Mi parte favorita de la casa siempre fue mi habitación, porque es ese espacio en el que solo tu existes y puedes ser tú mismo siempre. Muy a menudo la imaginaba como una fortaleza, que me mantenía protegida del exterior, y me brindaba la sensación de estar a salvo.
La única compañía que tenía aquí es, y por lo visto siempre serían Mish y Fier. Tal vez en algún punto más adelante, cuando ya no me dé tanto miedo que puedan romper nuestra amistad, invite yo a Hailyn, o tal vez a Miles, aquí a pasar el rato, y platicar.
Pero para que eso pasara faltaba demasiado, y no porque no me agradara la idea, si no, por dos poderosos motivos; llamados Allen, y Ariday. Le agradezco muchísimo a Christopher que no haya mencionado nada acerca de mi nuevo amigo, de hecho, ninguno lo hizo. Se me hizo mucho más raro que Allen no lo haya hecho, supongo que hoy ni siquiera tenía las suficientes ganas de molestarme. Pero sea lo que sea, agradezco que solo se haya limitado a ignorar que me encontraba en el maletero del coche. Parecía emocionado e inquieto, como si ansiara ya llegar a casa, y vaya que lo ansiaba, porque llegando a casa nos topamos con dos sorpresas.
1.- Mis tíos al parecer no llegaban hasta el viernes, si no que adelantaron su llegada para hoy.
2.- Nos esperaban con dos autos convertibles, en las puertas de la mansión.
Primero pensé que iba a hacer uno para Allen, y otro para Christopher, pues Ariday ni siquiera sabía manejar. Pero incluso hasta yo me sentí mal por Chris, cuando dijeron que era un auto para Allen, y otro para Ariday. Aunque él no pareció sorprenderse, tal vez porque sabe que ella es su hija y el no, o porque creo que todos siempre hemos sabido que ellos han preferido más a Allen sobre nosotros. Y es comprensible hasta cierto punto, ya que de los cuatro es el que siempre convivió más con papá, y de alguna u otra forma lo hizo a su imagen y semejanza, haciéndolo encajar a la perfección con ellos.
La única diferente de los tres hermanos Moonlight siempre fue la tía Anna. Pues era tan contraria a lo que fue mi padre, y a lo que era mi tío, que hacía que sus personalidades chocaran, y la mayoría de las veces que convivían terminaran peleando. Supongo que por ese motivo mi tía siempre había preferido viajar, a convivir con mi tío Stefano. Y no la culpo, no era fácil soportar su carácter frió, altanero, y cerrado.
Siempre había extrañado a mi madre, pero hacía veces en que lo hacía con mucho mas fervor, tanto que me había llegado a preguntar, qué hubiera pasado si yo no hubiera ido por mi helado ese día, ¿estarían vivos aun? O solo hubieran fallecido de otra forma, cumpliendo su destino. No lo sabía, y creo nunca lo averiguaría, porque él hubiera no existe, y nunca existirá.
Pueda sonar muy loco tal vez, pero siempre había sentido muy dentro de mí, que su muerte no fue causada por un simple asalto. No lo sé, tal vez solo sea una parte de mi subconsciente que quería liberarse de la culpa. Tenía mis dudas, siempre las había tenido, pero lo que nunca había tenido son indicios que me ayuden a saber que puede ser cierto.
Aunque si las tuviera, no sabía si tendría el valor suficiente para investigar. Aunque creo que lo haría por mis padres, por saber la verdad, y quien lo causo, ellos merecían justicia. Pero ya me estaba yendo muy lejos, solo es una pequeña parte de mi la que me lo dice. Aunque en mi recuerdo, que acababa de regresar en forma de sueño hace unas semanas, si se veía lo que paso. A pesar de que se veían borrosos sus rostros, y algunas partes parecían estar incompletas y silenciadas. Podía recordar ese día.
Yo yendo por un helado, después de estar aburrida toda la tarde encerrada en el auto, esperando que terminara el baile de equinoccio de otoño. Después yo conociendo a un chico extraño, el cual pago mi helado, y me ayudo con unas simples palabras, más de lo que cualquier persona me había ayudado en mi vida. Otra escena mía yendo por la calle de regreso, encontrándome a mi madre en la entrada de un callejón, un poco alterada y sorprendida de verme. Segundos más tarde mi padre sale enojado del callejón, y dice que tenemos que irnos, pero unas personas nos interceptan y hacen retroceder, mi madre me abraza, se escuchan dos disparos y veo a mis padres tendidos en el suelo, rodeados de sangre, y sin vida. Se escucha otro disparo directo hacia a mí, pero todo se vuelve oscuro, y nada más.
Eso es lo que paso.Iban a buscarme y fuimos atacados. Últimamente me gustaba torturarme un poco recordándolo. Tal vez si me merezca todo lo que me hacen, y dicen.
Con ese pensamiento me dirijo a mi ventana, donde se encuentra Mish sobre mi pequeño librero observando hacia afuera, es nuestra actividad favorita — chismear por la ventana —, no se ve más que el patio de los Grand, que son nuestros vecinos. Aunque nunca convivimos, sé que eran una pareja de ancianitos a la que sus nietos, e hijos venían a visitar muy de vez en cuando. A veces me sentia mal por ellos, pues estarían completamente solos, si no fuera por Tonks su perro husky, y Orion un gato amarillo que venía a visitar a Mish de vez en cuando, pero que yo como buena madre siempre lo espantaba lejos de mi bebe. Ellos son los vecinos más cercanos que teníamos, a mis tíos siempre les había gustado vivir en las afueras, por varias razones, pero la principal es que así el secreto de que somos una familia de brujos está a salvo, además de que eran demasiado ostras como para convivir con alguien más.
Empecé a acariciar la cabeza de Mish, y ella comenzó a ronronear. Vuelvo a mencionar que nos encanta mirar por la ventana, aunque creo que ella espera a Orion, no soy tonta. Mi bebe ya creció, y espera a su príncipe azul, bueno en este caso gato amarillo.
— Tiene mucho que no veo a Orion — le digo. Porque si, yo hablo con los animales como si fueran humanos —. Me pregunto si seguirá con vida. Esperemos y no. Me equivoque perdón, era esperemos que sí — Mish voltea a verme como si hubiera comprendido lo que dije, y me digiera cállate que es tu cuñado. Quisiera decir que tengo más opciones, pero es el único gato en los próximos dos kilómetros a la redonda —. No me mires así, no es que le desee la muerte. Nunca se la desearía a nadie, y menos a un gato. Solo que nuestra relación es complicada, la última vez que nos vimos, tuvimos una batalla campal el que yo acabe más que rasguñada — le explico a Mish.