Capítulo 13
La toma
Aoife hizo la proclama al pueblo de lo que supuestamente había sucedido. Creó confusión, pero también caos porque la gente amaba a Sirsha y a Declan y no creían que fuese posible lo que estaban escuchando.
Todo terminó en una revuelta y muchos soldados entregados a la causa oscura de Jarlath tuvieron que reprimir duramente.
Aoife no pudo controlar sus emociones. Era envidiosa, egoísta, traicionera y capaz de matar a su padre por el trono, pero no tenía la inteligencia para todo lo que debía hacer de ahora en más.
Viéndola poco firme y como aún le convenía a sus planes, Jarlath le reclamó:
Jarlath: Si deseas conquistar el reino y el mundo ármate de valor. Si no, deberemos replantear nuestro futuro.
Aoife: (insolente) No te atrevas a hablarme así. Soy tu reina ahora.
Jarlath le propinó una cachetada y la tiró al suelo. Luego, sin más la levantó por los cabellos.
Jarlath: Si no fuera por mí, no serías la reina ahora. Te habrías casado con el primer príncipe idiota que eligiera tu padre y estarías peinándote, vistiéndote y haciendo bobadas de niña fina. Yo te di la oportunidad de ser la reina del mundo. Hazme caso o correrás la misma suerte que tu estúpido padre. Si deseas reinar al lado mío adelante, pero yo seré el que mande. ¿Entendido?
Aoife: (con lágrimas) Si. Entiendo.
Jarlath: (tirándola de nuevo al suelo) Vete a tus aposentos. Yo me encargaré de todo ahora. (A los guardias) ¡Guardias! Que un soldado vigile la puerta de la soberana. Nadie entra y nadie sale.
Editado: 16.09.2020