(Barranquilla, febrero 1924)
Bendigo yo aquel momento
En que te referí el cuento
Del fraile y el sacristán: bendigo yo aquellas horas
En que fuiste mía, señora
Ay! Pues no volverán.
Qué breve pasa el momento,
Siempre que se pase contento
Al lado del ser querido;
Qué breve pasa en verdad.
Más óyeme por caridad
Ay ¡cuanto he sufrido!
Desde que partí de tu lado,
Pudibundo, contristado,
Tengo el corazón enfermo,
Los placeres de la vida
Son cosas desconocidas
Todo lo que miro es yermo.
Sólo tu nombre fulgura
En medio de la noche oscura
De mi mísera existencia;
Tu imagen sólo contemplo
En los altares y templos,
Ay ¡qué honda penitencia!
Bendigo yo aquel momento
En que te referí el cuento
Del fraile y el sacristán;
Bendigo yo aquellas horas
En que fuiste mía, señora.
Ay ¡Pues no volverán!