La oscuridad cayó encima, creo que quedarme un par de horas extras estudiando en la biblioteca no había sido la mejor de las ideas, aún era temprano, apenas eran las 7 de la tarde, pero aun así se sentía tétrico estar en esa escuela donde lo único que se escuchaba era el fuerte sonido del viento. En la salida me encontré con una figura familiar, este solo estaba de pie observando la lluvia que había comenzado a caer con algo de fuerza y creo que al igual que yo no estaba preparado para quedar empapado. O solo estaba petrificado. Al parecer no noto mi presencia, este solo veía al cielo, en sus ojos lograba ver algo de terror. “miedo a las tormentas” dije para mí misma y estaba en lo cierto, este brinco algo aterrado luego de un trueno que se escuchó a lo lejos.
Su auto estaba tan solo a unos pasos más allá, no entiendo por qué continuaba aquí cuando pudo haberse ido hace rato. Aunque supongo que debo darle gracias al destino porque así no tendré que caminar a casa y quedar empapada hasta las botas. Subí justo antes de que la lluvia se volviera más intensa, desde mi mochila saque mi teléfono, el nombre de mi madre estaba en la pantalla con varios mensajes de su parte, espero no piensen que termine en alguna zanja.
Le explique sin muchos detalles la situación y él porque estaba tardando tanto en llegar a casa. Dylan puso algo de música, para mi sorpresa esa canción que tanto amaba, sin darme cuenta comencé a cantarla, esboce una sonrisa al sentir sus ojos sobre mí, gire apenas la vista dedicándole una sonrisa. El camino estuvo en silencio, un agradable silencio, tan solo la música sonando en el interior del vehículo.
Llegamos a casa en tan solo unos minutos, la lluvia era algo más intensa y los truenos comenzaron a resonar con más fuerza en el cielo, lograba sentir la tensión en él, sus manos apretando con fuerza el volante, en sus manos resaltaban algunas venas gracias a la presión que estaba haciendo, sus nudillos estaba algo más pálidos.
Mis padres no dejaban de ver a un asustado Dylan que se veía demasiado incomodo al estar en la casa de una persona con la que jamás se había dirigido la palabra, mis amados padres estaban en un rincón de la cocina viéndolo de forma fija, como si lo estuvieran estudiando, era escalofriante, el por su parte no dejaba de mover su pierna, estaba temblaba y temblaba debido a todos los nervios que tenía, ahora creo que su miedo se debe a otra cosa, estaba siendo intimidado por dos adultos. Aunque yo bien sabía que solo se trataba de una mala broma por parte de ellos, no eran de los que juzgaban a las personas, solo les gustaba hacer demasiadas bromas. Rodé los ojos poniendo estos en blanco antes de dejar la taza de chocolate frente a él, fulminando a ambos con la mirada, les hice un gesto para que se detuvieran.