más solo me habla para cosas del bebé y cuando no es algo relacionado, simplemente evita mi mirada y cualquier mínimo rozamiento de su cuerpo con el mío.

¿Cómo me siento? despreciada, como si el mínimo roce conmigo le diera asco, como si me repelara, como si fuera un virus mortal del cual él no quiere contaminarse y en parte, es mi culpa, yo fuí la que dije que no, la que no quiso estar con él. Pero, es difícil para mí dejarlo entrar cuando él solo me desea, desea mi cuerpo más no tener mi corazón, y yo, estoy colada hasta los huesos por él.

Tomé esa decisión porque creía que era la correcta y ahora, no sé si pueda serlo, mis emociones se sienten en un desbalance desde que pasó eso, no duermo bien y mi cuerpo solo anhela estar entre sus brazos.

Salgo de mi angustia cuando llegamos a mi edificio. Me obligo a incorporarme para salir.

-hasta luego, Oliver -me despido y cuando no escucho ninguna respuesta por su parte, salgo del vehículo.

Camino hasta estar dentro del edificio, todo esto sin mirar ni por una vez hacia atrás. Entro en el ascensor y luego en mi apartamento. El silencio me recibe y voy a mi habitación por ropa más cómoda. Regreso a la sala para ir a la cocina y sacar un pote gigante de helado, me siento en el sofá y prendo la televisión.

Aburrida busco una película para ver, no consigo nada nuevo por lo que terminó viendo una animada.

Para cuándo son las 6 de la tarde, ya ha oscurecido por completo y ya la película terminó. Me levanto del mueble sintiendo mi cuerpo adormecido. Tiro el pote de helado en el cesto de la basura y entro en mi habitación.

Cierro la gran ventana de mi balcón junto a la cortina. La cama me llama tentativa, no he dormido nada estos días, sin más camino hacia esta y me acuesto. Cierro mis ojos y logro quedarme dormida en cuestión de segundos.

|••|

El pitido de mi celular me despierta, restrego mis ojos y estiro mi brazo para alcanzar el aparato. Desbloqueo la pantalla cuando lo tengo entre mis manos y veo la notificación de varios mensajes.

Entro en la aplicación y los mensajes se tratan de Marcos, la desilución me embarga, por un momento pensé...

Sacudo mi cabeza y abro por fin los mensajes, he estado ignorando a Marcos desde la semana pasada y ahora que leo todos sus mensajes preocupándose por mi, me siento verdaderamente mal por no responderle.

Uno de ellos dice:

Marcos: "hola florecilla, estoy muy preocupado, temo que algo te haya pasado... De verdad no quiero ser pesado pero, me importas Kate y necesito decirte algo, en persona claro. Ojalá respondas este mensaje rápido."

Sonrió ante el apodo, se ha ensismado en llamarme así todo este tiempo.

Respondo el mensaje.

Yo: "hola Marcos, disculpa por no responderte, he estado un poco indispuesta estos días. Con respecto a lo que dices, también tengo cosas que decirte, ¿te parece vernos ahora?"

Envío el mensaje y me levanto a darme una ducha. Cuando ya estoy vestida y arreglada, tomo el teléfono y veo que Marcos me respondió dándome un lugar para vernos.

Tomo mis llaves junto al celular y camino hacia la salida.

El lugar es un parque, está cerca del edificio por lo que me voy a pie. Afuera hace mucho frío, meto mis manos en los bolsillos de mi sudadera, no me he esforzado por lucir lo más guapa posible, mi atuendo solo se define como cómodo, sudadera una talla más grande junto a unos pantalones de algodón y de calzado unos tenis blancos.

Cuando llego, mis pies se mueven hasta la banca dónde se encuentra.

-hola -saludo.

Sus ojos brillan cuando me ve.

-florecilla -se levanta y me da un beso en la mejilla, le muestro mi mejor sonrisa para después sentarme junto a él.

Lo noto nervioso y se me hace tierno, jamás había visto a un hombre estando nervioso por mí, se siente bien.

El carraspea para empezar a hablar.

-lo que te tengo que decir es serio. ¿Prefieres que hable yo primero?

-si.

La verdad no me importa mucho lo que tenga por decirme, por mi parte si tengo algo muy serio que contarle.

-Katerine me encantas -suelta las palabras y me tenso.

No pensé que iba a decirme esto.

-antes de salir contigo, sentía una curiosidad hacia ti y cuando empezamos a salir yo descubrí que eres una chica maravillosa, inteligente, soñadora, hermosa. No sé si estoy enamorado pero sé que mis emociones hacia ti son fuertes, quiero intentarlo contigo, por eso no quiero seguir viéndote como un amigo porque de verdad me interesas.