Me encuentro trotando alrededor del parque, ponía toda mi concentración en poder resistir y lograr alcanzar mi nueva meta sin interrupciones. Es bastante difícil superar un objetivo cuando ya estás en el límite.
Y bastante satisfactorio cuando lo logro.
Por lo que cuando llego al tiempo que debía, rompiendo mi récord personal, la satisfacción me invade.
A pesar de que intento no hacerlo, mi mente comenzó a divagar en aquel día cuando Rebeca y López llegaron molestos, para luego irse a la habitación. Intento no pensar en el dolor que me ocasionó verlos al salir, con Rebeca con una mordida en el cuello y López con el labio algo marcado.
La reconciliación era clara.
Habían pasado varias semanas, pero seguía pensando en eso.
Vamos, Mario, distráete.
Hoy es festivo, por lo que será genial tener el día libre. Dentro de un rato vendría López para ir juntos a entrenar, se veía cada vez más confiado porque estaba desarrollando resistencia, pero el pobre no sabe que apenas intente subir la primera pesa le pondré más dificultad para que pueda avanzar.
Ya puedo ver su cara de sufrimiento.
No me estoy vengando de él, lo juro.
Tropiezo con una chica y me estaba disculpando sin parar hasta que vi que era Rose.
── Oh, hola Rosie. ──Dije con una sonrisa── Tiempo sin verte.
Ella jadea, recuperando el aliento. Tal parece que también estaba ejercitando.
── Hola, Mario Bros. ──Entrecierro mis ojos, viéndola fijamente── Disculpa, he estado algo ocupada.
── Ya veo. ──Digo con cierta burla, ella me mira mal── ¿Poniendo en práctica consejos compartidos?
Parece querer matarme con la mirada.
── Que tu seas un pervertido sin arreglo no nos convierte a todos en uno.
── Lo dice la que me metió la lengua por toda la…
── ¡Bah! Eres imposible. ──Se queja── No he hecho nada de eso, para tu decepción.
── Es mejor así, reserva mis tácticas con alguien que valga la pena.
Me mira elevando las cejas.
── ¿Tu vales la pena?
── No. ──Digo de inmediato── Pero confío en que tu tendrás buen ojo cuando superes a tu hombre casado.
Pone los ojos en blanco.
── ¿Puedo trotar contigo? ──Pregunta, se ve que ya le da pena el tema por lo que la dejo estar.
── Claro.
Comienza a trotar a mi lado.
── Tu mamá me ha estado llamando para decirme que no la has ido a visitar. ──Me comenta── Deberías darle una vuelta, me contó que pronto serán diez años desde…
── Sí. ──Interrumpo, veo de reojo cómo Rose nota mi rigidez ante ese tema── Iré, no pienso desaparecer, lo prometo.
── Vale, pero debes llamarla.
── Lo haré. ──Ella me sonríe un poco, aquello me relaja.
── ¿Cómo has estado?
── He estado bien, ¿Qué tal tú?
── Bastante bien. ──No respondo, ocasionando que siga hablando── Estás muy serio, no me acostumbro a verte así.
── Estoy en modo ahorro de energía, inténtalo más tarde. ──Bromeo.
── ¿Cómo puedes estar en ese modo mientras trotas?
── Práctica. ──Me mira con los ojos entrecerrados y me detengo, para poder verla ante mi confesión. Ella no tarda en imitarme── ¿Recuerdas a May?
── ¿Tu amiga? ──Asiento── Claro, ¿cómo está ella?
── Me acosté con ella.
Su rostro se enciende en un rojo muy gracioso, para nada comparado al que venía teniendo por el esfuerzo del ejercicio.
── ¡No digas eso de esa manera!
── ¿Cómo quieres que lo diga? ──Pregunto sin entender── Que tuvimos…
── ¡Olvídalo! De todas las maneras siento que me da vergüenza. ──Se queja. Al cabo de un rato me golpea── ¡Tú habías dicho que es fruto prohibido! ¿Qué diablos te pasa? Estás obsesionado con tu amigo, parece encantarte meterte con las mujeres más cercanas a él.
Eso me duele.
── Sé que eso dije, solo… pasó.
── Al menos fue cosa de una vez. ──Desvío la mirada── ¿Lo siguen haciendo verdad?
Quiero reír.
La verdad es que se volvió frecuente, ambos decíamos una vez más y ya, solo que ese ya nunca llegaba. Volvíamos a por más. Era común que pasáramos la tarde entera en el apartamento de uno de los dos.
── La verdad es que eres idiota, te gusta jugar con lo prohibido.
── En realidad me gusta meterme entre sus…
── ¡Ya deja de hablar así!
Ahora sí comienzo a reír.
── ¿Qué edad se supone que tienes? ¿Por qué eres tan tímida con esto?
── Tengo diecinueve y te recuerdo que soy virgen, cabeza hueca.