Leah
Mi cuerpo comienza a temblar, a pesar de que no todavía no era invierno el clima se había vuelvo más frío con el paso de los días. Abro mis ojos y limpio un poco mi rostro, Christopher camina hacia mí con pasos veloces y cuando está frente a mí sus brazos me rodean, atrayéndome hacia su pecho.
-¿Qué crees que estás haciendo, Winter?- cuestiona.
-Puedo hacer lo que desee, no tienes por qué meterte en mis asuntos- responde.
-Todo lo que tenga que ver con Leah, tiene que ver conmigo y por ende, es de mi importancia- mi corazón comienza a latir rápidamente y siento como más lágrimas caen por mis mejillas.
-Leah no es más que una mentira, dices que tiene que ver contigo, pero a ella realmente no le interesas, no es sincera y realmente no la conoces. Si fuera por ella, nunca sabrías lo que yo sé. Engaña a todo el mundo y viene a esta escuela con ayuda de su familia, finge ser alguien que realmente no es. ¿Quieres estar al lado de una persona así?- mis músculos se tensan y contengo mi respiración. –Ya que Leah no quiere hablar, te lo diré yo- levanto mi mano y tomo entre mis dedos la sudadera de Christopher.
-Vámonos, por favor- baja su mirada y me mira fijamente.
Asiente y toma mi mano, me guía por los pasillos hasta llegar a un pequeño jardín. El aire soplaba con fuerza y mi cuerpo tiembla un poco más. Nos sentamos en una pequeña banca y sus ojos se mantienen sobre mí.
-¿Quieres que llame a Stephanie?- pregunta mientras abre su mochila.
-No quiero molestarla, también deberías volver a la clase- digo.
-No es molestia quedarme a tu lado. Toma- se pone en pie y rodea la banca hasta colocarse detrás de mí, un calor me envuelve junto con una fragancia que reconocí como el perfume de Christopher. Bajo la mirada y al ver una sudadera de él en mis hombros mis orejas se sienten calientes.
-¿No quieres saber qué es lo que iba a decirte Winter?- me sonríe, pero sé que era una sonrisa distinta a las demás.
-Winter no debería decirme nada sobre ti, tú tampoco tienes que hacerlo si no lo deseas- responde y siento un poco menos de miedo.
-Es cierto lo que dijo Winter, te he estado mintiendo desde que nos conocimos. En realidad llevo mintiendo durante tres años- aparto mis ojos de los suyos y respiro profundamente.
-Esperaré lo que sea necesario para que confíes plenamente en mí y entonces puedas decirlo- niego.
-Confío en ti, en serio lo hago. Eres la primera persona con la que puedo hablar después de Stephanie- siento un nudo en mi garganta. –Te lo diré, pero necesito pensar un poco en cómo decirlo- mi pierna se mueve mientras intento formular una oración y decirle la verdad.
Evito su mirada y observo mi regazo, acomodo mi cabello húmedo detrás de mi oreja. Lo veo acercarse más a mí y cuando siento el calor de su pierna contra la mía, levanto mi rostro. Sus ojos me miraban intensamente, tenía ganas de correr en ese momento y refugiarme en la comodidad que me brindaba mi hogar, sin embargo, incluso estando bajo el techo de mi casa, podía sentir su presencia en ella. Intento girar mi rostro pero coloca una mano en mi mejilla manteniendo su mirada sobre la mía, mi sangre sube inmediatamente y se posa en mis orejas.
Se acerca más a mí, hasta que el aire que respiramos es el mismo, entonces gira su rostro y une nuestros labios. Cierro mis ojos escuchando los latidos de mi corazón que eran tan desenfrenados, tomo entre mis puños la tela de mi pantalón. Sigo el movimiento que marcaban sus labios, su otra mano se posa en mi cintura y me atrae más hacia su cuerpo. Levanto mis manos y sujeto su cuello. Mi mente queda en blanco y sólo puedo pensar en corresponder su beso. No era la primera vez que lo besaba, ya lo había hecho en las grabaciones, sin embargo, todos esos besos fueron de Ashley y eran una actuación. Ahora sólo éramos Christopher y Leah.
Nuestro ritmo se va volviendo más lento hasta que se detiene por completo, deja un pequeño beso sobre mis labios y abro mis ojos. Bajo mis manos de su cuello y acaricia mi mejilla suavemente. Observo sus mejillas volviéndose de un tono rosado y bajo mi mirada. Retira su mano de mi rostro, pero la otra sigue en mi cintura.
-Te quiero, Leah- dice y mi corazón se detiene por un momento.
-Espera un momento, por favor- le pido antes de que continúe hablando, necesitaba decirle, incluso si nunca volvería a hablarme. –Desde que era pequeña mis padres me han dado todo lo que necesité, puede que incluso más que eso. Durante toda mi vida he experimentado como las personas me tratan distinto a los demás y además de Stephanie no he tenido otro amigo. Poco después de cumplir 15 años, un sueño comenzó a crecer en mi mente, quería ser modelo y posteriormente ingresar a la industria de la música. La empresa de mi padre es una de las mejores, sería la mejor opción si quería tener una buena carrera. Pero sabía que si asistía a una audición como Leah, sería aceptada, que no me costaría nada porque todos sabían que era la hija del dueño. Comencé a prepararme con ayuda de Stephanie, sin embargo la esperanza de lograr algo por mi cuenta iba disminuyendo. Entonces surgió una idea. Si no quería ingresar como Leah, inventaría mi propia identidad y crearía mis propias oportunidades. El color de mi cabello y de mis ojos eran los rasgos principales que me delatarían. Así que comencé a buscar una manera de convertirlos en algo común, compré una peluca y unos lentes de contacto que además de ayudarme a ver mejor, volvían mis ojos de un color más oscuro. Cree una imagen completamente diferente e ingresé a la empresa, mi entrenamiento comenzó y luego comencé a tener trabajo. La gente comenzó a conocerme como Ashley Kim y nunca nadie sospechó que era Leah- Termino de decir y contengo mi respiración.