Segunda melodía diurna: Desertar con un verso
Duerme, dulce como un beso,
Y yo abriré tus ojos presos
De la bruma matinal.
Gruta de las madrugadas:
Rutas para lo angosto y fatal.
No desprecié lo sobrenatural
En las mañanas de agosto
Cuando decidí excesivo el costo
Del soliviantado sol en el rostro.
Mi mudo amado me mide
Con una mirada que se despide.
Calla en la calle de la llegada,
Mi oscuridad no le agrada.
Quiero que ame mi amor por él,
Pero el narcisista no ama el espejo
Sino el reflejo que ve en aquel.
Duerme, si eres mi Hermes
No sé, sólo sé que me conciernes:
Te haré un nido de niebla celestial
Bajo la espuma de la bruma matinal.
Cicatrices guarda en la espalda,
Directrices que esconde en el alma.
No quise ser artífice, pero nunca
Fui justa. Por mí tiene el alma trunca.
Duerme, dulce como un beso,
Amargo y suave como una luna
Desgranada en los labios del universo,
Te despertaré y desertaré con un verso.