Capítulo 58
Un pacto entre hermanas
Fue dura la manera en que Sirsha encontró a su hermana. Sostenida entre cuerdas por ambos brazos y atada a lo alto a una cruz donde su sangre caía muy lentamente. Aunque distaba de estar muerta.
Los guerreros de Jarlath ataron a Sirsha a la base de la misma cruz para que no se divisara desde abajo.
Ambas hermanas estaban heridas. Mebh adrede y Sirsha porque seguía sangrando su espalda por las garras de Eoghan.
Pero no eran sólo esas heridas las que tenían.
Mebh: Sirsha... ¡Has venido!
Sirsha: (Mirando a Mebh preocupada) Vine a terminar con esto y a salvarte.
Mebh: No merezco ser salvada.
Sirsha: ¿Por qué lo dices?
Mebh: Soy la hermana de la traición. La hija de un ultraje.
Sirsha: Por favor, no digas eso. Siempre has sido una persona maravillosa. Tu tristeza se debió a que naciste con una carga que debes soltar. ¿Por qué no me dijiste que la noche en que trataste de quitarte la vida te habías enterado de todo?
Mebh: Vergüenza Sirsha. Deseo que te escaparas, pues presentía que te irías. Lo leí en tus ojos y lo vi en Declan cuando te habló. ¿Te hubieras ido sin mí de saber la verdad?
Sirsha: (Llorando) No hermana.
Mebh: ¡Qué hermoso suena de tu boca!
Sirsha: Pues dímelo tú también para poder sentir lo mismo.
Mebh: Soy la hija de tu peor enemigo. No soy digna.
Sirsha: Eres el fruto del vientre de mi madre. Una mujer digna y valiente. Con eso
basta. Para mí siempre serás mi hermana.
Mebh comenzó a llorar amargamente.
Sirsha: (tratando de calmarla) Escúchame Mebh. Sé que este no es el final. Y debes ser valiente.
Mebh: Jarlath, unos días después que se fueron, activó en parte el cristal negro.
De uno a otro momento abrirá el portal del infierno para que salgan los Soldados de la perdición.. Si se abre el portal estaremos acabados. Usó mi sangre como tributo para ello y terminará con tu sangre.
Sirsha: Mebh, debes oirme. Sé algo que tú no y confió en que haya una esperanza. Necesito que seas fuerte y salgas adelante. Aún podemos salvarnos. ¿Tú confías
en mí Mebh?
Mebh: Siempre... hermana.
Sirsha: (cerrando los ojos para disfrutar esas bellas palabras) ¡Gracias! Óyeme bien. Debo decirte algo y necesito hacer un pacto contigo.
(Vigilando que no hubiera guerreros cerca) ¿Me oyes desde allí con este tono más bajo?
Mebh: Sí.
Sirsha: Escucha bien porque no tendré otra oportunidad de decírtelo. Antes que nada quiero que sepas que siempre estuviste y estarás en mi corazón.
Y dicho esto, Sirsha habló de algo profundo y serio. Algo que su hermana comprendió y prometió callar pasase lo que pasase.
Editado: 16.09.2020