¿Qué me miras?
June
Hoy era uno de esos días en los cuales le daba gracias a todo y todos por quedarme en casita.
Aunque iba a extrañar a los chicos el día de hoy ya que íbamos a celebrar el cumpleaños de una de las compañeras de la cocina dos; estaba agradecida de poder descansar uno de mis turnos. Luego de que Kairi me hablara y dijera que debía reponerme los muchos favores que me debían, yo no dude en aceptarlo ya que el día de hoy tenía una clase a la cual necesitaba recibirla en línea, y no sería muy cool que digamos de mi parte recibirla en medio del caos de la cocina.
No me causaba vergüenza alguna mostrar mis trabajos, ya que es muy normal en esta parte de los Ángeles en la cuales los jóvenes busquen trabajos de medios tiempo para solventar sus necesidades.
Pero me gustaba salir bien en mis clases y por lo tanto el ambiente de la cocina no era algo muy cómodo como para recibirlas.
Estaba en casa, la había dejado completamente limpia, ya que mama tenía turno normal el día de hoy, y regresaba hasta las diez de la noche. MJ se encontraba en la escuela, por lo tanto, las responsabilidades me quedaban a mí.
Mi madre llevaba un tiempo trabajando como enfermera en un hospital de los ángeles, en donde gracias a Dios sus turnos no eran muy pesados. Pero lastimosamente había días em los cuales tenia que trabajar hasta m uy tarde.
Así que por eso le ayudaba con el aseo de la casa.
Estuve muy bien sola desde las nueve de la mañana, desayuné un licuado porque, aunque no se notara a veces cuidaba un poco mi figura. Estuve muy entretenida en la cocina, en el living, los baños, y arreglando un poco de más la decoración del living en reacomodar los muebles, era una de mis obsesiones a la hora de limpiar. No podía dejar los muebles en un mismo lugar por tanto tiempo.
Todo estuvo muy bien y ya casi había dado el grito al cielo de la victoria del día libre, cuando me acorde que, desde algunos días, no sé qué tantos, mi ropa estaba en el cuarto de lavado, por lo tanto, tenía que traerla y acomodarla.
Mi casa no era muy ostentosa que digamos, pero prácticamente vivía en una casa de dos platas al estilo estados unidos. Había unas escaleras en el pórtico de la casa con algunas sillas y plantas de decoración. La casa era de color blanco por fuera y por dentro. Y el estilo que la casa tenia era un estilo rustico, ya que mama la temática con madera en la decoración le fascinaba. La casa tenia cuatro cuartos, el de mi madre, el de MJ y el mío. Mas uno extra para invitados.
Aunque la verdad nadie venia visitarnos.
Mientras recogía la ropa —que por cierto era mucha—, me encontré con la blusa que andaba ese día, donde ayudaba al joven a las afueras del bar. Me entro una pequeña risa sentimental cuando me acorde la regañada que mi madre me dio cuando llegue….
Abrí la puerta de la casa con sumo cuidado, ya me había fijado que las luces estuvieran apagadas, cuando no capte ninguna celebre por mis adentros ya que eso significaba que mama aún estaba en su turno, pero necesitaba apurarme para que ella no me encontrara aun despierta ya que sabía a qué horas comenzaban y terminaban mis turnos.
La casa estaba en completa oscurana, cuando estuve dentro solté una pequeña exhalación de alivio ya que estaba en mi hogar, pero no duro mucho cuando en el asiento que estaba detrás mío mi mama hablo:
—¿puedo saber dónde cojones andabas June Isabel Edwards?
Desde ese momento la furia de mama se desato pensando que andaba de fiesta mientras tenía mis turnos o no iba a trabajar mientras yo decía que lo hacía.
Cuando fue al cuarto de baño conmigo dándome las puteadas del siglo, casi le da un infarto cuando vio rastros de sangre en mi camisa y pantalones, sangre la cual para ser sincera ni siquiera sabía que estaba ahí.
Me reí por mis adentros acordándome de la habladera de mi madre, que, aunque muchos dijeran que era una exagerada, sé que se preocupa por mí. Mucha gente de este país, suele llamar a la gente latina gente extravagante o exagerada. Pero la verdad es que yo no lo siento de esa manera.
Volví a la sala cuando terminaba de doblar la ropa para meterla luego en mis armarios y arreglarlas mejor.
Eran casi las once con quince minutos, lo cuales indicaban que la clase ya comenzaría. Fui rápido el tocador en mi cuarto y arreglé mi cabello un poco, verificando que todo estaba en orden, cuando baje otra vez y observé que en la mesa del comedor estaba todo listo. Decidí sentarme y entrar minutos antes que esta comenzara.
El Profesor inicio la clase unos minutos antes de la hora estimada, cuando ya llego la hora saludo a todos.
— buenos días muchachos, por favor enciendan sus cámaras, y coloquen su primer nombre para así poder pasar lista, acuerden tener su micrófono en silencio y tener su cámara encendida.
Como toda persona, observe que mis compañeros la mayoría no eran tan pasados de edad o como lo diría mi madre, Guevones, podría decir que me esperaba eso, pero la verdad las cosas no eran así.