Capítulo 15.

Quedaban cuatro semanas para salir de la preparatoria, así ese lunes tomé mi dignidad y las pocas fuerzas que me quedaban, tapé mis ojeras con la base y fui a la escuela.

Estaba delgada, creo que comía una fruta por día a lo más, así que bajé mucho de peso.

Mi hermano me acompañó ese día a la escuela.

-Recuerda llamar cualquier cosa - asentí con una pequeña sonrisa, él suspiró - ¿Estás segura?

-Lo estoy - trate de responder rápido para que no se diera cuenta que tenía miedo.

-Adiós niña - besó mi frente y estoy segura que estuvo ahí hasta que me vió entrar al establecimiento.

Lo primero que obtuve al llegar a mi puesto fue un abrazo de Almendra.

-Lo siento mucho - sollozó en mi cabeza.

-No fue tu culpa - golpeé con mis manos su espalda.

Nos sentamos en silencio, fue un día bastante tranquilo.

Alexander fue expulsado de la escuela y además fue detenido porque él tenía 19 y yo 17, abuso a una menor.

Creo que cuando realmente me derrumbé fue cuando estaba en el baño y sentí el seguro de la puerta cerrarse, me asusté y como un rato miré la puerta, estaba Clara, su postura no era arrogante como la que siempre tenía, ella ni siquiera sabía si avanzar o no.

-Clara - susurré y por primera vez yo fui la abrazó, sentí al instante sus brazos alrededor mío.

Me sentí en casa, me sentí bien, estaba en los brazos correctos, lloré sobre su hombro, ella me aferró a su cuerpo.

Estuvimos bastante tiempo así.

Y he aquí el final de esta historia… 

Pasaron volando las cuatro semanas restantes, el día de la graduación llegó y en sentada en medio de todos mis compañeros me llamaron diciendo que ahora si sudara frio.

Me levanté con cuidado y subí las pequeñas escaleras hasta llegar donde mi profesor que me entregó un diploma y el papel donde pasé la preparatoria, ahora iría a la universidad.

Estaba feliz, y al mismo tiempo nerviosa. Luego de terminar todo mi hermano me abrazó y me felicitó con una gran sonrisa.

En casa los dos comimos un pedazo de pastel y pizza, dormimos juntos y al día siguiente pensé hacer la flojeración, cosa que no pude por Almendra.

-Debes venir o te iré a buscar - dijo en tono enojada falsa por el celular.

Apoyé bien mi cabeza en la almohada.

-No quiero ir, estoy bien aquí echada en mi cama.

-Bien - suspiró - Entonces espérame a las nueve fuera de tu casa.

Y cortó, la muy… 

Me tuve que levantar, bañar, vestir, maquillar y con una sonrisa de felicidad pura vi a Almendra gritar desde su auto que entrara.

-Esto es muy de película, ¿segura que tienes licencia?

-¡Por supuesto que sí! - exclamó partiendo su auto - Te ves súper linda.

Miré mi vestido rojo veraniego, luego su hermoso vestido de fiesta.

-Por supuesto - dije sarcásticamente - Tú te ves muy guapa.

-Gracias ¡wuju! ¡Vamos a pasarla bien! 

-¿Fumaste algo?

Su carcajada me hizo saber que no, era su felicidad natural.

No pasó gran cosa, solo nos movimos un poco, nos reímos, tomamos.

-Saldré para fuera - Almendra se rió muy fuerte antes de asentir, yo igual.

Estaba un poco mareada, pero el aire fresco me hizo abrazar mi cuerpecito ahora flaco, no tanto, pero ya era media normal.

-Te ves linda - una voz muy conocida habló a mi lado, no tuve que girar la cabeza para saber quién era esa persona.

-Gracias - dije con mucha vergüenza y nervios.

Giré mi cabeza para ver a Alex, suspiré por lo bien que vestía.

-¿Te gusto? - fue lo último que me dijo antes de robarme un veloz beso, tan solo un segundo de sus labios contra los míos. - Que te valla bien en la vida - se despidió sin dejarme contestar nada.

Y ya.

Se fue.

Su espalda al irse es el último recuerdo que tengo de ese día.

No me dejo decirle la verdad.

¡La maldita verdad!

¡La maldita y estúpida verdad!

¡Porque Joder!

¡Me gustas Alex!

Y sé que siempre lo supiste.