Mente ajena

I

Un día nuevo inicia y Leonardo sigue con su rutina diaria…

Va a su trabajo de medio tiempo, en la tarde vas por la Universidad y con sus amigos sale de vez en cuando por unos tragos, Juanita aun lo mira desde lejos se acerca solo para saludarlo pero siempre que está cerca suyo se sonroja y el corazón se le acelera... Pero ahora no hablaremos mucho acerca de ella.

Los compañeros de Leo lo felicitan por ser el que mejor puntaje obtuvo en las pruebas finales y porque su tesis ha sido aprobada así que lo irán a festejar en un bar que está cerca de la universidad, el ambientes es muy bueno las luces son nocturnas y hacen un efecto de disco de los 80´s, con un globo que cuelga del techo iluminando de cientos de colores la pista de baile, en las paredes se podían divisar fotografías de Elvis Presley, posters de Kiss, fotografías del Che Guevara, los asientos parecían grandes sofás con cuero curtido de color carmesí que brillaban y era muy suaves al mismo tiempo que las luces caían, adicional a todo había un escenario con un micrófono en el centro, era temprano así que no habían muchas personas, la barra era larga y habían taburetes muy altos del otro lado se encontraba atendiendo y mezclando cocteles un joven de las mismas edades que ellos.

Todos se sentaron en una de las mesas que estaban rodeados por los sillones de cuero.

  • Ve Leo, y ¿Qué fue para cuando defiendes la tesis? –pregunto Juan
  •  No sé, la verdad no me han dicho nada.
  • A mí me dijeron que para el 20 –dijo Andrés –que esté presente a las 10 de la mañana.
  • Ates se hacían de una estas cosas, veras mi hermana se graduó hace ya cinco años y dice que todo ha cambiado. –mencionó Laura.
  • ¡Llegaron las chelas! –dijo Diego, llevando consigo unas cervezas y unos vasos de cristal, Marcela que estaba detrás de él llegaba con una cubeta llena de hielo y dentro del hielo un par de botellas de tragos más fuertes.
  • Chuta, se ve que nos quieren acabar así pues.
  • Andrés, no seas malawero, si a vos también ya te aprobaron la tesis hay que celebrarlo. –dijo Marcela. –es más toma –le entrego una de las botellas con un vaso pequeño –reparte.    
  • Bueno, pero solo sirvo no tomo…
  • De aquí nadie sale si no es borracho – dijo Juan en tono alegre y motivador.

Un par de horas más tarde el ambiente se inició a tornar más alegre, había más gente, y en la pista bailaban algunas parejas y de un momento a otro llego Juanita, la cual se había arreglado mejor para aquella ocasión,  llevaba unos jeans (vaqueros) pegados a los muslos, usualmente siempre estaba con su uniforme de trabajo y pocas veces Leo la había visto así, ambos se atraían desde el inicio pero no se habían dicho nada más, a Leo le atraía hasta su olor, no usaba perfumes o cremas, sentía una esencia agradable y sentía volar estando junto a ella… A ella por otro lado le atraía todo de Leo desde su forma de ser hasta sus ojos que eran de un color café muy claro y bajo al reflejarse con la luz parecían de color verde cada vez que ambos se veían el ambiente era placentero, entro y se dirigió a donde estaba Leo y sus amigos los saludo a todos, los conocía porque a Leo lo visitaban dos o tres veces por semana en el trabajo desde que inició su trabajo en “The good coffe”, además de ello también asistia a la misma universidad pero su carrera era otra, muy alejada de la de Leo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.