Melodía de Verano

Capítulo 24

Es viernes, y no puedo creer el nivel de ansiedad que me genera encontrarme con Aiden después de lo del fin de semana anterior. 

Lo he besado. 

Lo he besado y me ha correspondido. 

Hemos pasado la noche entera bailando y pasándola bien. Ha sido como el cuento de la Cenicienta, y no tengo idea cómo he de encararlo. 

No después de lo que pasó al final de la noche…

 

-Sábado por la noche-

Nos encontramos solos en el balcón después de un largo rato de bailar. Nos besamos una vez más. El beso es rítmico pese a ser desesperado. Como si ambos hubiésemos esperado ese momento. Sus dedos acarician mi cintura mientras enredo los míos en ese sedoso y suave cabello. Una de mis manos se dirige a su cuello y lo acerco más para profundizar el beso. Debido a las bebidas a lo largo de la noche, sus labios saben dulce, y con un sútil toque mentolado. Es una sensación electrizante, y hasta indescriptible. 

Hasta que interrumpe el beso. 

Esto está mal. dice y se aleja para tomarse de la barandilla.

¿Cómo dices? 

Tú y yo. Esto. dice mientras se gira y nos señala a ambos. Es algo que no debe pasar. 

¿Por qué no?

—Por situaciones que no entenderías. Así que por favor, olvidemos que esto paso, ¿sí? No debiste besarme.  

—¿DISCULPA? pregunto incrédula. —Para un beso así se necesitan dos, Aiden. Y yo no inicié cada maldito beso, te recuerdo. 

—¡Tú me provocaste! Sabes perfectamente bien que eres increíblemente sexy, y más con ese infernal vestido, Elise. ¡Es como si hubieras planeado seducirme!

Me siento cansada de sus tonterías y mi mano se estampa contra su mejilla. 

¡Déjate de idioteces! Además, estás haciendo de esto algo más grande de lo que es. Estamos ebrios. Nos hemos besado. Fin. Son cosas que la gente hace todo el tiempo. Pero si te afecta tanto, bien. Por mí puedes irte al diablo. 

Me alejo de ahí con los dos gramos de orgullo que me quedan. 

 

Honestamente, no tengo idea de qué pasó. 

Es decir, somos adultos, a veces los adultos cometen imprudencias, ¿no? 

Sin embargo lo que sucedió es más bien una imprudencia adolescente. Un destello de impulsividad que me llevo a cometer un acto inapropiado. Y la cabeza me ha dado vueltas toda la semana sólo de recordarlo. 

Angele no sabe lo que ha ocurrido, y tampoco sé cómo decírselo. Me preocupa que por el conflicto que tiene con Penny, llegue a contárselo, o que Matteo se enfade conmigo al enterarse debido al desprecio que le tiene. De ahí que ella cree que sólo estuvimos bebiendo hasta que la he buscado para regresar a la Valeta. 

No todos los días han sido una tortura mental, al menos no en su totalidad. 

He pintado un retrato de Patrick Swayze y Jennifer Grey -convenientemente- a base de grafitos. Realmente me ha gustado bastante el resultado. 

 Hable un poco con Lucía y me ha contado cómo van las cosas en Madrid. Aparentemente Santiago se ha convertido en algo así como asistente de mi padre, y han conseguido cerrar un nuevo negocio para el bien del viñedo. Me ha dicho que ha preguntado por mi paradero, a lo que mi amiga desvía la conversación en cada ocasión. No tengo forma de agradecérselo. Mi cabeza ya es un lío lo suficientemente grande como para añadir a mi ex novio lambiscón a la lista. 

Me he sentado a pensar sobre las clases del próximo año. Ya había descartado con anterioridad teatro, y recientemente descarté literatura. Ambas me siguen resultando apasionantes, pero definitivamente me he dado cuenta de que pintura, música y danza son las opciones más fuertes. Fotografía tampoco es una opción, debido a que aunque me agrada transmitir una realidad a partir de una simple imagen, no tengo tanta vocación, pasión y talento como mi rubia amiga. 

También he trabajado en la canción del pianista misterioso. He considerado ir a tocar la puerta de mi incógnito vecino a fin de ayudarlo en su tortuosa rutina, sin embargo, creo que no hay forma apropiada de acercarme. ¿Cómo he de hacerlo? 

“Disculpa, hace 3 semanas que escucho la misma melodía, y pensé que podría acabarla, ya sabes, debido a que tú no has conseguido dicho objetivo.”

“Perdona la intromisión, pero he escrito una parte faltante de tu pieza incompleta, para que ya no toques lo mismo a diario.”

«No va a pasar. En definitiva.»


 

♫♫♫

 

Camino con gran pesar de vuelta a la academia, después de haber ido a almorzar a un restaurante cercano posterior a mi sesión de música. 

El estómago me da unas cuantas vueltas y sé que no hay nada que pueda hacer para controlarlo. 

 

Entro y veo a Penny charlando con Aiden en un rincón. 




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