Medialuna

Capítulo 4

RACHEL:
 


 


Cuando intento quedarme dormida, la voz de Cris me despierta: 
 


 

— Mañana iremos a la fiesta de Harry — no es una pregunta es una afirmación. 
 


 

— Cris, sabes que no me gustan las fiestas...
 


 

— Lo siento mucho, pero yo no iré a ningún lado si no es con mi mejor amiga.
 


 

— Ayyyyy, que flojera contigo... — me quejo y llevo la almohada a mi cara. 
 


 

— Sabes que la vamos a pasar bien... Animate Rachel... Hazlo por mi si... — hace una cara de perrito abandonado — Además yo no vine con una abuela, así que comportarte como una chica de tu edad que solo quiere divertirse. 
 


 

— ok, ok, pero apenas se haga tarde regresamos ¿vale? 
 


 

— A sus ordenes mi capitán — hace un saludo militar y nos echamos a reír. 
 


 

Amo a mi mejor amiga, es todo lo contrario a mí, y es por eso que amo tanto sus locuras.
 


 

— bien... Ya hay que dormir, y por favor hazle caso a tu despertador, por que si no te levantas me iré yo sola a clase — dice Cris en tono de advertencia. — Y por cierto... Me cambiaron de clase, ya no pasare contigo la clase de la señorita Baker — me mira con un poco de tristeza. 
 


 

— No jodas... ¿Qué haré sin ti? — preguntó con el mismo tono preocupado y triste. 
 


 

— Ya sabes como es esto — suspira 
 


 

— Me despiertas cuando sales porfa — trato de hacer que mi amiga me haga caso siquiera una vez en su vida. 
 


 

— Tratare — rueda sus ojos — Pero si no me haces caso me iré sola... Porque mi clase empieza temprano. 
 


 

— Vale... 
 


 

Antes de cerrar mis ojos y quedarme dormida, pienso en lo que me dijo Cris... Sinceramente no podré estar sin ella... Pero tendré que adaptarme, ya habrá tiempo para verla más a seguido. 
 


 

*********
 


 

Sabía que no le iba hacer caso al despertador. Otra vez voy tarde a clase.
 


 

Me visto lo más rápido que puedo y salgo disparada... Cris tuvo una clase antes que yo... Por eso me dejó sola, creo que intentó levantarme, pero al parecer su intento fue nulo, porque ya llevo 5 minutos de retraso.
 


 

Cuando por fin llego al salón, toco la puerta y al instante me abre la profesora Baker.
 


 

— señorita Evans... Lleva 5 minutos de retraso...
 


 

—  si... Lo sé, discúlpeme por favor, es la última vez que lo hago... ¿Me deja entrar a la clase, por favor? — mi voz suena agitada por la tremenda corrida que acabo de dar. 
 


 

— que sea la última... Y te la estoy pasando porque sé que eres nueva... Siéntate en la mesa del fondo, es la única que tiene espacio libre.
 


 

Al fijarme, mi suerte no podía ir peor, mi compañero de mesa era ni mas ni menos que el mismísimo Matt. Camine hacia la mesa, mis nervios no me iban a jugar una mala pasada, hoy no.
 


 

Me senté a su lado y me dispuse a escuchar la clase de la profesora Baker.
 


 

— Supongo que no me vas a hablar... Así que lo haré yo... Como quieres que te llame, Rachel... O ¿pequeña acosadora? — Matt se dirige a mí y no puedo evitar que los colores se me suban a las mejillas... Él me recordó... Y además recordó el vergonzoso momento en el que nos conocimos.
 


 

— ¿Disculpa? — trato de hacerme a la desentendida, pero no me funciona en nada... Él ya sabía que había recordado ese bochornoso momento. 
 


 

— A ver... Dejame recordartelo... Te encontré en las duchas viéndome como una acosadora, no sólo viéndome, sino analizando cada parte de mí, y luego te hiciste a un lado para que pudiera pasar, ya que estabas en medio de la puerta. — Dios... Tragame tierra, se acordaba de todo y yo ya empezaba a tomar un color más rojo.
 


 

— En mi defensa... Esas eran las duchas de los dormitorios de mujeres, y tú no deberías de haber estado ahí — trato de cambiar el tema. 
 


 

— Y ahora sigues mis pasos... Que más sigue... ¿Tener mi foto en tu habitación y recordarme siempre? — ríe y yo no puedo mirarlo aun peor. Si mi mirada disparara navajas, él ya estaría como un sernidor. Dios... Era un capullo integral... Su ego se le subía más allá de la cabeza. 
 


 

— No te creas tanto niño bonito... No tendría una foto tuya en mi habitación, ni aunque fueras el último hombre en esta tierra — lo digo calmada, para que sepa con quien se acaba de meter. 
 


 

— Bueno, yo si tendría una foto tuya en mi habitación — abrí mis ojos como platos y no pude detener el sonrojo de mis mejillas. 
 


 

— ¿Qué? — fue lo único que pude formular. 
 


 

— si... Justo a lado de todas las chicas que me acosan en esta universidad — dicho esto se ríe por lo bajo para que nadie más lo oyera, pero con muchas ganas... Tengo tantas ganas de romperle esa nariz tan bonita que tiene o darle una cachetada de la que no se vaya a olvidar... 
 


 

Pero en vez de hacer todo eso, Solo dejo de mirarlo y trato de poner toda mi atención a la clase.
 


 

— ¿Irás a la fiesta esta noche? — pregunta derrepente. 
 


 

— Para que quieres saberlo... ¿ Para que tu acosadora solo te mire a ti toda la noche? —  no puedo evitar mi tono frío y sarcástico. 
 


 


 


 

— Claro que sí, así me daría cuenta que solo me acosas a mí... — posa su codo contra la mesa y la mejilla contra la palma de su mano. Mirándome fijamente. 
 


 

—  jajajajja — ahora soy yo la que ríe — ya te lo dije niño bonito... No te acoso, y tampoco tengo ganas de hacerlo esta noche. 
 



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En el texto hay: novela juvenil drama romance humor

Editado: 15.01.2021

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