Memorias de Otoño

Doctora

La mañana fría escucha mis pasos

el tiempo se agita como las palmeras en primavera.

Suelto el tramo, blanco y puro, como la espuma del cielo.

Mis manos se sacuden al verte caminar

el silencio indiferente, se contrasta con la melodía que entona mi corazón.

Tu sonrisa me desvela, me roba el sentido, siento flechas que perforan mi frágil interior.

Prolijo de astucia, absorto en la ingenuidad, me derribo como el impacto de una ola

al verte tan cerca se activa el fuego cruzado.

Te despides sin darme cuenta, porque partes a curar, corazones destruidos.

Me rompo como el cristal, tan frágil y sonoro, me sumerjo en los besos prohibidos.

Convaleces mis días con tu sonrisa y me haces viajar como un astronauta primaveral

por la ruta oculta, por esa directriz del amor.




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