ASMODEO
Toda mi maldita vida, desde que tengo uso de razón me habían dicho que el poder lo era todo y que, si tenías con quien compartir ese poder, todo sería mil veces mejor.
Al principio no lo creía ya que esa suerte no todos la tienen, la única excepción que había encontrado sobre eso eran mis padres, ellos se complementaban de una manera asombrosa y realmente, empecé a creer en las palabras de mi padre aun siendo un pequeño mocoso, que estaba interesado por los negocios familiares, cuando escuché y la vi a ella por primera vez. Mas, sin embargo, dejé de creer en sus palabras para cuando apenas estaba entrado a la adolescencia creyendo que para que compartir mi poder con alguien más si al final pueden traicionarte de la peor forma, pero ella.
Ella siempre fue la maldita excepción y siempre va a hacer así.
Realmente me impresiono desde que éramos unos niños, esa fuerza y su coraje para que nadie le hiciera daño a las personas que más quería, solo fueron algunas de las cosas que me hicieron querer acercarme a ella, desde el principio esa curiosidad por saber más de ella me llevo a querer conocerla más, con el tiempo me llevaron a un punto en donde empecé a generar sentimientos por ella.
Ya no era una simple curiosidad o algo por el estilo. Me sentí un maldito suertudo cuando la conocí y vi que ella era mucho más de lo que sabía o me habían dicho de ella, al principio empezamos como amigos y me sentía especial, ya que se había vuelto mi luz, mi ángel, hasta que llego Luke, el estúpido Luke.
Al principio fue un grano en el culo y aun lo sigue siendo, pero con el paso del tiempo los tres nos fuimos acercando hasta el punto de que a Luke lo veía como un hermano y a mi hermosa Sarah, ella era el amor de mi vida de eso estaba y estoy completamente seguro de que con ella es con la que quiero pasar el resto de mis días, no va a ver otra como ella.
Los años pasaron y mi vida era tan dichosa, los negocios que estaba heredando gracias a mis padres iban de maravilla, todo el mundo me temía y respetaba. El idiota de Luke se había vuelto mi mano derecha y estaba tan malditamente orgulloso, por todo lo que había logrado hasta ese momento.
Y mi pequeña, mi hermoso ángel. Ella al fin estaba correspondiendo a mis sentimientos, realmente íbamos poco a poco. Yo jamás la presionaría a que me amara, si lo estaba logrando fueron gracias a todos esos años en los cuales me dedicaba completamente a tratarla como es, una reina.
Sin embargo, mi maldita suerte cambio cuando llego el estúpido de Alexander y después el idiota de Alessandro. Ninguno era y es merecedor de mi pequeña Sarah. Ambos creyendo que mi pequeña es un objeto, que pueden utilizarla y desecharla las veces que quieran. Pero están completamente equivocados, al creer que yo dejaría pasar tan fácil las veces que lastimaron a mi ángel.
Oh no claro que no, solo estaba planeando cuidadosamente bien como vengarme de cada maldito ser humano, que le haya provocado a mi hermoso ángel, aunque sea una mueca de tristeza. Y lo iba a hacer tan malditamente bien que nadie más se le va a ocurrir hacer algo en contra de mi hermoso ángel.
- Hey! –me saco de mis pensamientos Luke.
- ¿Qué sucede? ¿Necesita algo? –pregunte rápidamente.
- No, tranquilo. – mostro una sonrisa ladina. – solo queremos saber si ya estás listo?
- Si claro. – con esto salimos de mi despacho.
NARRADOR EXTERNO
Ya había pasado un año desde que su precioso ángel estaba con él, al principio fue algo incómodo ya que empezaron muy mal. Pero a medida que fueron pasando los días, el demonio se fue ganando el aprecio y cariño del pobre ángel que estaba demasiado confundido y demasiado herido, ya que le habían mentido vilmente durante tanto tiempo en su propia cara. A decir verdad, él la entendía a ella y es que por eso mismo no la presiono, aunque él jamás la había presionado anteriormente. Ya que en cierto punto él también le paso lo mismo, por suerte estuvo a tiempo para evitar una tragedia.
Mas sin embargo no llego a tiempo, para evitar todo el sufrimiento por el que ha tenido que pasar su hermoso ángel. Pero ahora que estaba con ella, nadie lo iba a detener para cobrar venganza y darle lo mejor a su ángel.
Las cosas iban marchando justamente como se había estado planeando, los pequeños inconvenientes que surgían de improviso para aquellos que querían venganza. Simples piedras en su camino, o eso es lo que pensaban aquellos pobres ingenuos.
Oh pobres hombres, que pensaban que eran reyes, cuando en realidad eran unos simples plebeyos y el verdadero rey se encontraba moviendo hilos desde las sombras como lo ha estado haciendo desde que lo orillaron a separarse de su hermosa reina.
La pequeña y hermosa Sarah, al fin se estaba dando cuenta de lo que era en realidad su vida. Su pequeña felicidad y la que creía que era su familia, era un vil y total mentira, siempre le hicieron creer que ella era la causante de todo lo que le sucedía, cuando en realidad no era así. Ella no tenía la culpa de que unos idiotas se obsesionaran con ella y lo confundieran con “amor”, mucho menos que por consecuencia de eso cometieran puras estupideces.
Ahora que ella sabía toda la verdad acerca de su pasado y que estaba con las personas correctas, nada la detendría. No ahora que había dejado a la niña asustadiza atrás, no cuando comprendió que todo lo que le había sucedido no era su culpa.
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Editado: 09.07.2022