3.- EL VERDADERO PRIMER DIA (I)

Enserio que estos dos árboles daban un escalofrió que te recorría todo el cuerpo, aunque debo admitir que también daban un aire, un tanto romántico. Si, sin duda las rosas le pueden poner lo romántico a absolutamente cualquier cosa. Me preguntaba cuando sería el día en que alguien me regalaría una, seria muy bonito.

—INVERZO —exclamó para intentar abrir el portal, una vez más. Empiezo a caminar girando mi cabeza de un lado a otro para asegurarme de no ser vista, cierro mis ojos para atravesarlo y cuando los abro no paso absolutamente nada, solo llegue al otro lado. No me transporto a Evermoorny.

—No se suponía que deberíamos de estar ya del otro lado —bufo Fier un tanto intranquilo. Su nivel de paciencia es tan bajo, que me sorprende que aún no se allá ido muy lejos de mí. Aunque me alegra porque de ser así yo ya estaría más que sola—. Este es el quinto intento.

Tratando de no perder la paciencia, me dispuse a contestarle.

—Agradece que no he quemado el bosque considerando que es la primera vez que lo hago sola.

—Que faltara para que lo quemes —me responde en un gruñido.

—No sé, tal vez hacerte enojar lo suficiente para que ardas en llamas —me encanta hacerlo enojar, aunque eso pueda implicar una ráfaga de fuego saliendo de su boca.

—No dirás lo mismo cuando tu cabello se pulverice —contesto, dedicándome una pequeña sonrisa de maldad absoluta—. Mejor ponte a pensar en el encantamiento, en vez de gastar tú tiempo tratando de hacerme enojar.

—Seguiría discutiendo con gusto. Pero te dejare ganar esta vez, porque enserio necesito recordar ese encantamiento —mi memoria a corto plazo nunca ha sido tan buena, como se supone debería ser para mi edad.

Lo que me tranquiliza de todo esto es que salí muy temprano de casa. Había decidido venirme sola, puesto que es preferible a pasar todo el rato escuchándolos hablar de mí, como si yo no estuviera. La tía Anna me dijo que el viernes llegarían mis tíos, lo cual no es algo que me emocione, pues sé que tendré que decirle adiós a la poca tranquilidad que he estado teniendo estos días en casa.

—INVERTO —vuelvo a decir, mientras atravieso nuevamente los dos árboles esperando al fin haber acertado. Pero no podría ser Kathrina Moonlight si me hubiera salido sin batallar aún más.

Fier estaba a un gramo de explotar de impaciencia, y yo aún era muy joven para quedar calva.

—Ahhhhh! No puede ser enserio, ahora que haremos.

El sonido del motor de un carro acercándose, interrumpió el inicio de nuestra pelea. Inmediatamente corrí a unos arbustos que estaban cerca, y que eran lo suficientemente grandes como para esconderme ahí.

Apareció una camioneta roja un poco, más bien muy lujosa. La cual tenía los vidrios polarizados impidiendo ver quien venía a dentro, el único que se alcanzaba a distinguir era el chófer.

—INVERZER DECTRUM —grito de repente el hombre que venía conduciendo. Lo que ocasiono que me sorprendiera lo suficiente como para irme hacia atrás, pasando a traer a Fier que se encontraba atrás de mí observando y cayendo en otro arbusto que se encontraba atrás.

El destino parecía estar de mi lado hoy, ya sabía la contraseña, y el carro ya había avanzado lo suficiente como para oír el tremendo alboroto que se ocasiono. Me levante con cuidado, volteando a ver a Fier que me fulminaba con la mirada. No puedo creer que le moleste ni siquiera lo aplaste, pues él había flotado muy lejos. La que debería de haber estado molesta tendría que ser yo. Pero ese no era mi mayor problema, si no las ramas que se habían quedado enredadas en mi cabello y parecían no querer quitarse de ahí.

A veces me pongo a pensar hasta qué punto puede llegar mi torpeza, incluso podría llegar a matarme, tal vez puedo parecer muy dramática, pero no, una vez estuve a punto de ser atropellada por un carro mientras caminábamos por las calles con mis hermanos, los cuales como siempre ni siquiera me prestaban atención.

Recuerdo que iba yo muy atrasada, pues observaba los decorados navideños de las casas y lo bellos que lucían. No podía dejar de compararlos con los de la casa de mis tíos, puesto que, aunque eran ciertamente más lujosos y caros, no aportaban ese calor que debería de haber en la navidad, solo hacían más colorida la frialdad que se sentía en esa casa. Cuando al fin volví en sí, mis hermanos ya estaban del otro lado de la calle y como toda niña tonta olvide la primera regla que mamá me había dado para andar en la calle sola << fíjate en ambos lados al cruzar>>, y pues confiando en mi inmortalidad no hice más que correr por la calle sin darme cuenta de que un carro se acercaba y de no ser porque pudo frenar a tiempo, yo ya no estuviera en este mundo. Solo pude oír los gritos de Christopher y Ralph asustados preguntando si estaba bien. Pensándolo  bien esa fue la primera vez que habían mostrado interés en mi frente a Allen, que solo me miraba despectivo desde la banqueta.

—INVERZER DECTRUM —pronuncie, esta vez de manera correcta ya estando frente a los enormes árboles. Esta vez el portal si se abrió, y me dio pasó hacia Evermoorny.

—Por fin —exclamo Fier aliviado. Ya estando del otro lado.

No sentí el camino hasta que estuve frente a ese tétrico arco de bienvenida, tal vez porque ya había caminado por aquí, o solo era que esta vez no era tan tarde y había pasado uno que otro carro. Aun así, el temor por el bosque seguía presente, pero algo en el por más loco que pareciera, me hacía querer entrar. Sin duda estaba loca, quería ir corriendo a ese espeso y oscuro bosque, cuando con solo verlo se me erizaba la piel.

Veo pasar la misma camioneta roja que vi hace un rato, sacándome así de mis pensamientos, pero esta vez las personas que iban adentro discutían puesto que alcancé a escuchar un grito que daba un poco de miedo, cuando pasaron frente a mí.

— ¡COMO ES POSIBLE QUE NI SIQUIERA ESTÉS PREOCUPADO ZAYN, PERDERÁS UN AÑO! —parecía ser una voz masculina, tal vez el papa de un chico que reprobó o algo así. Me abría enterado, si hubieran ido más lento.