CAPÍTULO 28: MORENA Y BALADA DE LA MALA FORTUNA.

Morena: fresca es tu piel

Y como la sombra de los árboles nocturnos

Sobre el agua serena,

abre tu huerto, cálido, morena,

y ampara mis cansancios taciturnos.

BALADA DE LA MALA FORTUNA

Nievan vellones de tedio

En estas noches de octubre

Y la calleja sin nombre

Anchos pesares encubren.

Siempre en colores plomizos

El paisaje se diluye.

El dolor hiere en las cunas

A los niños insalubres.

Y el alma de las madres

Anchos pesares encubren.

Siempre en colores plomizos

El paisaje se diluye.

Pezones desvencijados

De estas mujeres que sufren,

Niños que gritan “hambre”

En estas noches de octubre.

Siempre en colores plomizos

El paisaje se diluye.

Llora el niño, llora el niño

Sobre su cuna de arcillas

Y canta la madre al lado

Un ritornelo de angustias.

En el aire enternecido

La luna su luz engarza

Como descifrando sombras

De la noche que no pasa,

Y la madre, sus querellas,

Que al mundo ha clamado tanto,

Tocando el tambor del llanto

Vierte collares de perlas.

En la calleja sombría

Que la miseria tatuó,

Cantó la madre, cantó,

Su canción de letanías.

Surgirán palabras duras

Que sembrarán rebeldías,

Palabras que irán brotando

De las bocas amargadas

Que al mundo le claman “hambre”

Y el mundo no les da nada,

José Wilfrido Saumet Ramos