Capítulo 50
En espera de la reina
En las pocas horas en las que había desaparecido Sirsha, sucedieron muchas cosas. Aodhan no tuvo más alternativa que confesarle a Gael quién era Mebh. Al rey se le cayó el mundo. Durante años, no se imaginó nada parecido. Si bien suponía que su hermano tomaría a su esposa, confirmarlo y enterarse de que hubo una hija de
por medio, destrozó el corazón del rey. Sin embargo no se dejó vencer. En el fondo de su corazón sabía que volvería a ver a Noreen en otra vida. Mucha gente había sufrido por la maldad de Cronan y Jarlath y Gael no permitirían que su hija
no fuera feliz. Aún con el corazón partido en mil pedazos, Sirsha era todo para él y volvió a plantarse como el soberano fuerte que aún era.
En el salón del trono de Oonagh, humanos, mago y hadas esperaban la llegada de Sirsha. Esperaban que la joven princesa demostrara su fuerza y determinación.
Cada minuto que pasaba aceleraba los corazones. No quedaba mucho tiempo.
De pronto las puertas se abrieron y Sirsha entró con determinación.
Sirsha: (caminando hacia el trono de Oonagh e inclinándose en señal de respeto) Vengo a saber qué debo hacer para enfrentar el destino.
Oonagh: (sonriendo) Entonces le daré la clave su majestad.
Editado: 16.09.2020