Capítulo 20

Capítulo 20

En busca de Donovan
 
Transcurrieron dos días desde la travesía y las revelaciones a cuenta gotas estaban consumiendo a Sirsha.
Al salir del Valle de las Sombras, Aodhan les dijo que era hora de buscar a Donovan. Declan comenzó a ponerse nervioso por los recuerdos y Sirsha preguntó quién era ese hombre. Aodhan le dijo que muy pronto iba a enterarse, ya que, Donovan era el encargado de contarle parte de la verdad. Dejaron a los caballos y comenzaron a caminar.
Si Eoghan los perseguía, no era seguro seguir a caballo. Sacaron las monturas y todo lo que evidenciara mansedumbre en los animales y los dejaron libres con una manada que se encontraba cerca de los prados.
Según Aodhan, la granja de Donovan se encontraba a diez leguas de donde se encontraban. Declan conocía a la perfección la ubicación.
Anduvieron durante horas por un bello paisaje de pastos verdes, hierbas frescas y un sol brillante. El clima lejos del castillo era distinto. Había aire puro y menos lluvias aquejaban la región.
Llegaron a las cercanías de lo que parecía una cabaña. Bastante apartada de los caminos en el bosque. Declan caminó unos cuantos metros en completo silencio.
Pasó largo rato así, hasta que de lejos un grito como de guerra se escuchó y una mole de más de dos metros se arrojó encima de él saliendo de la nada y corriendo velozmente. Los dos hombres pelearon algún tiempo.
El gigante tenía una fuerza descomunal. Sirsha tomó un tronco grande y cuando se sintió valiente y se dieron las condiciones, le pegó al mastodonte  en la cabeza. El gigante dejó a Declan tirado en el piso y se levantó para ver a Sirsha que retrocedió unos pasos.
Fue entonces cuando ese hombre de carácter y musculoso reconoció algo en los ojos verdes de Sirsha y calmándose miró primero a Declan y luego nuevamente a Sirsha.
Se arrodilló, le besó la mano y le dijo:
 
Donovan: ¡Su majestad! ¡Al fin! (Subiendo la vista para mirarla a los ojos) Hemos esperado 18 años por usted.
 
Declan: (Levantándose) ¡Tío!
 
Donovan: (En voz alta a su sobrino) ¿Así te enseñé a pelear cuando eras pequeño? ¿No has aprendido nada en todos estos años?
 
Sirsha: (Sorprendida) ¿Tío?
 
Donovan: ¡Sí, su majestad! (Impetuoso tomando a la princesa por los hombros) Pero vengan. Entren a mi cabaña. El bosque no es seguro.  (Dirigiendo su mirada a Aodhan y con el puño cerrado ante su pecho como forma de saludo) Aodhan. ¡Qué alegría volver a verte!
 
Aodhan le devolvió el gesto con una leve reverencia.
Entraron a la cabaña y Declan saludó a Ankara, su tía. Como muchas otras sorpresas, vio en Declan ternura frente a la mujer que se encontraba embarazada.
Ankara enseguida se arrodilló frente a la princesa. Sirsha la levantó con un gesto de humildad.
 
Sirsha: ¡ Por favor, señora!  No me haga reverencia.
 
Donovan: (con orgullo) Usted majestad es la persona que hemos estado esperando hace años. Siempre creímos que Rowan no nos abandonaría y nos la mandó al fin.
 
Declan: (interrumpiendo a su tío) Tío... ¿Tienes todo listo?
 
Donovan: Sí sobrino. Al primer aviso mío vendrán todos los hombres. Los estuve entrenando y hemos fabricado armas. Sabíamos que se acercaba la hora. Mensajeros están avisando al resto de los hombres del pueblo. Como me lo dijo...
 
Donovan calló de golpe como si estuviera a punto de cometer una estupidez repentina. La que se sentía estúpida era Sirsha, en medio de toda esa confabulación. Siendo la pieza más importante y la que más trataban de proteger. Donovan pudo sentirlo.
 
Donovan: Mi señora, entiendo que no comprenda nada. Ahora descansen un momento. Luego comeremos algo y prometo que tendrá las respuestas que anda buscando.