Scarleth se levanta de su siento rápidamente, abre la puerta del despacho y se cerciora que nadie estuviese cerca o detrás de la puerta, la cierra nuevamente. – Tranquila Scarleth, ellos piensan que solo soy un humano más, solo tú sabes lo que soy.
Henrry llegaba con una lata de café en manos para Scarleth, cuando escucho la voz de Scarleth hablando con alguien dentro del despacho, se detuvo en la puerta.
Selyx sintió la presencia de Henrry, se percató que estaba detrás de la puerta escuchando, también estaba enterado que el conocía acerca de los dragones y los sentimientos de él hacia Scarleth, sabía que era necesario que él escuchara que Derek estaba vivo para que él la retuviera y evitar a toda costa que ellos se junten.
-Scarleth: Es bueno verlo de nuevo. ¿Cómo ha estado? ¿Ocurrió algo?
Selyx contesta – Todo está bien pequeña, viene aquí porque quiero pedirte un favor.
Scarleth tenía el presentimiento que era sobre el dragón azul que vio en la montaña del norte, para sacarse esa espina de una vez por todas soltó. – ¿Es sobre Derek?
Por eso vine a pedirte que no remuevas esos recuerdos.
Scarleth se quedó paralizada y sus lágrimas brotaron de sus ojos. – No, por favor, eso no. No quiero perderlo de nuevo, no por mi culpa.
Ambos salían del despacho y Henrry fingió recién llegar al lugar, saludo con Selyx y ambos estrecharon manos, Scarleth nerviosa los presenta. – Él es un señor de los pueblos cercanos, vino agradecer por nuestra ayuda con los patrullajes.
En la puerta de la fortaleza, ella le promete a Selyx no volverlo a ver, pero que a cambio él lo cuide por ella. Sobre las manos de carne hueso cae una lagrima de Scarleth.
Selyx se va, Scarleth se guarda el cuaderno y al anochecer Scarleth volvió a su habitación agotada, y sobre su velador ve el cuaderno que Selyx le dio, se acostó boca abajo y leyó sin descanso.
¡Demonios! Estoy molesta. Selyx quería que me asustara mas y lo logro. Ahora estoy mas convencida que fue lo mejor que Derek se olvidara de mí.
Alguien tocaba la puerta de Scarleth, rápidamente mete el cuaderno debajo de su almohada y abre la puerta solo un poco. Era Karen y Steffy, sujetando a Margaret muy borracha, en el medio de las dos.
Steffy le tapa la boca para dejar de gritar. - La trajimos aquí porque no para de mencionarte y no quiere calmarse. – dice Steffy tambaleándose. -
Karen banderea unas botellas en la cara de Scarleth y dices. – si nosotras estamos ebrias tú también, ni creas que te dejare limpia del asunto.
Las tres pasaron a la habitación de Scarleth empujándola y en unas cuantas horas Scarleth ya estaba borracha. Todas estaba muy ebrias, Karen comienza a llorar y dice - Te extraño hermanito, sabes lo difícil que ha sido estar estos años sin verte.