Escuchaba la voz de la profesora de fondo, una voz lejana a mis pensamientos. No sabía de que hablaba, ni siquiera estaba enterado en que clase estaba realmente. Sólo sé que el profesor de biología ya había salido hace más de media hora. Y después de eso me desconecté de la clase.
Mis pensamientos vagaban al pasado. Recuerdos de mi vida en Beacon Hills, aparecían como si todo lo sucedido hubiese sido ayer.
Pero de eso ya había pasado más de tres años, me vine a Londres antes de cumplir los dieciocho, cuando ya no pude soportar más los malos tratos que me daban los que alguna vez fueron mi familia y amigos.
Mi destino, cuando huí del pueblo no era venir a Londres exactamente, terminé aquí gracias a que compré el boleto de avión equivocado, todo por andar distraído, solo me di cuenta del error que había cometido cuando bajé del avión. No podía volver ya que dinero no traía, apenas me había alcanzado para comprar un boleto por lo tanto me resigné en quedarme aquí.
No me arrepiento de ello, pues gracias a toda esa equivocación de mi parte, conocí al viejo asiático.
Todo sucedió esa misma noche, como no tenía mucho dinero, tuve que pasar la noche en un hotel de mala muerte, donde en la planta baja del hotel había un pequeño bar donde sólo iban a tomar viejos panzones y barbones, gracias al ruido que ocasionaban, salí a dar una vuelta por el barrio. Tomando solo conmigo un suéter ya que esa noche hacía frío. Dejando mi equipaje en el pequeño cuarto. Entre ellos mi celular.
Caminaba por el lugar oscuro, no había nadie esa noche, la calle apenas era alumbrada por las farolas lejanas.
Todo era silencio, no había viento ni se escuchaba a los grillos, nada de nada. Seguía caminando cuando sentí alguien seguirme, volteé a mirar hacia atrás pero no había nadie, pero la sensación de ser observado predominaba en mi. Pensé que sólo estaba imaginando cosas. Sin darle importancia seguí caminando.
No pasó tanto tiempo cuando alguien me empujó en un callejón más que oscuro, mi espalda había chocado contra el pavimento. Cuando me disponía a ponerme de pié, sentí como algo me desgarraba gran parte de mi estómago, por lo tanto no tardó mucho en salir sangre de la herida.
Lo único que recuerdo después de eso fue ver unos ojos verdes agua brillantes. Después de todo lo acontecido desperté en la cama de una habitación desconocida para mi. Más que una habitación parecía un lugar abandonado, ya que había polvo por doquier al igual que muchas telarañas. Estaba desnudo, solo llevaba puesto un bóxer blanco que obviamente no era mío, al parecer alguien me había cambiado. La herida que había en mi estómago había desaparecido. No había rastro alguno de ello. Estaba confundido, justo cuándo estaba por abandonar la cama, un señor de no mas de treinta y tantos años ingresó en lo que se podría llamar habitación.
Recuerdo que me preguntó si estaba bien, a lo que yo un tanto inseguro le respondí que sí. Después me contó lo que había pasado cuando me desmayé, la cosa que me había atacado había sido una pantera, para ser más exactos, un hombre pantera . Dijo que él me había salvado gracias a que iba pasando cerca de donde había sido atacado, por lo tanto terminó matando al hombre pantera y que mi herida había desaparecido gracias a que mi cuerpo por alguna extraña razón comenzó a mutar apenas mató al cambiante, al parecer el felino me había mordido sin que yo me diera cuenta.
Después de esa platica, el me contó a lo que se dedicaba y me prometió enseñarme todo lo que sabía al igual que iba a ayudarme a controlar mi lado felino. Su nombre era Wang Wu , era un hombre de descendencia china, su nombre significa : digno de un Rey mago. Me reí mucho cuando me lo dijo.
Me entrenó con dureza y fiereza, muchas veces me hería a propósito diciendo que debía soportar el dolor para poder sobrevivir en una batalla fuerte. Me enseñó a usar todo tipo de armas y me enseñó muchas cosas del mundo sobrenatural. Debo decir que sabía más que Chris Argent y Deaton. También me ayudó al cambio que me regaló la mordida del felino. Gracias a ello ahora puedo controlarme y pasar desapercibida entre las personas humanas.
Me entrenó durante un año entero, enseñándome hasta lo que parecía no importar en las defensas de una pelea. Pero luego desapareció una noche, sólo dejando una nota como despedida y heredándome el edificio abandonado donde ambos vivíamos, Entre la nota dejó el correo electrónico de la señora, diciendo que ella podía ayudarme con el trabajo ya que me dejó su puesto de mensajero, ya que planeaba pasar lo que le restaba de vida, en armonía y paz, formando una familia, obviamente me advirtió que la señora sería una mujer con carácter impredecible.
Fue duro para mi sobrevivir solo, pues estaba acostumbrado a estar con él. Después de que me dejara me sentí devastado, pero también lo entendía, él tenía una vida que vivir, ahora sólo espero que él se encuentre bien, pues desde que desapareció hace más de un año, no e sabido nada de él.
-.. ny - medio escuché cuando sentí como alguien me daba leves golpes en el brazo, dejándome salir de mis pensamientos, volteé a ver a mi compañera de mesa - la profesora te habla - señaló al frente.
Miré en la dirección señalada siendo recibido por la mirada enojada de la profesora, Aliee, por lo que supuse que estábamos con la clase de economía.
- Señor Walker, le pediría que prestara atención si no desea que lo envíe a la dirección - espetó molesta.
- Lo siento - me disculpé. Podía sentir la mirada de todos mis compañero puestos sobre mi.
- Sólo ponga atención - dijo al momento que se daba la vuelta para seguir escribiendo en la pizarra de gis mientras explicaba lo que sea de lo que estaba escribiendo, la verdad no tenía ni idea de lo que hablaba.
- "La profe, le tiene miedo" - escuché como uno de mis compañeros le susurraba a otro, pero gracias a mi buena audición pude escucharlo perfectamente.
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Editado: 05.03.2020