Mensajes a la Nerd

CAPITULO 12

  Rosalie

Al fin llegamos a mi lugar, mi hermoso apartamento, está noche me quiero relajar un poco y olvidar que mañana tango que volver para la universidad, desde que puse un pie, la calidez del lugar me recibió, extrañaba estar así, Marcus sólo observaba a su alrededor sin decir nada, cosa que agradeci mentalmente, estaba muy cansada como para contestar preguntas, tampoco dije nada sólo me dirigí al baño.

En el baño, hice mis necesidades, me bañe y me quiete los lentes de contacto que usaba para poder ver bien, y me puse mis lentes normales, odio los de contacto, pero a mi padre no le gusta que use los normales, dice que soy muy joven para eso, aún no se hace la idea de que casi quedó ciega por una pequeña estupidez que hice... estupidez que me hizo bien ya que conoci a alguien importante para mi, no me arrepiento de nada de lo que hice en el pasado, no me arrepiento de mis errores tampoco, de ellos se aprende y se vive.

Al salir de mi cuarto me dirigi a la cocina para hacer algo de comer y luego ir a dormir, mañana seria un dia bien largo al igual como lo fue el dia de hoy, quiero matar a mi hermano por hacerme esto, quiero hacerlo pagar, pero si le llega a pasar algo malo seguro que mi padre sabra que fui yo y mi madre se pondra tan histeria como lo ha sido siempre cuando se trata de mi hermano, por lo que mejor  me la cobro de otra manera.... tengo que pensar en un plan para...

-Linda pijama- la voz de Marcus me sobresalto, el pijama a la que se refiere consta de un short que me deja al descubierto la mitad de mis glúteos y una camiseta de tirantes negra- No creo que te la hayas puesto por mí, ¿o sí?

-Marcus, me asustaste, y no, no me la puse por ti, de hecho, me olvide completamente de tu presencia- era la verdad, el me ve con el ceño fruncido y entrecierra los ojos- Es verdad, te lo juro. Ya cambiemos de tema, ¿Qué quieres para cenar?

- No lo sé, sorpréndeme- su sonrisa de idiota me lo dijo todo, el no cree que yo sepa cocinar, no porque siempre viviera en la comodidad, o por lo menos hasta que tube catorce, quiere decir que no sepa hacer algo.- Nunca te había visto con los lentes, no desde la última vez.

-Casi nunca los uso, en casa sólo los utilizó cuando estoy en mi cuarto para leer, pero casi siempre uso los de contacto- él tiene razón, yo casi nunca uso mis lentes, pero era necesario que no lo hiciera, ya que la última vez que los use en público todos se burlaron de mi, aunque eso a mi me tiene sin cuidado, ya no los uso porque a mi padre no le gusta verme con ellos- Sabes, a mí no me importaba lo que todos digan, en aquella ocasión sólo me lastimó lo que una sola persona dijo- me calle, no quiero volver a llorar, no delante de él- yo estaba pasando por un momento difícil y no me ayudo mucho...

-Tu hermano nunca dijo nada, él siempre te estaba alagando.

- No hablo de mi hermano, Marcus- inevitablemente un sollozo escapó de mis labios- Yo hablo de...

-Rosalie, no llores, mira que te hace daño el recordar, Perdóname por haber dicho algo en ese entonces, solo era un idiota que quería llamar tu atención y no sabia como hacerlo- sólo asentí con la cabeza y me seque las lágrimas. El se fue de la cocina y yo comencé a preparar la cena.

Terminé lo que estaba haciendo, Marcus se había retirado de la cocina para ir al baño, cuando la cena estaba lista lo fui a buscar, él estaba viendo la tv, lo raro de todo es que se veia tan lindo sentado en mi sofa y mirando la tv, es como el sueño de cualquier chica, estar con la persona que mas ama y mirar que esta persona este siempre a la hora de la cena en casa, ese es un sueño que esta lejos de mi alcance, tengo demasiados demonios en mi interior como para tener eso.

-Ya está lista la cena- el volteó a verme, asintio con la cabeza y luego volteo para apagar el televisor y camino hasta quedar en frente de mí, acaricio mi cara y yo cerré los ojos disfrutando de sus caricias.

Volvimos al comedor para poder cenar. Todo eran risas, bromas y mucha platica sobre cosas distintas. Despues de terminar de cenar nos dispusimos a recoger la mesa y lavar los trastes, no me gusta el desorden y sé que a el tampoco, por lo que limpiamos la cocina juntos.

-Bueno, es hora de dormir- dijo el abrazándome por la cintura.

-De acuerdo, te voy a mostrar donde...- no termine ya que sus labios me callaron, como extrañaba esa sensación, aunque solo paso una vez ya que el me beso en mi cuarto, pero extrañaba la sensación, yo correspondí a su beso gustosamente.

-Ya te dije que quiero dormir contigo- me dijo después de que nos separamos del beso.

-Iba a decir, que te voy a mostrar donde queda mi cuarto- dije y ahora fui yo quien lo beso a él, sus labios son tan dulces, que tengo miedo volverme adicta a ellos- Vamos.

Llegamos a mi cuarto y ni bien entrando ya el me tenía acorralada contra la pared, sus labios y los míos se acoplaban tan bien, que creo que fueron hechos el uno para el otro. El beso se fue intensificando, yo no lo detuve y no quería hacerlo, quería seguir. Marcus bajo sus besos hasta mi cuello y sin previo aviso, un gemido salió de mi boca, no lo podía evitar. Me daba miedo todo esto, me daba miedo sentir algo por el y lastimarlo o que lo lastimen por mi culpa... mas porque es el mejor amigo de mi hermano.



#45756 en Novela romántica
#3883 en Detective
#1178 en Novela policíaca

En el texto hay: asesinos, amor, playboy

Editado: 13.11.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.