Memoria Hendida

Oasis Paroxístico

Que me está pasando? - me pregunté
será que me encontraba muerto y de algún modo se me estaba castigando por algo que debí de haber hecho en vida? o quizás estoy viajando en el tiempo... o entre mundos, o quizás tal vez y solo tal vez me esté volviendo loco simplemente. sin poder recordar por qué me encontraba en esta situación ni siquiera ser capaz de recordar quién soy continúe con mi viaje atemorizado por los fragmentos de mi mente.
Que en dónde me encuentro?; se preguntarán, pues déjenme detallarlo un poco, me encuentro en un sendero, un pequeño paso rodeado de árboles tan enormes que no veía con claridad el cielo, tan espeluznantes como los que redactan en una obra de terror casi podría asegurar que me sonreían con malicia. Solo se en lo más profundo de mi ser que tengo que recorrerlo, un instinto comparable al de un ave cuando emprende el vuelo por primera vez. Será que mis respuestas aguarden al final de este peregrinaje?.

Sucumbido por mis pensamientos tan raudos como centellas. A lo lejos vislumbre  lo que parecía ser una persona, un hombre; me apresure a alcanzarlo cuando un aullido de un lobo resonó tras de mi entre los árboles siniestros y al lado contrario un rugido que ahogaban el silencio de muerte. Corrí tan rápido como pude; "obviamente no iba a esperar a que me devorarán unas bestias", fuera lo que fuera que me estaba sucediendo una cosa siempre es segura, la muerte es el final de todo. Pero nuevamente hay que recordar que con lo que respecta de mi persona tengo tan muy mala suerte que tropecé con una rama estirada por el camino, las bestias se acercaban acechando a unos cuantos metros de llegar a mí, intentando volver a colocarme de pie empecé a escudriñar por todo mi alrededor esperando encontrar algo para defenderme de aquellas bestias....
"Una roca... un palo... algo por el amor de dios!".
Ya cuando se encontraban sobre de mí, podía oler un olor putrefacto proveniente del hocico de aquellas bestias tan desagradable como el olor de un cadáver en descomposición.
El hombre que tanto me esforcé por alcanzar se encontraba detrás mío; y con un gesto, casi una floritura con la mano derecha repelió a las bestias.

"Te encuentras bien?" - pregunto aquel hombre.
Con un nudo en la garganta a punto de vomitar mi propio corazón; le respondí haciendo un gesto con la cabeza, dando a entender que me encontraba bien (si a eso se le pudiera considerar bien).
El hombre estiró su mano en la dirección que me encontraba para poder levantarme.
Ya reincorporado en el camino pero ahora con, "el" como compañero, continuamos avanzando.
A su lado sentía una gran paz, sentía como a su alrededor expedía un aura te tranquilidad, era un paseo silencioso pero esperanzador tan cálido como un atardecer y tan refrescante como un día nublado.
Al llegar a una colina fue cuando comenzó a hablarme; me dijo; no temas, como puedes sentir no estás muerto este es solo un viaje, aunque no te puedo contar mucho de este ya que solo soy un espejismo, aparecí frente a ti como consecuencia de tu desesperación por encontrar respuesta así como los viajeros en un desierto en busca de agua, y se encuentran con un oasis a causa de su desolación. Soy un fragmento de lo que tanto anhelabas, una respuesta ambigua, solo la voz de tu subconsciente, me mostró una imagen de diferentes lugares y me dijo; vas a continuar estos viajes en busca de cada fragmento de tu ser; y si, cada lugar por el que avances va a ser cada vez más amargo, más siniestro que el anterior pero si quieres conocer quien realmente eres tendrás que afrontar cada prueba.

"Esto es tan confuso si no estoy muerto a qué se le llama esto?". Le pregunté a mi espejismo sin una respuesta.
"Una prueba, pero porque estoy siendo probado?", volví a preguntarle.
Cada vez más desorientado cuánto avanzaba la conversación unilateral, por más que hacía una pregunta era sin resultado alguno.
"Para que apareció frente a mí?" sí no tenía ni una sola respuesta que aclarara todo el caos en mi mente, que sentido tiene todo esto... cada vez crecía más la incertidumbre que asolaba a mi mente comparable a un enjambre de avispas alborotadas por a ver sido despojados de su colmena. Tan ruidoso, tan agitado y desesperante.

Sin siquiera notarlo comencé a sentir el tiempo deteniéndose a mi alrededor un aire sofocante, un dolor punzante en mi cabeza y al girarme hacia el supuesto espejismo de mi conciencia, no había otra cosa que un espejo gigante frente a mí. Al querer desahogar mi furia y desesperación intenté con todas mis fuerzas golpear aquel espejo con mi puño, pero fue en vano puesto que justo al momento de tocarlo fui absorbido por el...



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En el texto hay: misterio, intriga

Editado: 17.09.2021

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