Ada Kavash.
Arrastraba mis maletas por el Lobby de Intercontinental, estaba feliz de estar nuevamente aquí, y supongo que estoy lista para seguir mis estudios.
Jacob me esperaba en la puerta del elevador con los brazos extendidos. Había extrañado tanto su estúpido rostro. Me acerqué hasta él y lo abracé con fuerza, su olor a vainilla se adentró a mis fosas nasales causandome mareos.
Ese era el efecto que su esencia tenía en mí.
—Creí que no volverías—. Comenta tomando mi maleta para llevarla por mí.
—Bueno, supuse qué es mejor terminar el semestre en Intercontinental, que un internado que nadie conoce.
—Ni papá, ni mamá y ni siquiera tú. Me han dicho la razón por la que te fuiste.
Bueno, esa era la parte difícil. No podía confesarle lo que había hecho, o lo que había pasado esa noche. No quería recordarla y simplemente decidi evadir el tema.
—Espero no me hayas sustituido por una cualquiera—. Digo incomoda.
Él sonríe y se detiene para mirarme.
—Las cosas han cambiado en Intercontinental, Ada. La noche que te fuiste ocurrió una tragedia en el casino.
Esa noche.
Mi cuerpo se tenso y sonreí falsamente, pero esa sonría se borró cuando mis ojos observaron aquella bufanda negra que rodeaba el cuello de aquel chico.
—Dime que solo esta de visita—. Suelto sin dejar de ver como Dixon se acercaba hasta nosotros.
Jacob giro y lo observo. Sonrió y levanto sus manos en forma de saludo. Al llegar hasta nosotros, sus ojos me inspeccionaron. Tenía que estar bromeando, no podía estar. Mucho menos después de lo que pasó.
—No, Dixon es un estudiante de nuevo ingreso, hace dos días esta aquí. Y ahora que ambos están aquí, solo tenemos que esperar a que llegue mi chica, sería bueno que la conocieran.
Me importaba un carajo la chica de Jacob. Lo único que deseaba era autografear con mi puño el rostro de Dixon. ¿Cómo se atrevía a estar aquí después de lo que ocurrió?
—La misteriosa amante de Jacob— dice Dixon sin dejar de mirarme—. Es curioso que no sepamos su nombre, ni de dónde viene.
—Esta noche la conocerán, se inscribió a Intercontinental este semestre—. Responde Jacob.
—¿Puedo hablar con Dixon un segundo?— pregunto llevándome a Dixon a un lugar donde Jacob no nos escuchara.
Volvimos al Lobby y una vez lejos de mi hermano, lo enfrente.
—¿Estas loco? ¿Cómo se te ocurre estar aquí?
—Tranquilízate, Ada. Nadie sabe lo que pasó.
—¿Y qué pasa si descubren la verdad? ¿Qué pensará Jacob cuando se entere que lo que ocurrió el semestre pasado no fue un accidente?
Comenzaba a alterarme. Sabía que Dixon era idiota, pero no creí que llegara al nivel de matricularse en Intercontinental.
—No te preocupes, Ada. Todos han dejado ese tema atrás. Nada pasará.
—Te recuerdo que nada de lo que ocurrió esa noche, pasó. ¿Me entiendes?
—Eso esta borrado, aunque el hecho de que las imágenes de ti desnuda vagan por mi mente, intentaré borrarlo.
Creí que las cosas no podían empeorar, pero cuando mis ojos se desviaron hasta la entrada del Lobby, todo se volvió negro.
Ahí estaba. Con una maleta a punto de entrar a Intercontinental. Tenía que ser una broma, no tenía los fondos necesarios para entrar a una universidad como esta.
—¿Qué sucede? ¿Quieres tenerme de nuevo dentro de ti?
—Ella está aquí.
Dixon se giro rápidamente para observar la entrada del Lobby. Y como era de esperarse, quedo pasmado al igual que yo. Creí que no era real, pero ahí estaba. Caminado en el mismo perímetro que nosotros, con una sonrisa pasmada en su rostro.
—¿Qué demonios hace ella aquí?— pregunté preocupada.
Mi cuerpo sentia miedo, miedo de ser destruida de la misma manera que se destruyeron las torres gemelas hace diez años.
—No lo se. Pero trae equipaje.
—¡Claro que trae equipaje, Dixon! ¿¡Pero por qué!? ¡Se supone que tú te habías encargado de ella!
Rápidamente los vagos recuerdos de esa noche se atravesaron por mi mente.
La noche de aniversario.
Un cadáver.
Nosotros.
Ella.
—¿Qué pasa chicos?— preguntó Jacob llegando hasta nosotros.
Ninguno de nosotros contestó. Estábamos en estado de shock, y cuando ella entró al Lobby, la sonrisa tanto de ella como la de Jacob, se agrandó.
Él se acercó hasta ella y la abrazo dando vueltas lentamente.
Tenía que ser una broma.
—No. Me. Jodas—. Sintonizo Dixon tan sorprendido como yo.
Tenía que estar en sueño, no. Un sueño en poco para esto, lo que estaba viviendo era una pesadilla. ¿Ella era la novia misteriosa de Jacob?
—Ada, ella es Lena. Mi novia—. Dijo presentándonos.
El miedo me ganó, por primera vez. Tenía miedo de ser destruida, tenía miedo de alguien. Tenía miedo de ella.
Automáticamente y sin que yo diera la orden. Mis piernas se movieron con rapidez para huir de ahí. ¿Por qué huía? Había estado escapando de ella por mucho tiempo, pero ahora. Es como si ella siempre un paso delante de mi.
¿Por qué corría? De igual manera siempre me alcanzaba.
¿Por qué le temía? Yo era más fuerte que ella.
Sin embargo, lo que le hicimos esa noche. Es algo que no se puede olvidar, ella había venido para destruirme.
Y estaba usando a mi hermano para conseguirlo.
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Editado: 03.08.2023