[La amistad y el sentimiento de traición podían ser igual de profundos, un joven que toda su vida había vivido bajo la sombra de otros, que nunca había tenido alguna codicia, hasta que conoció a cierta mujer que lo había cautivado, pero que solo lo veía como un amigo, cosa que lo ponía cierta distancia. Cuando por fín decide confesar sus sentimientos, la respuesta que recibe es la única que necesita para irse.]
Perdóname, perdóname- escucho su voz a lo lejos, mientras salgo del lugar.
Así se sentía ser traicionado, la presión en mi pecho, las lágrimas que querían escapar de mis ojos y unas ganas de gritar. No quería volver a confiar en alguien. Al final terminabas herido.
Caminando por las calles, después de haber estado sentado por horas en un parque, tratando de entender la situación, ¿Había tenido amigos reales o solo fingían? ¿Siempre le iría mal en el amor?, luego me fui en busca de un bar donde desahogar todas mis penas, queriendo olvidar lo que vi hace unas horas, con la mente nublada y los ojos algo llorosos logré divisar un letrero brillante de un bar cruzando la calle, no era común que un bar entre semana estuviera abierto tan tarde, miré mi reloj, eran 11pm, tenía trabajo mañana y una reunión, pero no me importaba en estos momentos, solo quería una, dos, tres, muchas cervezas hasta calmar el dolor que sentía.
Entré por la pequeña puerta y busqué el mini bar, estaba algo oscuro, me senté como pude y escuché una voz preguntar, pero no lograba identificar la figura de la persona.
Una cerveza, por favor- Pedí mientras echaba un vistazo al lugar.
Buenas noches, aquí tiene su cerveza- habló aquella voz.
Por inercia voltee y recién pude distinguir a una mujer de unos 23 o 24 años, cabello negro con unos risos y vestía de un blusa blanca con un chaleco negro, encima llevaba un pequeño gorro gris, era realmente bella, no podía creer que nunca la haya visto por el lugar, solía frecuentar distintos bares con mi ahora ex mejor amigo, pero siempre eran por motivos de celebración y fiesta, pero ahora solo tomaba para olvidar.
En el lugar solo habían cuatro personas más, había un chico en el medio tocando una guitarra mientras cantaba Lost Stars de Adam Levine, me dolió porque era una de las canciones favoritas de ella.
Sí ella, la había conocido en un fiesta, había dejado a mi mejor amigo coqueteando con una rubia y aproveché para ir al baño, no tenía ánimos de quedarme un rato más ahí, no después de que me terminaran hace una semana, pero él insistía que debía salir con más chicas, sabía que eso venía por las palabras de mi madre en la última cena, mi primo había anunciado su matrimonio y quedaba como el único soltero de la familia. Caminaba entre las personas, cuando escuché a dos personas discutir, era algo común después de mucho alcohol, seguí avanzando cuando vi que la gente corría y formaban un círculo, olvidé el asunto del baño y busqué un lugar para ver quienes discutían, la vi a ella frente a una pelirroja, tenía el maquillaje corrido y un tacón en su mano, la otra chica estaba peor, su cabello estaba hecho un desastre y que decir de lo demás, se miraban con furia y yo no sabía el motivo para que ambas llegaran a eso, antes de que volvieran a los golpes, vinieron los de seguridad, se llevaron a la pelirroja y le preguntaron a ella si venía con alguien, parecía dudar hasta que su mirada cayó en mí y me señaló, estupefacto por ser ahora participe de algo que no me incumbía, los de seguridad se acercaron para confirmar aquello, la miré y en sus ojos solo veía un letrero de ayuda, dije que sí, algo de acción para aligerar mi fin de semana, la vi llamarme y dirigirse hacia la salida, la seguí mientras enviaba un texto a mi mejor amigo.
Gracias por ayudarme, esa mujer está loca, me armó un escándalo y luego se aventó encima de mí, no sabía que aquel chico era su novio, igual no estaba tan guapo- dijo restándole importancia a lo sucedido en el lugar.- ahora tendré que ver la manera de que eso no salga en los periódicos, mi padre me quitará las tarjetas o peor decirme que vuelva a la casa- volvió a hablar mientras avanzábamos entre la gente.
De nada, supongo- dije algo dudoso.
Sé que no me conoces, pero en realidad nuestros padres son socios, conocí a tu padre en una cena y te mencionó, luego mostró una foto tuya con mucha emoción, lo cual fue algo raro digo ya no tienes 5 años, aunque no sé si fue solo por eso o es que buscaba que tuviera algún interés en ti- dijo ahora volteando a verme.- Me presento soy hija de Laus Monterrico.- me tendió su mano mostrándome una sonrisa.
Un gusto- dije mientras sostenía su mano.
Entonces ahí comenzó todo, nos volvimos a ver por obra de mi padre, seguimos hablando, ella frecuentaba los clubes exclusivos a los que iba mi madre así que no había forma de que no se conocieran, se hizo cercana a mi familia, era imposible no escuchar su nombre cuando nos reuníamos a cenar. Bueno me enamoré y ahora estoy tomando para olvidarla.
Puede que muchos se pregunten que pasó para que saliera corriendo de aquel departamento, aquí la explicación...
La chica que había amado como nunca por más de 3 años y que hoy se alejaba de mí, por mucho tiempo me había conformado con ser solo su amigo, verla salir con chicos y luego escucharla llorando cuando alguno le rompía el corazón, con el tiempo el hecho de no confesar mis sentimientos me atormentaban, así que decidí declararme, le pedí ayuda a la única persona que podía confiarle mis sentimientos, mi mejor amigo, le dije que quería planear una cena, no lo dudó, iba a alquilar un traje y ya tenía reservado el restaurante más lujoso de la ciudad, mis ahorros del mes habían tenido un pequeño recorte, pero lo valía, se suponía que hoy iría a casa de mi mejor amigo para que me ayude con el traje, pero me llevé una gran sorpresa cuando toqué el timbre de su departamento y me abrió ella despeinada vistiendo solo una camisa blanca, detrás salió él quién viéndose descubierto solo atinó a pedirme perdón mientras yo me largaba del lugar, sí a veces las amistades que creías verdaderas pueden lastimarte.