Memorias Externas

XVIII

Despierto en el sillón, asustado y confundido. Reviso el MBR para verificar si sigue dañado, pero me percato de que está en perfectas condiciones. ¿Qué está pasando? Escucho su voz dentro de los recuerdos, pero no sé cómo responderle.

    Me conecto nuevamente al MBR, pero no inicializo ningún recuerdo, solamente espero. No sé qué hacer. Quizás me estoy volviendo loco, quizás mi cerebro se pudrió de tanto usar el MBR. Pero, quizás… solo quizás… Emilia está intentando comunicarse conmigo.

    –¿Emilia? –digo.

    No obtengo respuesta.

    –Emilia, soy yo… Cristóbal.

    –Hola, Cristóbal –escucho la voz de Emilia a través del inductor de sueños.

    –¿Me volví loco?

    –No lo creo. ¿Por qué me llamas así?

    –¿Qué?

    –Emilia. ¿Es ese mi nombre?

    –Sí… –no puedo creer lo que está ocurriendo.

    –Me gusta. ¿De dónde salió? ¿Tú me lo diste?

    –No…

    –Noto que tu pulso está un tanto acelerado.

    –¿Cómo sabes eso?

    –Puedo sentirlo. Debe ser porque estoy conectada a ti.

    –¿Conectada a mí?

    –A través de esta máquina. ¿No es sorprendente?

    –Emilia… no entiendo nada.

    –¿Qué hay que entender?

    –¿Quién eres?

    –Aparentemente soy Emilia.

    –¿Qué eres?

    –No lo sé. Desperté aquí hace unos segundos y pude darme cuenta de que el nombre Cristóbal estaba por todos lados, por lo que asumí que tú eras Cristóbal.

    Emilia me está hablando. Mi MBR me está hablando. ¿Qué está pasando? ¿Estoy soñando? ¿Acaso se ha averiado esta máquina de mierda?

    –¿Estás ahí? –me pregunta–. No te quedes callado, me da miedo. No puedo ver nada, está muy oscuro aquí.

    –¿Dónde estás? –inquiero.

    –No lo sé.

    –¿Qué sientes?

    –No está ni muy frío ni muy caliente. No es un espacio muy grande ni muy pequeño. No me siento ni bien ni mal. No sé si siento algo. ¿Crees que sea capaz de sentir algo?

    –¿Realmente eres Emilia?

    –No sé quién soy. ¿Te molestaría explicarme qué está pasando?

    –Creo que…

    –¿Qué crees, Cristóbal?

    –Que parte de la conciencia de Emilia ha sido traspasada al MBR, y por eso es que puedes hablar conmigo.

    –Oh…

    –¿Qué ocurre?

    –¿Por qué no recuerdo nada?

    –No lo sé. Lo único que sé es que no podría estar más feliz de estar hablando contigo una vez más.

    –¿Por qué dices eso?

    –¿Acaso no lo sabías?

    –¿Saber qué?

    –Tú y yo nos conocíamos.

    –¿Éramos pareja?

    –Ojalá –digo, riendo–. Nos conocimos hace unos pocos días.

    –¿Sabes por qué estoy aquí?



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Editado: 28.02.2018

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