-Recuerde que soy su jefe y soy muy poderoso -dijo Alex con una mirada amenazadora -Un sólo movimiento en falso y su carrera se perderá.
Isabel quitó su mano de la de él furiosa.Decidió que no se quedaría ahí y caminó hacia la puerta,pero antes de que llegara la voz del presidente de la empresa la detuvo.
-Una persona tan cobarde como usted no debería estar en un lugar como este -dijo con un tono de burla.
Isabel estaba indignada.Quería salir de ahí lo antes posible,pero ella era una mujer que no le gustaba perder ante nadie,en especial ante un hombre como él.Además,no dejaba de pensar en sus padres.Pensaba que si renunciaba sus padres la tacharían de inútil y buena para nada por el resto de su vida.No estaba dispuesta a pasar por eso.Definitivamente quería hacer que sus padres se sintieran orgullosos de ella.Por eso es que se puso firme ante la situación y le hizo frente a su jefe.
-El cobarde aquí es usted -dijo seria -De no ser así haría lo que normalmente haría un jefe y me despediría de inmediato,pero en vez de eso quiere que mi reputación se derrumbe por los suelos haciendo que salga con usted.Eso me parece repugnante -gruñe frunciendo el ceño.
Alex se veía tranquilo,pero por dentro estaba como una fiera.Era la primera vez que una mujer lo confrontaba de esa forma.Siendo de la alta sociedad y teniendo todo lo que quería desde pequeño era obvio que a él tampoco le agradaba la palabra derrota y por eso no se daría por vencido ante tal desafío.Estaba dispuesto a hacerle frente,pero si la despedía sin tan siquiera pasar una semana ahí su padre sospecharía y sería peor para él.Tenía que guardar la calma.No estaba de acuerdo con que ella se quedara,pero tampoco quería meterse en problemas.Por su puesto que no se quedaría callado tampoco.
-Así que resumiendo lo que dijo,lo que está queriendo decir es que no va a renunciar a esta empresa,¿verdad? -preguntó Alex con voz relajada mientras apretaba los puños.
-Como se lo dije,señor Ford,usted tiene el poder para despedirme.Así que mientras que no lo haga yo seguiré aquí haciendo lo que me gusta.Ahora,si me permite,con permiso.Tengo que trabajar -dijo mientras abría la puerta y luego salió cerrándola con fuerza.
-¡Maldita sea! -exclamó furioso y luego se echó a reír a carcajadas.
Pensaba en que en realidad ella sería un verdadero obstáculo para él,pero al ver la magnitud de la situación más bien le pareció divertido y decidió que competiría contra ella hasta haber logrado la victoria.No la conocía.Nunca la había visto en su vida,pero sin duda había algo que lo incomodaba de ella y no la quería cerca de él.
Sólo era cuestión de tiempo para que ella cometiera el más mínimo error y entonces sería la oportunidad para tener una excusa para despedirla.Además,sólo sería por un mes que la tendría como aprendiz,después se quedaría como empleada oficial,así que debía aprovechar el tiempo que le quedaba de ese mes para vigilarla en todo momento y asegurarse de que hiciera algo realmente mal para tomar represalias con ella.Eso pensaba él,pero los días pasaban y a medida de que ella se fue integrando más en la empresa más sabía hacer su trabajo y las cosas se ponían cada vez más pesadas entre los dos.A veces pasaban uno al lado del otro y a la más mínima cercanía la tensión en el ambiente era tan fuerte que también la podían sentir los otros empleados.
Todo estaba de cabeza por culpa de ellos dos hasta que llegó el dueño William Ford a supervisar la empresa y a su nueva aprendiz,Isabel.Ella se la llevaba bien con William,ya que él era el dueño de la empresa y quien le dio el trabajo y no estaba dispuesta a hacerlo un enemigo más -a pesar de que su hijo era Alex Ford-no dejaría que sus sentimientos se mezclaran con su trabajo.El señor William se quedó viendo cada movimiento que hacía Isabel y luego se encerró con su hijo en la oficina.
-¡¿Qué?! -gritó Alex alterado y molesto -¡Debe ser una broma!
-No lo es,hijo -dijo William con calma,como era normalmente -Para eso es que la contraté.Quería observarla más de cerca y se ve que es una mujer correcta y con principios morales.Una mujer así está bien para ti,no como las chicas con las que sales por ahí.
-¡Ni de broma!¡No me casaré con ella! -exclamó exaltado y golpeando la mesa.
-¿Por qué no,hijo? -preguntó un poco sorprendido.
-¿Y aún lo preguntas?No quiero casarme aún -dice mientras se sienta en la silla.
-¡Entonces te quito tu puesto de presidente! -dijo molesto -Recuerda que eres mi hijo y que yo soy el dueño de esta empresa y si me da la gana puedo despedirte y hacer que no tengas empleo en otra parte.Además eres mi hijo menor.Tu hermano ya tiene esposa y tiene una hija.¿Y tú qué?¿Qué has hecho?
-Nada -suspira mientras aparta la mirada.
-Exacto.Nada -camina hacia la puerta -Hijo.Si no eres tan inútil como parece entonces haz lo que debes hacer:conquista a esa chica y cásate con ella.Y haz que me sienta orgulloso.
William Ford salió de la oficina dejando a su hijo sentado con la cabeza a gachas pensando en lo último que su padre le dijo y luego se levantó para golpear la pared una y otra vez como un saco de boxeo.Y mientras que descargaba su ira de esa forma Isabel estaba llorando en silencio en el baño con el teléfono en la mano después de haber hablado con sus padres.Recordaba cada frase dolorosa que le decían sus padres al cometer un error y lo mal que la trataban para después decirle que era por su bien.También recordó la vez en que casi la violaban.Sus padres la ayudaron,pero días después le reprocharon su falta de capacidad para defenderse y lo que hicieron por ella y por eso la metieron en clases de karate y jiu jitsu.Y ahora,después de que ella les habló sobre su nuevo trabajo,las únicas palabras de sus padres fueron "No durará mucho" y"Al menos sirve de algo".No sabía por qué eran así con ella y le destrozaba el corazón el hecho de que sus padres no la valoraran y la trataran todo el tiempo como una don nadie.
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Editado: 13.03.2022