Nota de la autora:
Cada cierto tiempo, cuando escribo alguna escena de mis historias, se me ocurre alguna versión ridícula de las mismas. Y pues, junto con las encuestas troll, he decidido publicar las trolleadas/parodias a mis personajes que se me ocurran.
Por si las dudas, esta escena no forma parte de la historia oficial, es solo una escena troll que se me ocurrió, ¿ok?
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"Yo la conocí en un taxi, en camino al club.
Yo la conocí en un taxi, en camino al club.
Me lo paró, el taxi.
Me lo paró, el taxi.
Me lo paró, el taxi.
Me lo paró, el taxi".
-¿Quién miércoles pone esa canción a todo volumen? ¡Por Dios!
Ansias se encontraba sentada en la banca del paradero de los buses. Llevaba horas esperando a Poeta. La paciencia no era una de sus virtudes, pero todo fuera por encontrarse con aquel joven de ojos verdes que la había encandilado días atrás. Sin embargo, mientras ella se hallaba soñando con su príncipe azul que la iba a rescatar, y con el cual iban a pasear en el prado de flores, abejitas y maripositas, la estruendosa música del reggaetón de moda, "El Taxi", la hizo volver a su cruda realidad.
-Oe, huevón, ¿puedes bajarle un poco a tu "música"? -habló dirigiéndose a un auto Tico de color amarillo, todo destartalado, que se había parado para esperar al cambio de luces del semáforo-. Quiero seguir soñando con que bailo "El Danubio Azul" con mi galán en el Parque del Amor -señaló para luego cerrar los ojos y volver a soñar.
-Pensé que me estabas esperando -dijo una voz masculina proveniente de aquel vehículo.
-¿Cómo? -mencionó Aira enarcando la ceja. Ella conocía esa voz. No obstante, el acento con el que hablaba el dueño de aquélla estaba un poco cambiado-. ¿Poetín tin tin?
En ese instante, la ventana del taxi se abrió, mostrando el rostro de su chofer.
-Rodri, tu Papi, pa' la las "jermas"(1).
-¡¿Qué?!
El hombre que se hacía llamar a sí mismo como "Rodri, tu Papi" salió del auto. Vestía pantalones anchos de multicolores. Lucía una polera ancha que tenía una imagen de una mujer desnuda estampada en el pecho. Una gorra de beisbol cubría su cabello engominado.
-Hola, mami. ¿Te hice esperar mucho? -señaló el chico con una mirada "sensual" y con los símbolos de "V" de victoria con sus dedos.
-¿Ah?
Los ojos de Aira se abrieron de tal manera que pareció un personaje de dibujo manga.
-¡Oe! ¡Nozomi, espera! -aclaró Aira levantando la voz-. Esto es un libro, ¿ok? Deja tus gustos otakus para cuando leas historias en MangaRock.
-Ok, ok -señalé-. Ya me voy.
-Todavía no te vayas... -continuó Aira-. ¡¿Me puedes decir qué diablos le has hecho a mi Poetín?! -alzó la voz
-Yo no sé nada -repliqué-. ¡Adiós!
-Pero, pero... Pero, oe...
-Flaquita, sube a mi "nave" rápido. Que quiero bailar "El Taxi" contigo...
-¿Flaquita? ¿Nave? -señaló Aira con una mueca-. ¿Qué diablos le pasó a tu lenguaje de biscabuelo?
-Ah, eso sucede en un universo paralelo. Aquí estamos en la mente troll de la autora Nozomi, en donde tú sueñas con galanes de cuentos de hadas y yo soy el "man" de las quinceañeras como tú...
Aira abrió la boca de tal manera que su quijada casi choca con la vereda.
-Vamos, flaquita, ven conmigo. No te vas a arrepentir. ¡Este "pechito"(2) te hará vivir cosas inolvidables! -mencionó Rodrigo observándola con una mirada pervertida, para luego guiñarle el ojo.
-¡Fuera de acá, mañoso! -exclamó la chica al tiempo que corría para alejarse del Rodrigo reggaetonero.
-Mami, no te vayas -decía Rodrigo quien perseguía a Aira con su taxi-. Que quiero darte duro contra el muro...
-¡Maldita Nozomi, regrésame a mi Rodri! -chillaba Aira mientras corría desesperadamente para tratar de despistar a su ex galán de cuentos de hadas.
Y colorín colorado, esta trolleada se ha acabado :D
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(1) Jermas= Mujeres
(2) Este pechito= Este servidor, yo mismo